(Filippo Valentini) Arrastro una silla y me siento frente a Ruan, el camarero que atentó contra mi vida y la de Renata en la fiesta. Está colgado de tres cadenas, dos en las manos y una en el cuello. Sólo puede tocar el suelo con la punta de los pies para no morir ahorcado. - Buenas noches, ¿está cómodo? - pregunto, observando la sangre que gotea por las aberturas de las balas que le he aceptado. - ¡Hijo de puta! - escupe, derritiendo mis zapatos importados. Le hago una señal con la mano y Lucca le golpea en las piernas con un garrote de hierro candente. La base del garrote es de madera, lo que no lastima las manos de mi brazo derecho aquí abajo. - ¡Ah! - Ruan grita de dolor, sus rodillas se doblan y la cadena alrededor de su cuello comienza a ahorcarlo, luchando, logra equilibrarse de nuevo. - Veinte años, hijo de un traficante de drogas, madre asesinada a golpes por traicionar a su padre, hermano mayor, soldado de la mafia Onore -empiezo a contar las cosas que sé de él, saco
(Renata Pellegrini) > Un mes después: - ¿Todavía te duele? - pregunta Filippo al otro lado de la pantalla. Todas las noches hago una videollamada. - Sólo cuando hago movimientos bruscos, o cargo peso. - Te estás recuperando rápido, eso es bueno. - Sí - hablo y me tumbo cómodamente en la cama. Siento que me pesan los ojos, bostezo y me acurruco entre las sábanas. - ¿Cuándo vuelves de verdad? - Pasado mañana, el lunes -responde, recordándomelo-.- Te echo de menos, voy a contar los minutos. - Yo también te echo de menos -dice, haciéndome sonreír. Me encanta cuando se pone cariñoso conmigo. - Tu boca, dulce y salvaje. - completa la frase. - ¡Niño travieso! - hablo, sintiéndome aún un poco avergonzada. Filippo viajó el fin de semana después de que me dispararan, y lleva tres semanas en México. Él, además de ir a conocer nuevos clientes, también fue a la fiesta de boda de Penélope. Eso me hizo desconfiar, pero, lo dejé pasar, no puedo desconfiar del hombre por el que arriesgué mi
(Renata Pellegrini)- ¿Es todo lo que te llevas? - me pregunta Filippo mirando mi única maleta.- Sí -respondo con una pequeña sonrisa.Este piso venía ya amueblado, aquí no hay nada más que mi ropa, es mío. Y sólo estoy usando una maleta grande, por la ropa que Filippo me regaló en el centro comercial, de lo contrario sería sólo una bolsita de ropa vieja y gastada.Aparte de la maleta, lo único que me llevo son los recuerdos. Todo lo que viví aquí, los momentos románticos con Filippo, los domingos divertidos y felices con Amanda...- Estás preciosa - Filippo habla e mirarme vino hacia mí como un cazador que apunta a su presa. Aún hoy se me pone la piel de gallina cuando sus manos tocan directamente mi piel.- Me he vestido especialmente para ti -digo sonriendo tímidamente.Filippo me pone la mano en la cara, cierro los ojos y disfruto de su contacto cálido y cariñoso. Aunque sus manos están llenas de callos, me encanta que me toquen. Su pulgar acaricia mi mejilla, haciéndome sonreír.
