Rebeca despertó.

El sol de la tarde se filtraba suavemente a través de las cortinas blancas en la habitación del hospital. El ambiente era tranquilo, solo interrumpido por el suave pitido de los monitores y el murmullo lejano del personal médico. Rebeca yacía en la cama, su rostro pálido pero sereno.

Después de días en cuidados intensivos, su cuerpo finalmente comenzaba a responder. Sentía dolor por todo su cuerpo y no podía moverse bien. Sus dedos se movieron ligeramente, y sus párpados temblaron antes de abrirse lentamente. La luz la cegó por un momento, pero pronto sus ojos se acostumbraron y pudo ver el rostro familiar de Kelvin, su esposo, sentado a su lado.

—¿Kelvin? —susurró Rebeca, su voz ronca y débil.

Kelvin, con lágrimas en los ojos, tomó la mano de Rebeca con ternura.

—Aquí estoy mi amor, tranquila, todo va a estar bien. ¡Rebeca! Gracias a Dios, estás despierta mi corazón.

Rebeca intentó sonreír, pero el esfuerzo fue demasiado. En su lugar, apretó la mano de Kelvin, sintiendo el calor y
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo