Juliett estaba nerviosa, aunque no era la primera vez que recurría a esa persona en busca de ayuda.Pero esta vez lo estaba demasiado, no lograba dejar de frotar sus manos una contra otra mientras aguardaba en la sala de espera a que pudiera ser atendida, algo le decía que debía salir de ahí, que no era igual que en las ocasiones anteriores, que sería diferente.Sentía fuertes avispas en el interior de su estómago, removiéndose furiosas cómo si quisieran advertirle del peligro, pero por mucho que esas avispas tratarán de ponerla sobre aviso, ella no podía hacer otra cosa más que esperar y rezar por no arrepentirse al haber ido a pedir ayuda a ese hombre, aunque sabía que no le quedaba otra opción a pesar del riesgo que corría.Porque no temía por ella o su seguridad, sino que el peligro se dirigiera hacia su hija, por eso rezaba, mientras esperaba, porque esas avispas no fueran advertencias o señales que la alertaran de que algo pudiera ocurrirle a su preciosa hija.Media hora pasó an
Una vez su madre pronunciaba esas palabras Noelia guardaba silencio y ya no hacía más preguntas, de igual manera su madre tenía razón, la vida no era fácil para ambas, pero tampoco era tan difícil, al menos no la mayor parte del tiempoAun así, si Noelia fuera cualquier otra chica sabría o al menos sospecharía sobre los extraños viajes de su madre y la forma que ella conseguía el dinero cada vez que estaban en apuros. De algún lugar tenía que salir esa ayuda, pero bueno, era el tipo de chica difícil de creer que pueda existir. Por lo confiada e inocente que era para algunas cosas y lo astuta que era para otras.Juliette, salió con el corazón bombeando con mucha fuerza, con la promesa de poder obtener en un par de días los fondos suficientes para evitar que perder la casa donde vivían y que su hija tuviera que dejar la universidad; sin embargo, el costo por esa ayuda en esta ocasión era demasiado grande, tan grande que sentía como el corazón se le estrujaba con fuerza de solo pensarlo
— Vaya, parece que estamos todos — Marius fue el último en entrar a la sala donde estaba el resto de su familia, sus dos hermanas, su hermano, su madre y por supuesto, la persona que los había reunido a todos, su padre.— Ni que estuviéramos en Navidad.—¿Quieres un café, algo de comer, hijo?— preguntó Camille, la madre de Marius, acercándose a besar la mejilla de su hijo, ignorando su comentario mordaz y es que a ella lo que más ilusión le hacía era tener a todos sus hijos en casa a la vez, era algo muy extraño que solo ocurría en Navidad o celebraciones aisladas.— Un café estará bien Madre, comí en el avión, no tengo hambre — aseguró Marius con dulzura, devolviéndole el beso a su madre y luego sentándose en el sillón para sostener la mirada de su padre y patriarca de la familia Phillip Lorraine.— Y ahora que estamos todos ¿Qué es lo que sucede?Phillip esperó a que la sirvienta dejara las bebidas que habían pedido sus hijos y se marchara, lo que debía decir era algo que solo ellos p
Marius abrió muy grandes los ojos, recordaba a Juliette y cómo los había cubierto varias veces de adolescentes cuando salían a alguna fiesta a la que no les permitían ir, era cinco o seis años mayor que él, pero por lo que sabía estaba al servicio de su familia desde prácticamente los 14 años y desde el principio le encargaron el cuidado y la compañía de Violet, convirtiéndose en la compañera de juegos a la vez que cuidadora de su prima.— No puede ser, Juliette era una buena persona — Aseguró Marius y su madre asintió de acuerdo con aquello.Su padre negó y cambió la fotografía por la imagen de un informe de interrupción del embarazo de Juliette Roux en la décima semana de gestación.— Seis meses antes de que se produjera el incendio, Juliette estaba embarazada y George la obligó a abortar, él me lo confesó en aquel momento porque quería consejo. Había tenido una aventura con la joven y esta quiso presionarlo con el embarazo, un día él la llevó a una clínica a la fuerza e interrumpió
El teléfono de Marius sonó y, a pesar de estar reunido y de la mirada inquisitiva de su padre, no dudó ni por un solo instante en sacarlo del bolsillo y observar el mensaje que le acababa de llegar sin ser capaz de evitar que una sonrisa, poco común en él, iluminara su rostro.— Lo siento debo salir un momento — Aseguró interrumpiendo la reunión con su familia, importandole poco todo, mas allá de la idea de volver a tener a Noelia en sus brazos y levantándose para ir en su búsqueda — mi novia está a punto de aterrizar y debo ir al aeropuerto no conoce el país ni el idioma.— ¿Novia?— preguntó la hermana pequeña de Marius sorprendida por lo que acababa de decir y varios miembros más de la familia también levantaron la mirada en su dirección. Por un instante se convirtió en el centro de atención.— Si Ariadna, novia, supongo que querrán conocerla, así que me iré a buscarla cuanto antes, pero ya les adelanto que me da igual lo que ustedes opinen — caminó hasta la puerta para abrirla, per
—Mira hablando del diablo o mejor dicho de tu Daddy está allí, creo que esa es nuestra limusina.Noelia volvió a soltar un gran suspiro al ver la enorme limusina blanca, en serio, que tenía ese hombre contra el transporte normal y corriente para trasladarse; sin embargo, tras verlo bien y darse cuenta de que su cabello era negro y no del rubio característico de su amante, paró a su amiga rápidamente, agarrandola del brazo.—No, él no es Marius.—¿No? ¿Entonces quién es?Noelia notó el tono de interés en la voz de su amiga y también la forma en la que se comía al hombre con la mirada a medida que se acercaban a él sin entender muy bien por qué, en su opinión no era demasiado atractivo, incluso parecía algo sombrío y peligroso.Briggitte caminaba tras ellas ignorando su conversación, había aprendido que debía oír, ver y callar, así que simplemente llevaba las maletas que en ese momento era su única obligación.—Por favor Eloise, compórtate.— le susurró Noelia al adivinar las intenciones
—Sabré comportarme, gracias por decirme que no me presentaré como la dama de compañía de Marius.— Noelia no sabía porque, pero las palabras de Mathew le causaron cierto resquemor en el ego que no pudo evitar hacer evidente al responderle.Noelia debería sentirse aliviada de que no la expusiera como una simple amante o su puta, pero algo le dijo que tal vez, que ella estuviera ahí, podría servir para otro propósito con el que bo contaba. Se encogió sobre su asiento haciéndose más pequeña, dejando de prestarle atención a lo que sucedía entre Eloise y al abogado.— Estoy seguro de que así sería. No tengo ninguna duda de que sabes compórtate Noelia, y Marius también, por eso va a presentarte como su novia. Eres la primera mujer que lleva a casa desde que se divorció hace 5 años, así que ten un poco de paciencia, no están acostumbrados a verlo acompañado— Explicó el abogado sintiendo el malestar de la joven.Eloise parecía no captar la forma fría y distante que el amigo de Marius tenía de
Mathew se quedó blanco al ver a esas dos mujeres enfrentadas y a Noelia defendiendo a Bruno sin tan siquiera saber quién era, Lo que más ternura le dio era la forma en que el niño se agarraba a la joven escondiéndose tras ella de la bruja de Lucrecia, esperaba que esa chica superara la prueba, porque era alguien muy especial que podría ser muy beneficiosa para su amigo, cuanto mas tiempo pasaba con ella mas seguro estaba de aquello.— ¿Y tú quién te has creído que eres, niña?— preguntó Lucrecia revisándola de arriba a abajo.— Ven con mamá Bruno — pidió con una voz demasiado dulce para la escena que acababan de ver hacia solo un instante —suelta a mi hijo. — la mujer estaba tan molesta pensando en quién sería esa chica que aparecía justo cuando se enteraba de que su exmarido estaba de vuelta, que ni siquiera se percató de la presencia del abogado de Marius a un lado.Noelia no podía imaginar que clase de mujer era capaz de tratar a su propio hijo así, pese a la diferencia de edad no se