(Renata Pellegrini)"Esto se va a la mierda"-me alerta mi mente mientras agarro el picaporte de la puerta que sospecho es el sótano. Cierro los ojos y la imagen de su mirada oscura hace que un escalofrío recorra mi espina dorsal, Filippo cuando se enfada es muy miedoso, sus ojos se vuelven horriblemente fríos y caliginosos, como los de un lobo malvado... Esa fue la primera expresión que vi en él, hasta hoy recuerdo la constante sensación de peligro que sentía al mirarle a los ojos, mis alertas tenían razón, caí en la trampa y hoy estoy enamorada y dispuesta a vivir a su lado.Pero, ¿qué expresión pondrá cuando descubra que he hecho exactamente lo que me pidió que no hiciera? Sólo de imaginar su cara de decepción hacia mí se me estruja el corazón. Vale, no creo que debamos tener secretos entre nosotros, y más ahora que vivimos juntos, pero tengo que esperar su momento, nadie está obligado a abrirse así. Y además, no llevamos tanto tiempo juntos, estoy segura de que con el paso del ti
(Renata Pellegrini)Todo el hambre que sentía, se desvaneció, el vacío que resonaba en mi estómago, ahora se abre en mi corazón, de nuevo, el sentimiento de ser traicionada. Me llama para vivir en su casa, y cuando habla con su madre, ¿dice que sólo soy una amiga? ¿Qué clase de amiga visita a un hombre soltero a altas horas de la noche?No quiero ni pensar en la respuesta... Tengo el estómago revuelto, cojo el plato y lo vuelvo a meter en la nevera, sintiendo el llanto atascado en la garganta, camino con pasos apresurados de vuelta a la habitación, pero antes de que pueda abrir la puerta, Filippo sale del baño social y me coge del brazo.- ¿De qué se trata? - me pregunta con cara seria.- En absoluto -respondo e intento soltarme, pero él se limita a apretar aún más su mano sobre mi brazo. - Por favor, suéltame, tengo sueño -hablo secamente sin mirarle a los ojos, no quiero que vea las lágrimas que hay en ellos. - Te dije que no me mintieras, ragazza -me sujeta la barbilla y me obliga
(Filippo Valentini)Después de dos horas, estando seguro de que Renata está profundamente dormida, retiro con cuidado su cabeza de mi pecho, la cambio de lugar con una almohada y Renata juguetea con mi reemplazo.La noche no terminó como estaba planeado, supuse que traerla a vivir conmigo me haría llegar más rápido a mi objetivo de follármela, pero cada vez que estoy cerca de hundirme en sus carnes, ocurre algo que se interpone y me está volviendo loco, estoy a punto de perder la paciencia, que ya es muy poca.Hoy casi pierdo la cabeza, dije lo que no debía, no pensaba echarle en cara que antes tenía mucho sexo, pude ver la decepción en su cara, pero mi rabia y frustración hablaron tan alto que me alegré de haberlo dicho, me he estado conteniendo demasiado tiempo y así ella se da un golpe de realidad, soy un hombre y necesito satisfacer mis necesidades. Ella cree que puede jugar conmigo, pero las cosas no funcionan así, en este juego, el campeón siempre seré yo. Pero confieso que esc
(Renata Pellegrini)Me despierto con el estridente ruido del despertador de mi móvil, me estiro perezosamente en la cama, he acabado durmiendo mejor de lo que esperaba, miro y Filippo no está, ni siquiera he visto a qué hora ha vuelto, anoche me desmayé.Se abre la puerta del baño y el olor de Filippo se extiende por la habitación, vuelvo la mirada hacia él y se me calienta toda la cara, aún no me he acostumbrado a que su cuerpo esté tan expuesto como ahora. Sólo lleva una toalla en las caderas y en ese momento, observándolo con detalle, siento una ligera envidia de las pequeñas gotas de agua que resbalan descaradamente por su cuerpo.- ¡Buona giornata, ragazza! - me saluda desde atrás, me quedo mirando su espalda ancha y fuerte, quería pasarle las uñas por encima.- ¡Buenos días! - Le devuelvo el saludo.- Creo que así disfrutarás más de la vista -dice dándose la vuelta, cogiéndome por sorpresa.Ensancho los ojos cuando su toalla se va al suelo dejando toda su hombría al descubierto,
(Renata Pellegrini)- ¿Hay algún problema, señorita? - pregunta de repente el Sr. Lucas Parmanel al subir al ascensor. Desde que me convertí en secretaria y asistente personal de Filippo, nunca necesité hablar directamente con el vicepresidente, el intercambio de información siempre se producía entre Sofía y yo.- N-no, señor -respondo, extrañamente sorprendida por su pregunta.- Estabas perdido porque Filippo no apareció hoy. ¿He acertado?- Pues sí.- Escucha mi consejo, acostúmbrate, ha pasado que no ha aparecido en más de una semana.- ¿Por qué? - pregunto perpleja.- No es asunto nuestro, Filippo no es el tipo de hombre al que le guste dar explicaciones.- Entendido - hablo, cojo el móvil y compruebo una vez más que no hay mensajes.Estoy disgustada, no ha aparecido y ni siquiera ha enviado un mensaje. Salgo del ascensor marcando el número del conductor, pero la notificación de nuevo mensaje me hace detenerme y abrir la app de mensajería:Filippo, mio amato: Nos vemos en el cine,