Capitulo V

Pasan un par de minutos, por fin logra conseguir el sueño.

Aquella persona que la está espiando, se percata de que se ha quedado dormida, está completamente indefensa. Viéndola con lujuria, se comienza a acercar.

Sueña con miles de cosas que le hará, no puede dejar de imaginar con cada paso que da. Es de madrugada, por lo que es casi imposible que alguien los vea.

Por desgracia, para él, no sabe que también hay otra persona que los está viendo a lo lejos.

Al llegar, lo primero que intenta hacer es tocar sus muslos, no obstante, alguien agarra el brazo. Intenta empujarlo por inercia, pero es llevado directo al callejón, sacan una jeringa que contiene veneno.

— ¡NO TENGO NADA QUE VER CON USTEDES, MALDITOS PSICÓPATAS! —Grita a todo pulmón.

Se acerca a uno de ellos para golpearlo, pero este se hace a un lado, al igual que los otros, formando una fila de dos. 

Un hombre casi cubierto por completo de negro se acerca a aquel hombre, la única parte descubierta es su boca, debido a que está fumando un cigarro, sin mencionar que también tiene el cabello descubierto.

— Te intentaste meter con algo que es mío, por supuesto que tienes que ver conmigo. —Dice con una sonrisa.

— ¿Estás hablando de la mujer? —Pregunta confundido.

— ¿Tú qué crees?

Al oír esa pregunta, de la nada comienza a reírse.

— Es mi esposa, habíamos quedado de vernos aquí. Quería jugarle una broma, nada más. Así que, no diga que es suya. —Menciona molesto.

En silencio escucha al hombre mientras sigue fumando su cigarro.

— Prometo que no diré nada, pero déjeme regresar con mi esposa, es lo único que tengo.

—… Pufha, ha, ha, ha, ha.  

Empieza a reírse con él por inercia, no obstante, en cuanto deja de reírse, este de inmediato lo hace, los nervios lo invaden.

— ¿Puedo regresar? —Pregunta con miedo.

—… Mátenlo. 

~~~

Por otro lado, aquel hombre se queda cuidando a Rose mientras duerme, a pesar de las horas que pasan, él sigue sin despegar su vista de ella. 

Cabe mencionar, que algo no cuadra, a lo largo de las horas diferentes hombres intentan acercarse a ella con malas intenciones, todos terminan muertos, pero la cantidad de personas que lo han intentado en tan poco tiempo es excesiva.

En otro lugar, las cosas para Alex se han puesto a su favor.

— Esto puede ser beneficioso para ambos, sin embargo, como dije, si ella no está de acuerdo, no sirve. —Dice rápidamente.

_ Ya está firmado, déjeme entrar. —Expresa con molestia.

Hay una cámara secreta que pertenece a Rose o pertenecía más bien, es conocida solo por ella, su abogado y Alex. Hay cosas muy valiosas dentro, el abogado fue recompensado con una gran fortuna por parte de Rose, a cambio prometió resguardarlo bien. La contraseña es conocida por Rose y su abogado o bueno, ex abogado. 

Ella nunca le confió su contraseña, por lo que no puede ingresar sin ayuda de él, también está consciente de que adentro hay cosas muy importantes. Hay una reliquia familiar por parte de ella, lograrán reconocerla por el sello de Rose, cabe mencionar que nadie sabe con exactitud qué es exactamente, excepto por pocas personas.

— No me crea estúpido señor Alex, sé reconocer cuando algo está falsificado y es obvio que ese contrato que carga en su mano es falso. 

— ¿Qué quiere decir con eso? —Pregunta con molestia.

— No se considere tan listo señor Alex, no me quiera mentir a la cara. —Dice rápidamente.

No cede, por lo que no tiene de otra que recurrir al siguiente plan.

— Está bien, está bien, ¿qué es lo que quiere exactamente para que me deje entrar a la cámara? —Pregunta sin escrúpulos.

— ¿Sabe que lo que está haciendo se llama corrupción? 

— ¿Entonces eso es un no? —Pregunta con una sonrisa.

— … Veamos. ¿Qué es lo que piensa ofrecer? 

— Dinero, mucho dinero, lo suficiente para que viva el resto de su vida gastando todo el dinero que desea. —Responde con una sonrisa.

— … Parece una buena oferta. 

Ambos se aprietan la mano.

— Sabía que nos entenderíamos.

A pesar de todo, el sol la ha despertado con un calor excelente, sintiendo la brisa del aire, el calor del sol mientras escucha el canto de las aves. 

Hasta que abre los ojos y se da cuenta de que la brisa, es en realidad orina de paloma y el canto en realidad es caca de paloma cayendo en ella.

Podría alterarse, pero ya no tiene ni fuerzas para eso.

Camina a los alrededores para ver si encuentra algo con que limpiarse. Tiene suerte, porque termina encontrando un pedazo de papel, lo agarra e intenta limpiarse con él.

Aún no se da cuenta, pero el hombre que golpe, la ha perseguido y cuidado desde la noche anterior. Mientras se limpia, ve a una persona cantando por dinero, es un magnífico idea, por lo que decide hacerlo también. Agarra un bote que encontró en la calle, lo rompe un poco y se sienta en un parque que está cercas para cantar.

— Puedo conseguir bastante dinero cantando, es una buena idea. 

