Movía mi pierna de arriba abajo mientras esperaba en la sala de espera estaba completamente alerta y con la esperanza de poder saber que había ocurrido con todo aquello, pero no había nada que me mostrara una respuesta en lo más mínimo, no había una muestra de que ella saliera de la sala de seguridad, o que se mostrara ante mí, espere allí sentado ante la mirada coqueta de la enfermera del centro psiquiátrico
No podía quedarme aquí, simplemente no podía, por eso, estaba dispuesta a salir de inmediato, pero entonces sentí el agarre en mi muñeca y por más que intentara zafarme no me era posible, el tío Elios estaba completamente empecinado en dejarme ir, en no dejarme ayudar a Doy un gemido al despertar y sentir como sangre sigue saliendo y como mi cuerpo pide a gritos ayuda en medio de mis músculos entumecidos y un dolor aniquilándome, pero no sé dónde estoy, me encuentro encerado en lo que parece ser un baúl, no tengo mi teléfono y nada con lo que pueda dar aviso de mi localización la cual no tengo ni la menor idea cuál es, ni que me encuentro vivo, por lo menos un poco, siento un sobresalto en el auto y maldigo al sentir el maldito dolor aún más punzante en los costados de mi estómago, esa maldita mujer me disparo dos voces por la misma zona, no me siento bien, pero tampoco puedo simplemente dejarme morirHace muchos años cuando era muy joven, --Si no podemos hacer mucho, yo estaré al tanto, me informas por favor…--observe al tío a Elios y solo negó con la cabeza mientras yo estaba a punto de volverme loca, ya estábamos en las calles y la noche cada vez avanzaba más y más rápido, mientras Si me dieran un premio o las aseguradoras automovilísticas me pidieran perdón por el hecho de ser golpeada en el auto, ya tuviese una fortAYÚDAME
NO VEO LA HORA DE VERTE DE NUEVIO
¿POR QUE ME ODIAS?
Mis ojos pesados y mi cuerpo adolorido, solo buscan con desesperación que ella estuviese a mi lado, que nada le hubiese pasado, pero entonces cuando estaba dispuesto a buscar a mi alrededor, solo salió un quejado de mi parte y observe como mi madre me tomaba de las manos con sus ojos llenos de lágrimas y su expresión completamente destrozada, pobre de mi madre, seguramente se asustó demasiado al verme de aquella manera en la puerta de su casa, la verdad es que de haber sido yo estaría de igual manera, por ello solo le sonríe como pude y le apreté la mano para tranquilizarla, pero parecía que eso no funcionaba, pues ella seguía aún llorando desconsolada, al parecer porque yo era un pésimo hijo que la había hecho sufrir demasiado.Mi madre se mostraba completamente contrariada, para luego observar como el abuelo de --¿Hola? —observé el teléfono el cual no podía creer que se tratara de ella, esto era increíble, pero entonces pude ver la mirada llena de preocupación de parte de la madre de Elios por saber de quién se trataba y solo negué con la cabeza para querer indicarle que no se trataba de la persona que ella creía, algo que pareció entender, pues de cierta forma pude ver como se relajaba y se mostraba un poco menos preocupada en ese momentoPERDON SARA
Silencio, no había nada en este lugar, yo estaba en completo silencio, mientras observaba como Yesica parecía perderse en sus delirios y mordía sus uñas de las manos, las cueles las tenía ahora en un completo desastre, pero yo no hacia el más mínimo ruido, no solo porque tenía una cinta enorme en la boca, también por qué estar en silencio parecía ser una buena idea, ya que ella incluso llegase olvidar mi presencia, mientras observaba a mi alrededor en busca de que algo más estuviese allí para ayudarme, pero no había nada, no había un solo lugar filoso al que me pudiese acercar para que poder liberarme
--mamá, mamá. Carajo… Trae un médico, trae un médico…-- hablé en medio de un grito mientras mis lágrimas salían de mis ojos no pude evitar sentirme completamente devastado con esto, no podía ser verdad, no podía, los hombres se adentraron en el lugar, mientras yo no sabía qué hacer, mi madre daba respiraciones llenas de fuerza, mientras yo apretaba su yugular con fuerza e intentando a toda costa hacer que no saliese más sangre del lugar, era imposible, en lo que Elios quien estaba parado a mi lado solo estaba a allí completamente sorprendido, pues tanto el cómo yo comprendíamos que estaba pasando--Arriba… Arriba…--escuchamos aquello en medio de los delirios de mi madre y en un susurro, pero yo no podía marcharme, no podía dejar a mi madre sola, no podía hacerlo porque ella era la mujer quien me había dado la vida, en