Imaginar lo que harían esa misma noche hizo enrojecer a Noelia quien bajó la mirada, tomando un pedazo de pan de que habían colocado a un lado de la sopa que sirvieron como entrante de la cena.Eloise se sorprendió por la forma que el hombre sentado en la cabecera principal de la mesa hizo que todos los comensales le prestaran atención y acatarán sus palabras, como si fuera una orden, la americana jamás se hubiera imaginado ver a un hombre así fuera de las películas y, pese a que a ella le gustaban los hombres con carácter y presencia, Phillip Lorraine le causó un desagradable temor en lugar de algún tipo de interés. Por lo que nuevamente volvió a fijar la mirada en su amiga y el hombre a su lado. Eloise no dudaría en enfrentarse a toda esa familia por su amiga, sin importar lo aterradores que estos pudiera ser para ella.Además, que de haber una fiesta también tenía oportunidad de poder bailar con el abogado sentado a un lado de ella, idea que le empezaba a apetecer demasiado.La cen
Cuando Marius llegó a la habitación abrió el picaporte con algo de dificultad, pero lo que no haría sería soltar a Noelia, la joven se había quedado dormida en sus brazos y, por extraño que pareciera, la forma en que los brazos de Noelia rodeaban su cuello, aferrada a él, su expresión de calma y esa belleza perfecta y natural, lo tenían maravillado, no quería que absolutamente nada perturbara su calma.Entró con la chica en brazos y la dejó con suavidad sobre la cama, era una pena que se hubiera dormido, realmente la deseaba, la deseaba muchísimo, pero no había prisa, podría ser al día siguiente u otro, sonrió al ver como se acomodaba en la cama buscando la mejor posición para dormir y Marius negó, no podía dejarla toda la noche vestida, aunque era completamente contrario a tocar una mujer que no estaba consciente de nada.— ¿Por quitarle la ropa para que duerma cómoda no pasa nada, verdad?— se preguntó a sí mismo y luego negó como si esa fuera la respuesta a su propia pregunta.Mariu
Lucrecia pensó que no había necesidad de hablar simplemente de hacerle sentir su presencia, de hacer que sus cuerpos se rozaran, mientras sus manos recorrían su torso, jugando con sus tetillas, y sus labios dejaban besos, no solo en su espalda, sino también en sus hombros.Ese hombre poseía un hermoso cuerpo, que parecía acumular perfección con la edad en lugar de lo que le ocurría a la mayoría de seres humanos ¿Cómo diablos podría ella dejarse ganar por una mocosa? Nunca, jamás lo haría.El olor de la excitación de su ex llegó de golpe hasta las fosas nasales de la francesa, haciendo que su entrepierna también se humedeciera, imaginando lo que pasaría entre ellos, por lo que no dudó en llevar su mano derecha hasta la mano de Marius, la cual lo masturbaba en ese momento.— Deja que lo haga yo querido… Déjame ayudarte — susurro a su oído con su cadencioso acento francés.—¿Lucrecia?— solo de escuchar su voz, el calor que lo recorría se convirtió en hielo, lo primero que hizo Marius fue
Mathew rogaba por qué los pasillos del jodido castillo se acortarán por arte de magia y llegar cuanto antes a su habitación, las insinuaciones de la chica lo tenían nervioso, alterado y a punto de perder el control de nuevo, sobre todo al tener todavía muy presente y fresco el recuerdo de cómo la había tomado en el laberinto solo unas horas antes no ayudaba a que pudiera recobrar la cordura con facilidad.— Bueno, por fin llegamos — el alivio se sintió en su voz cuando paró frente a sus puertas observando la de la chica e indicando con un gesto de la mano que entrara — Espero que duermas bien, Eloise — observó su rostro y sus labios tenía deseos de besarla ¿En qué estaba pensando? Ni siquiera la había besado mientras la follaba, él jamás besaba a sus amantes y si no lo hacía durante el sexo, mucho menos lo haría frente a su puerta para despedirla como un jodido adolescente despidiéndose de su novia después de una cita.Se giró para agarrar el picaporte de su puerta y la abrió entrando
