(Renata Pellegrini)Lo observo con los ojos cerrados, miro su lengua trazar su labio inferior como si todavía estuviera saboreando algún tipo de sabor. Nuestras respiraciones son desiguales, nuestros senos suben y bajan rápidamente, cierro los ojos y con mis dedos temblorosos toco mis labios, aún sintiendo la presión que se hizo hace un momento con su boca. Todo mi cuerpo hormiguea por más.Abro los ojos y me pierdo en la inmensidad de la mirada penetrante del señor Filippo, sin pestanear, sin desviarnos, ardiendo de deseo, ardiendo de lujuria. ¡Qué mirada pervertida!Como si estuviera en un trance de hipnosis, me sobresalto con sus labios una vez más presionando los míos, mis ojos se abren como platos, trato de alejarme, pero él pone su mano en la nuca impidiendo que me mueva.Abro la boca para protestar, sin embargo, usa esta apertura para meter la lengua y no puedo más. Me derrito en sus brazos de nuevo, es como si hubiera estado en el desierto más seco durante años y él es la got
( Felippo Valentini ) Salgo al interior de el cuarto de huéspedes dejándola sola, escucho que me llama, pero solo sigo aturdido a mi cuarto, voy al baño, entro y enciendo la luz. ¡Virgen! — mi mente no puede dejar de pensar en eso, ella ni siquiera tuvo que asumirlo en su totalidad. Sólo el hecho de saber que fui el primer hombre en besar esa boquita de miel, me hace sentir aturdido y... ¿Orgulloso? Una extraña sensación invade mi pecho, un sentimiento de posesión... Su primer beso fue mío. Realmente espero haber sido el único en experimentar la suavidad de esa boca aterciopelada y carnosa. Sólo con imaginarme a otro hombre tocándola me dan ganas de sacar mi pistola y dispararles a todos en la cabeza. ¡Una virgen justo en el cuarto de al lado! Nunca he tenido sexo con una virgen, y saber que casi tuve sexo con una hace que mi chico grande se llene de dolor de tanta lujuria. ¡Voy a necesitar otra ducha! Me meto en la ducha y la abro, la imagen de sus pechos llenos, firmes y redo
(Renata Pellegrini)Miro en silencio, sentada en el taburete con los brazos sobre la mesa de la cocina, Filippo abre y saca de la nevera unos panes con queso y jamón, una caja de zumo de naranja. Pone los vasos en la mesa y los llena con el zumo, me da uno, luego va a la encimera y deja los panes en el microondas durante treinta segundos.- Está muy bien dejar la comida preparada en la nevera, para calentarla más tarde. - me digo, siempre quise hacer eso, pero nunca tenía tiempo, y lo que es peor, ocuparme de todas las comidas todos los días, me dejó aún más fuera de tiempo, así que siempre estaba en una paradoja. - ¿Tú que has hecho estos panes? - pregunté en un tono más alto, rompiendo el silencio.Anoche no dormí nada bien, tuve una pesadilla horrible sobre el hombre que intentaba secuestrarme. Este hombre había vuelto a la vida, pero no con la apariencia de un ser vivo. Le volaron la cabeza, fue como un zombi, él corría rápidamente detrás de mí y logró alcanzarme, yo lloraba y luc
(Renata Pellegrini)¿Cómo describir la emoción de pisar por primera vez un centro comercial? Y más aún, cuando todas las tiendas están abiertas esperando a que entres... Saber esto hace que un escalofrío recorra mi estómago. Me siento como una niña emocionada por ir a un lugar diferente. Eso está bien."¿Trae aquí a todos sus ayudantes?" - ese pensamiento aparece en mi mente, lo miro fijamente mis ojos chispean de ira, desearía poder electrocutarlo con la fuerza de mi mirada.- ¿No te gustaron las tiendas? - Pregunta mirándome fijamente, dejamos de caminar, siento que se me calienta la cara.¿Adónde se fue mi voluntad de matarlo?- Todavía no hemos estado en ninguna. - digo, apartando la mirada.- Parece que no te gusta, ragazza.- Es que... me ha venido un pensamiento... -mi voz es sólo un susurro.- ¿Sobre qué? - pregunta con una ceja levantada, y siento que su mirada me quema la piel.- Es que se me ha pasado por la cabeza que podrías haber venido ya aquí con las otras asistentes,
(Renata Pellegrini)A medida que el coche se acerca a la empresa, siento un escalofrío que me recorre la espina dorsal, me tiemblan las manos y cada vez respiro con más dificultad, sólo de imaginar las conversaciones que tendrán lugar en cuanto baje del coche me siento frustrado.Miro a Filippo y no muestra nada, es como un muro, desde que salimos de la tienda se ha mantenido callado.Empiezo a sentirme culpable. Sé que lo que ha hecho la empleada está mal, pero eso no justifica la forma en que le he hablado... Maldita sea... Odio sentirme así.- Estamos muy cerca de la empresa - comento, le doy un poco de tiempo pero no contesta y no aparta la vista del camino, respiro profundo - Creo que es mejor que me dejes aquí, no necesitaré caminar mucho, no se vería bien que me vieras llegar en tu auto, la gente es muy mala con sus opiniones y chismes.- Me importan una mierda las opiniones de los demás, tú también deberías hacerlo.- Lo comprendo. - Intento aparentar calma, pero por dentro es
(Renata Pellegrini)- Buenas tardes - una pareja se acerca - Tenemos una reunión con el Sr. Valentini.- Ah, sí, ¿cómo se llama, por favor?- Somos los Galanis.Compruebo el horario y confirmo sus nombres, en el ordenador envío un correo electrónico a mi jefe avisando de la llegada de los clientes.- Un momento, por favor. El Sr. Filippo está reunido, pero acabará pronto. - intento ser lo más amable posible.Aunque sonrío, por dentro estoy en agonía, ¡es la segunda vez que me siento así hoy y no me gusta nada! Filippo ha estado detenido durante dos horas con una mujer de la alta sociedad, que, como él, es una CEO, debo admitir que es muy guapa, y ni siquiera se esforzó en ocultar su interés por él.Realmente espero que sólo estén hablando de negocios.Respiro hondo, no puedo engañarme con sus palabras. Filippo es un sueño, y escuchar de su boca que soy su novia, estoy en las nubes, pero sé que es mucha arena para mi camioncito, y que aunque se lo tomara en serio, no creo que duráramos
(Renata Pellegrini)Humm, qué bien huele, siento que se me saliva la boca y que el estómago se me revuelve en busca de comida. Abro los ojos, me siento en la cama y mi estómago se retuerce, haciéndome sentir un malestar y un estruendo resuena en mi vientre. - Buongiorno - Filippo entra en mi habitación sosteniendo una bandeja con el desayuno. - Te has despertado a tiempo - habla con una sonrisa casi invisible en los labios, que sólo tiene una pequeña línea marcada.Sigo observándole y lleva la misma ropa que ayer, pero sin traje, su blusa social azul bebé está doblada hasta los codos, y sobre la blusa lleva mi delantal rosa de barbie. Me contengo la risa. - ¿Dormiste aquí? - pregunto, volviendo en mí. Siento que mis mejillas se ruborizan.- Sì, ragazza - responde como si fuera lo más normal del mundo.- ¿Dónde? - pregunto mirando al suelo, me muerdo el labio y en mi mente surge una pequeña esperanza de que me responda que durmió en la misma cama que yo."¡Pícaro!", me dice mi mente,
(Renata Pellegrini)- Señor Valentini - Caio habla sorprendido y gira el cuello para mirar a Filippo - ¿Qué hace usted aquí?Filippo levanta una ceja, se mete las manos en los bolsillos y, como la primera vez que estuve aquí, su semblante lleva la cara de un hombre malvado, capaz de hacer cualquier maldad, ¿es malo que me parezca tan sexy en esta pose? Apoya el hombro en el marco de la puerta y la mirada que dirige a Caio me pone los pelos de punta. Con cuidado, quito la pierna herida del regazo de Caio y él se levanta completamente de cara a Filippo, que no me mira en ningún momento, su atención está totalmente puesta en Caio.- ¿Cuestiona a su jefe sobre hacia dónde se dirige dentro de la propia empresa?- No, señor - se apresura a responder Caio con voz temerosa - Es sólo que... usted nunca ha estado aquí antes, así que pensé que podría necesitar algo de...- A usted no le pagan para pensar, sino para sentarse en el mostrador y recibir a la gente - Filippo le corta bruscamente, me