~~~ 

Ha estado por horas y horas cantando, pero nadie se acerca para darle ni siquiera un peso, cree que es porque la gente tiene pendientes o no tiene dinero, lo que no comprende es que ella como no estudio y no tuvo el don del canto en su vida, no se le ha pasado por la cabeza que canta mal.

En ese momento, un par de adolescentes la ven, se acercan a ella, parece que le dará dinero, después de todo, si sirvió.

— Ten. —Expresa con desprecio.

Con asco y odio le tira un peso en la cara.

— … Gracias —Expresa conteniendo su ira. 

No está en posición de nada, por lo que se aguanta la ira.

Uno de los adolescentes es una chica, la joven se acerca más para decirle…

— Te seré honesta, cantas muy mal, si no tienes para pagar unas clases, mejor no cantes, nosotros no tenemos la culpa de que hayas perdido todo por ser adicta a la cocaína. —Dice con burla.  

Eso es todo, decide responderle…

— Niña, ¿qué te hace pensar eso? —Pregunta con molestia.

— He conocido gente como tú, la única razón de que están en este estado en el que te encuentras tú, es por sus decisiones ridículas, tomar y fumar, son una escoria para este mundo.

Me dan tanto asco la gente como tú, tan difícil es conseguir dinero de una manera decente, de seguro también eres una ratera sin escrúpulos, lo más probable es que te atraparon, dejándote en la bancarrota. 

De verdad que la gente cree lo que quiere creer, es lo más estúpido que he escuchado, ni siquiera me conoce. 

—… Te daré un consejo —Dice con una sonrisa.

— ¿Un consejo de ti?, ¿acaso no te das cuenta de que no eres alguien que no ha tomado buenas decisiones?, si tomo un consejo tuyo, lo más seguro es que termine así de arruinada.

— Algún día recibirás la golpiza de tu vida, recuérdame cuando te golpeen en la cara.

—Expresa felizmente.

— Atrévete a golpearme y soy capaz de demandarte.

— Estoy hablando en general.

— Vamos, atrévete, te demandaré. —Exclama con molestia.

— No tengo tiempo para seguir discutiendo contigo. 

— Si tú eres la que quiere distraerme, de seguro quieres robarme. —Dice rápidamente.

Sus amigos comienzan a intentar llevársela, se está pasando un poco, pero ella los ignora y los empuja para seguir con lo suyo.

Rose, pasa de largo, mientras ella sigue gritando, dinero es dinero y aunque sea para un chicle le va a alcanzar. 