— ¿Cómo te gustaría que te llamara?— le preguntó la joven con voz atrevida, llevando dos de sus dedos hacia su boca, mojándolos, lo suficiente, antes de llevarlo en medio de sus piernas, bajo sus braguitas, acariciando su clítoris, cerrando sus ojos, mientras llevaba su mano libre por su cuello, imaginando que eran los labios del abogado acariciando su piel con sus labios.— Por mi nombre — él estuvo a punto de pedirle que lo llamara amo, pero eso sería adquirido algún tipo de responsabilidad sobre ella y no pretendía hacerlo.—Matthew… — jadeo casi sin aliento al abrir con sus dos dedos los pliegues de su intimidad, sintiendo no solo el roce de sus dedos, también el roce del encaje de sus braguitas, al hacerlas a un lado.Sus caderas se movieron hacia arriba, justo cuando la mano en su cuello llegó hasta sus senos, los cuales amasó con sus manos hasta llegar a su pezón y jugar con él.Era una delicia verla así, tan joven y a la vez tan entregada a satisfacerlo, casi podía comprender
Mat no se amedrentó, la idea era hacerla, disfrutar, si, pero a la vez asustarla para que no volviera a buscarlo, así que no entraba en sus planes follarla, solo usar su boca para desahogarse de la excitación que le provocaba lo que veía y hacerla terminar sin llegar a tocarla. Una tortura porque lo único que deseaba en ese momento era poseerla con las mismas ganas con las que la agarró del cabello para pegarla a su pelvis y empujarse en el interior de su garganta, embistiendo sin ninguna restricción mientras el ritmo en que el brazo hidráulico se movía se incrementaba cada vez más.— Así Eloise aprieta los labios ¡Qué Boca joder!— exclamó viendo los ojos llorosos de la americana y cómo a pesar de ser brusco seguía aguantando cada uno de sus duros movimientos— Mierda … Me corro— no tardó demasiado en dejarse llevar y empujarse un par de veces más en su boca, al primer chorro de semen le precedieron un par más que dejó caer sobre sus senos para luego acariciar y estimular más esa zona
— La doble penetración es uno de mis fetiches, pero no me gusta compartir con nadie a mis amantes, al menos no mientras están conmigo — Explicó mientras llevaba su erección a la dilatada entrada del trasero de la chica y en una dura embestida se hundía en su interior.Ella tenía deseos de decirle que no le gustaban los tríos, pero no dijo nada, simplemente, mordió sus labios, humedeciéndolos en el proceso, pensando en porque deseaba explicarle algo a ese hombre. Gimió cómo una gata en celo justo cuando el ardor por sus manos recorrió su trasero, no solo una sino dos veces.Eloise estaba disfrutando con el dildo de su trasero, pero cuando lo sintió entrar en ella de manera firme y dura en su interior. Se sintió estremecer por completo, su intimidad se humedeció aún más, por lo que estuvo a punto de correrse solo con sentirlo dentro—Matt… — jadeo su nombre con fuerza, arqueando su espalda, alzando más su trasero, deseando que él la tomara de manera salvaje, que la dominará, por lo que
—Noelia te ves hermosa.La voz de Ariadna tras ella la hizo sonrojar, sobre todo por el tono que lo hizo.Noelia realmente no era del tipo de chica que se vistiera o pensars en qué ponerse para verse bien, era más del tipo que usaba lo que tuviera a mano o fuera cómodo. Por lo que no creyó disfrutar de pasar la mayor parte del día en compañía de las mujeres Lorreaine; sin embargo, fue todo lo contrario, ellas la hicieron disfrutar de colocarse mascarillas en el rostro, mientras le daban masaje, no solo en su rostro, también en cada parte de su cuerpo, ademas de ameba conversación y, como no, comida deliciosa y dulces traidos de la mejor pastelería de la ciudadPero todo fue gracias a Eloise y Ariadna quien rompieron a su manera el hielo entre todas, incluidas la madre de Marius quien no fue demasiado sutil al hacerle preguntas, por un momento Noelia consideró la posibilidad de que las mujeres a su alrededor la juzgarían como una caza fortuna cuando dijo que no tenía padre, más si una