Mis ojos pesados y mi cuerpo adolorido, solo buscan con desesperación que ella estuviese a mi lado, que nada le hubiese pasado, pero entonces cuando estaba dispuesto a buscar a mi alrededor, solo salió un quejado de mi parte y observe como mi madre me tomaba de las manos con sus ojos llenos de lágrimas y su expresión completamente destrozada, pobre de mi madre, seguramente se asustó demasiado al verme de aquella manera en la puerta de su casa, la verdad es que de haber sido yo estaría de igual manera, por ello solo le sonríe como pude y le apreté la mano para tranquilizarla, pero parecía que eso no funcionaba, pues ella seguía aún llorando desconsolada, al parecer porque yo era un pésimo hijo que la había hecho sufrir demasiado.
Mi madre se mostraba completamente contrariada, para luego observar como el abuelo de
--¿Hola? —observé el teléfono el cual no podía creer que se tratara de ella, esto era increíble, pero entonces pude ver la mirada llena de preocupación de parte de la madre de Elios por saber de quién se trataba y solo negué con la cabeza para querer indicarle que no se trataba de la persona que ella creía, algo que pareció entender, pues de cierta forma pude ver como se relajaba y se mostraba un poco menos preocupada en ese momento
Silencio, no había nada en este lugar, yo estaba en completo silencio, mientras observaba como Yesica parecía perderse en sus delirios y mordía sus uñas de las manos, las cueles las tenía ahora en un completo desastre, pero yo no hacia el más mínimo ruido, no solo porque tenía una cinta enorme en la boca, también por qué estar en silencio parecía ser una buena idea, ya que ella incluso llegase olvidar mi presencia, mientras observaba a mi alrededor en busca de que algo más estuviese allí para ayudarme, pero no había nada, no había un solo lugar filoso al que me pudiese acercar para que poder liberarme
--mamá, mamá. Carajo… Trae un médico, trae un médico…-- hablé en medio de un grito mientras mis lágrimas salían de mis ojos no pude evitar sentirme completamente devastado con esto, no podía ser verdad, no podía, los hombres se adentraron en el lugar, mientras yo no sabía qué hacer, mi madre daba respiraciones llenas de fuerza, mientras yo apretaba su yugular con fuerza e intentando a toda costa hacer que no saliese más sangre del lugar, era imposible, en lo que Elios quien estaba parado a mi lado solo estaba a allí completamente sorprendido, pues tanto el cómo yo comprendíamos que estaba pasando--Arriba… Arriba…--escuchamos aquello en medio de los delirios de mi madre y en un susurro, pero yo no podía marcharme, no podía dejar a mi madre sola, no podía hacerlo porque ella era la mujer quien me había dado la vida, en
Locura, solo había locura en su mirada, por eso solo caminé hacia atrás y mientras notaba que no había mucho que pudiese hacer, me detuve, ya que yo misma me había acorralado, no podía creerlo, se supone que lo primero que ves en las películas de terror es no ir a lugares en los que sabes que tienes una alta posibilidad de morir, pero ahora no es así, ahora yo solo corrí de manera literal hacia mi asesino o más bien le deje la manera de que ella pudiese llegar hacia mí sin ningún problema, porque ahora estaba aquí en la azotea completamente aislada del mundo, mientras no tenía otra salida más que el lugar por donde ella entraría en unos segundos.Observe a mi alrededor y me escondí detrás de unos enormes tanques de agua y rogué porque ella solo me ignorara y que dios la iluminara para poder escaparme de aquí con vida, algo que veía
La expresión de Jenica cubierta de terror y de tranquilidad era completamente exasperante, no sabía qué hacer, aquella determinación que me había abarcado de acabar con la vida de Yesica me había abandonado por un momento, no podía hacer algo imprudente cuando el rehén principal era Me dolía la cabeza, el cuerpo y tenía muchos sentimientos encontrados, la verdad es que este día fue tan pesado y horrible que creo que diría mucho tiempo en mi vida, sabía que las cosas mejorarían, pero necesitaban su espacio y tiempo, aquello porque tenía más que claro, pero de alguna extraña manera no me preocupaba aquello, lo que me tenía preocupada en estos momentos era Ferka, él estaba herido, estaba muy malherido y tras de todo había perdido a su madre este día, no sé cómo puede estar ahora abrazándome mientras nos dirigimos de la delegación de policías al hospital para que Miedo, incertidumbre y mucho desespero era la orden del día en este momento, tenía miedo, temía en que llegaría esta conversación, por lo que solo asentí y espere a que él indicara todo lo que tenía que decir y rogaba a dios que me diera la fortaleza y la seguridad de solo captar cualquier tipo de palabra que vendría de su parte y solo aceptar el hecho de que yo en este momento no era una de sus personas favoritas, ya que él podía ahora sentir resentimiento hacia mí y que solo debía afrontarlo de la mejor manera para ser fuerte no solo por mí, también por nuestros hijos y por el futuro de nuestro matrimonio que al final del día no sería nada más que un vago recuerdo de un amor único que Había sido una semana caótica, la madre de Ferka había sido sepulta junto a su padre, mientras que el abuelo lleno de dolor se había sentido culpable por no haber apoyado un poco más a su nuera y le dolía el hecho de que su nieto se hubiese quedo tanto si su madre y su padre, había sido un gran golpe para el pobre anciano lograr enterarse de todo lo acontecido y de cómo no había podido ayudarnos, sabíamos que el abuelo no podía hacer mucho, de hecho los míos estaban completamente atormentados por lo mismo, mientras que nosotros nos encontrábamos intentando hacerlos sentir mejor indicándoles que nos bastaba con saber quDEBEMOS HABLAR JENICA
SECUELAS DE UN DOLOR TERRIBLE
CERRANDO CICLO DE UN PASADO