Entra a una tienda, todos la miran mal, pero los ignora. Pacientemente, espera su turno y cuando por fin llega, pide amablemente un chicle.

— Son 1.50 por favor. —Expresa con respeto. 

— Solo tengo un peso, ¿podría darme el chicle? —Pregunta rápidamente.

— Lo lamento, pero me temo que no se podrá, yo también necesito dinero. 

— Son solo cincuenta centavos.  

— Dinero es dinero, lo siento, señora —Expresa con molestia.

— Sí, lose es… 

Una persona la interrumpe… 

— Yo lo pago, dáselo a la señora, se nota que lo necesita. —Menciona con burla.

Se da cuenta de que ha escuchado esa voz antes, mientras el señor le da el chicle, ella voltea, para mirar al sujeto de la otra vez.

Molesta pasa de largo para no tener que estar con él, sale de la tienda, rápido, pero no es suficiente, la agarra del brazo con fuerza y la detiene.

Por reflejo le suelta una patada en los bajos, cae al suelo mientras se retuerce de dolor… 

— ¡¿por qué me estás siguiendo?!, ¡¿no sabes que esto es acoso?! —Pregunta alterada.  

Al verlo retorciéndose por demasiado tiempo, comienza a pensar que tal vez sí se pasó un poco.

— Solo quiero ayudarte, estúpida, anciana —Expresa con furia.

— ¡No soy una anciana y no necesito de tu ayuda! —Alza la voz.

— Yo te pagué el chicle, por lo menos un, gracias estaría bien.

— ¿Por cincuenta centavos? —Pregunta enojada.

— Pero no lo tenías, estúpida, malagradecida.

Se levanta con dificultad mientras estira su brazo, su mano contiene un sobre.

— ¿Qué es eso?  

— Es dinero.  

— ¿Me ves cara de interesada?, no quiero tu dinero. —Responde ofendida.

— No te estoy pidiendo que lo tomes, te lo estoy ordenando.  

La mujer va a decirle algo, hasta que ve a Daniela, es jodidamente molesto, no tiene de otra, lo agarra a él para meterse ambos en unos árboles, no hay gente ahí, ya que, prefieren estar afuera que adentro de ahí.

— No puedes sacar dinero así y dármelo como si nada, no soy tu perro ni mucho menos tu empleada.

— No me interesa, solo quería dártelo. —Repite nuevamente.

— Es ridículo, para qué me das tu dinero, yo no lo quiero, no soy esa clase de persona. ¿Qué es lo que quieres?  

La agarra de la cintura para acercarla, no espera esa reacción, intenta golpearlo, pero le agarra el puño antes de que pueda hacerlo.

— Puedes pagarlo de otra manera. —Expresa pervertido.

De manera provocativa se acerca a sus labios.

— ¿Me ves cara de prostituta? —Pregunta furiosa. 

— ¿Por qué no?, todos tienen un precio, eres solo una vagabunda, no tienes dignidad.

Al estar distraído, logra zafar un brazo y le da un codazo.

— Ese dinero no me interesa, conseguiré lo que quiero por mi propia cuenta sin necesidad de ser una prostituta. 

Levanta el sobre que él tira por accidente, lo abre y le tira los billetes en la cara.

— Mejor busca otra persona para cumplir tus necesidades, maldito, pervertido.  

Se retira dejándolo solo.

~~~ 

El golpe fue a su ojo, por lo que al llegar a su mansión, todos sus empleados se quedan sorprendidos por tal evidente golpe.

— ¿Qué quiere que hagamos, jefe? —Pregunta con molestia.

— Protegerla, no hagan nada más. —Ordena rápidamente.

— Amo ella…  

— Aquí el amo soy yo, hagan lo que les digo.

¡ENTENDIDO! —Grita fuertemente.

Asienten con la cabeza, aunque la orden no es de su agrado. Proteger a la persona que insultó, hirió y golpeó a su amo, es repugnante. 

Mientras tanto, él está sonriendo, recordando a la mujer.

Continuará...

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