— ¿Así que, está viva? —Expresa con una sonrisa.Alex se encuentra hablando por videollamada con un sujeto algo mayor, es blanco, con vestimenta negra.Es un empleado de Alex, es un informante, apodado Ciber, alguien que ha trabajado con él por varios años. Nadie conoce su identidad, por lo que nadie conoce su nombre, ni cuando nació, no tiene ni registros, tampoco huellas.— Por desgracia así es, mis empleados no pudieron con el trabajo, por lo que decidieron mentirme, pero no se preocupe, yo me estoy encargando de ello. Sabe que su jefe está muy molesto. Con una voz gruesa y profunda dice…— La quiero muerta lo antes posible, si ella está vida es un peligro para mí. — Sí, mi señor, créeme que cuando me enteré me encargue de asesinarlos.En realidad no era cierto, ya que, ellos murieron por mano del otro hombre, pero si dice eso, lo más probable es que no termine la semana con vida.— Me has fallado, dijiste que estaba muerta y ahora vienes a decirme que está viva, ¿piensas que esto
Todos están perplejos al ver tal reacción. Pasan un par de segundos, se da cuenta de lo que hizo, no puede con el coraje y la vergüenza, por lo que decide irse.Por otro lado, el entrevistador corta con comerciales. Se levanta y va con Daniela agarrándola del brazo, aunque esta se suelta bruscamente. Cabe recalcar, que hay gente que está sentada alrededor del escenario.— Piense bien las cosas. Intenta agarrar su mano, pero ella del coraje lo empuja, cayendo al suelo. Todos quedan perplejos al ver las reacciones de Daniela.La miran con odio y desprecio, cuando se da cuenta de esto, comienza a irse, pero se le ocurre una brillante idea, ya que, esto puede ocasionar problemas para Alex.— sniff, sniff, ¿por qué tienes que tratarme de esta manera?, acabó de perder a la hermana de toda mi vida y tú vienes a destruirme más. Reclama entre lágrimas.~~~ Ya es algo tarde, Edward ha llegado a la mansión, se encuentra agotado, asesinar a sus enemigos no es nada fácil. Mientras está llegand
No aguanta más, por lo que le suelta un golpe en el estómago. La suelta, aunque el golpe no le genera dolor, sino más bien enojo.— No me mires así, me estabas lastimando y además, odio que invadan mi espacio personal. —Habla con seriedad.La mujer se levanta, solo que esta vez, hay unos zapatos color azul para poder usarlos. Cabe recalcar que todo el tiempo, andaba descalza.— ¿Y estos zapatos? —Pregunta confundida.— No preguntes, solo póntelos y no digas nada.Se siente confundida, pero se los pone para pararse.Se levanta el sujeto y se pone enfrente de ella para agarrarla de los hombres.— Como no puedes hacer algo tan simple, te doy una semana. — ¿Una semana? —Pregunta con molestia.— Agradece que te doy una semana. —Dice rápidamente.El hombre se empieza a ir para dejarla sola, hasta que ella lo detiene con su voz.— Espera, no me has dicho, ¿qué haré después de que me los aprenda?— Te haré un examen, si lo pasas empieza tu cambio y si no, te reemplazó.—… ¿Con reemplazarme te
Al entrar, logra ver a la gente con la que antes se topaba. Gente superficial e interesada. No es de extrañar su comportamiento con los camareros. Se distrae al observar los alrededores, hasta qué Edward la despierta. Truena los dedos, la mujer se acerca con la cabeza agachada. Discretamente, se acerca a su oído para susurrarle. — ¿Dices, que solo eres actriz?… Bueno, es tu momento para demostrarlo, fállame y te destruyo. Un escalofrío recorre su espalda. Edward comienza a caminar para adelante, Rose acelera su paso para alcanzarlo, pero debido a su caminata junto con los zapatos, se vuelve a caer. Toda la gente de alrededor se ríen de lo ocurrido. — ¡Levante! —Alza la voz. La mujer se levanta enseguida. Justo enfrente de ellos, una puerta gigante se abre, no obstante, cabe recalcar, que no se percató nadie de eso, ya que, parecía una pared. Una pareja de ancianos sale de ahí, el hombre lleva un traje muy fino, que parece de seda, parece de unos sesenta años, mientras que la
Pasan un par de minutos, al quedarse viendo el cielo estrellado, no puede evitar que los recuerdos de su madre le vengan a la mente.Lágrimas comienzan a caer, sintiéndose culpable por ello, ya que, aunque suene estúpido, siente un leve rencor hacia ella.Dejarla a una edad tan corta, sin mencionar, el hecho de que nunca conoció a su padre. Pequeños fragmentos vuelven a ella, solo que esta vez de recuerdos horribles, en donde miraba a su madre llorarle una foto de un hombre, siendo lo más probable, su padre. También había momentos que cuando lloraba expresaba entre llantos que volviera con ella. Sintiendo más rencor hacia ella.… Esos sentimientos son demasiado para ella, así que, prefiere ignorarlo. Se levanta para caminar en círculos, alrededor de la fuente, hasta que una sombra se postra enfrente de ella. Entra en pánico, si es Edward, está perdida, sin embargo, al levantarla se da cuenta de que es solo el señor Vánova.— Perdóname querida, no fue mi intención asustarte. —Mencio
Por varias horas, ha buscado a la hija de ellos, pero no está teniendo éxito. Puede ser bastante tiempo, pero prefiere seguir así para distraerse. Sin embargo, mientras sigue buscando, un escalofrío le recorre el cuello. Para él, significa que algo malo va a pasar. Se le viene a la mente Rose, no quiere, pero inconscientemente. … Mientras tanto, Rose, se encuentra inconsciente. Uno de los que acaban de entrar, la recoge cómo costal. — ¿Dónde la llevo? — ¿Cómo qué a donde?… Donde llevamos a todas, al edificio. —Expresa con fastidio. — Entiendo, solo que, está inconsciente. — Eso no importa, si está inconsciente o no, tiene que pagar. —Exclamó con furia. — Sí, mi señor. Lo que contenía el vaso, aparte de agua, eran tranquilizantes, suficientes cómo para dejar a alguien inconsciente. Al salir del lugar, la peluca de Rose, suelta un poco de cabello, pero no en el suelo, sino en la ropa del señor Vánova, sin embargo, no se da cuenta de esto, ya que, por estar tan junto a ella,
— ¡¡NO ME TOQUEN!! Da golpe tras golpe, como puede, pero es inútil. Los hombres la someten con rapidez, debido a su poca fuerza. Mientras la voltean para que quede boca abajo. Le escupe a uno de los hombres, provocando que este mismo le suelte un golpe muy fuerte en la cara. Si apenas empezaba a tener cordura, se ha ido, debido al golpe. — Vuelve a golpearme y te irá peor. —Expresa en tono de advertencia. Tres de ellos van directo a sus piernas, para abrirlas, mientras que los otros a sus costados y brazos. La desnudan sin piedad para dejarla en ropa interior, mientras ellos se desvisten. Sin embargo, a pesar de la situación, sigue luchando, dando una leve patada a otro de los hombres. Otro golpe va directo a su cara, dejándola, prácticamente noqueada y con escurrimiento en su nariz. — Te desharemos como a las otras perras, ¿eso quieres? —Pregunta con molestia. Le agarra de los cabellos y al ver que no responde, estrella su cabeza contra el suelo. — Tranquilízate, no la mates a
Han pasado semanas desde aquel fatídico día, Edward no ha vuelto a ver a Rose, ya que, hace un par de días, despertó. No quiere verla, por alguna razón intenta evitar hacerlo. Aun así, Rose lo sabe, no es estúpida, es por eso que pide hablar con él, pero siempre le responden con lo mismo que está ocupado. Así que, se le ocurre un gran plan. … Edward se encuentra en su oficina, investigando ciertas cosas, ya que, hay algo que para él no cuadra en todo esto. No tiene sentido que se haya descubierto, si él no lo había mencionado. Tock Tock — Adelante. Rápidamente, abren la puerta, al voltear ve la cara de preocupación de su sirvienta. — ¿Qué sucede? —Pregunta con confusión. … .. . Sale corriendo a la habitación de Rose, le han avisado que ha tenido un paro cardiaco. Abre la puerta y lo primero que ve es a Rose con una sonrisa burlona. La mujer se levanta con molestia y se acerca a él. — ¿Y bien?, me debes una explicación. —… No sé de qué hablas. Ahora que ya estás mejor,