Los días fueron pasando y llegó el mes de diciembre, el sol de la mañana se filtraba a través de las ventanas del registro civil, iluminando el salón con una luz cálida y dorada. Alessia Dorante y Manuel Mujica estaban de pie frente al oficial del registro, sus manos entrelazadas y sus corazones latiendo al unísono.Alessia llevaba un vestido rosa gold sencillo pero elegante, y Manuel, un traje gris, su camisa blanca, sin corbata, aunque lo que resaltaba eran sus ojos llenos de amor y emoción.El aire estaba cargado de una mezcla de nerviosismo y alegría. Los murmullos de los pocos invitados presentes se mezclaban con el sonido lejano del tráfico de la ciudad. El oficial del registro, con una sonrisa amable, primero verificó las identidades tanto de los novios como de los testigos, luego comenzó a leer los derechos y deberes que tienen ante la ley como matrimonio y luego los votos.—¿Manuel Mujica, aceptas a Alessia Dorante como tu esposa, para amarla y respetarla en la salud y en la
—¿Cómo vas, hijo? —preguntó Evelin, su voz suave y llena de cariño mientras entraba en la habitación iluminada por la luz dorada del atardecer.—Todo bien, mamá —respondió Otniel, levantando la vista de su escritorio abarrotado de papeles y libros.—Qué bueno, estoy muy feliz por ti —dijo Evelin, acercándose y colocando una mano cálida sobre el hombro de su hijo.—¿Quieres leerlo, verdad? —preguntó Otniel, con una sonrisa traviesa en los labios.Evelin asintió con entusiasmo, sus ojos brillando de emoción.—Por supuesto, mi hijo es escritor y quiero ser la primera en leer su libro —respondió, su voz llena de orgullo.—Ja, ja, ja, no seas ansiosa, te has leído los demás —río Otniel, sacudiendo la cabeza.—Pero este no —se quejó Evelin, frunciendo el ceño—. Quiero ser tu lectora beta.—Ya eres una de ellas —dijo Otniel, mirándola con ternura.—Pareciera que no —Evelin se cruzó de brazos, una acción que hizo reír a Otniel aún más.—Esta vez quiero que sea ella quien lo lea primero —dijo
El sol daba su resplandor en la ciudad de Valencia, y Jaqueline Petit, una joven de 25 años, de cabello castaño largo y ondulado, ojos verdes penetrantes y una figura esbelta, caminaba con seguridad por la recepción de Beauty and Care GGAT.Su perfume floral llenaba el aire mientras sus tacones resonaban en el suelo de mármol, atrayendo miradas de admiración.—Buenos días, ¿podría indicarme dónde está la oficina del CEO? —preguntó con una voz firme y melodiosa.La recepcionista, impresionada por la presencia de Jaqueline, le indicó que la oficina de Gerald Garnier estaba en el décimo piso. Jaqueline agradeció con una sonrisa y se dirigió al ascensor, sintiendo la suave vibración del aparato mientras ascendía.Al llegar al décimo piso, las puertas del ascensor se abrieron revelando una elegante oficina con una vista panorámica de la ciudad. El aroma a café recién hecho y el suave murmullo de las conversaciones de oficina llenaban el ambiente. Frente a ella, una mujer de aspecto sofisti
Días después, Jaqueline se encontró nuevamente en la oficina de Gerald, pero esta vez la atmósfera era diferente.Gerald la recibió con una expresión seria y más distante que la vez anterior, ver esto le indicaba a ella que algo no saldría del todo bien como lo había planificado.—Señor Garnier, gracias por recibirme de nuevo —dijo Jaqueline, tratando de mantener la compostura.Gerald asintió, sin ofrecerle la mano esta vez. Jaqueline miró como su mano quedo extendida y su ira florecer dentro de ella.—Señorita Petit, he revisado su propuesta y he hecho algunas investigaciones adicionales —comenzó Gerald, su tono frío y profesional—. Lamentablemente, no puedo aceptar su colaboración.Jaqueline sintió un nudo en el estómago, pero intentó mantener la calma. Sabía que no podía rendirse tan fácilmente, tenía que buscar la manera de lograr su objetivo.—Señor Garnier, entiendo sus reservas, pero le aseguro que esta colaboración es una oportunidad única. Nuestros productos tienen el potenci
Jaqueline fue a su estudio y se sentó en su escritorio, aún furiosa por el rechazo de Gerald. Marcó el número de su padre y esperó impacientemente a que contestara.—Papá, necesito hablar contigo —dijo en cuanto escuchó la voz de Jacques al otro lado de la línea.—¿Qué sucede, Jaqueline? —preguntó Jacques, notando la tensión en la voz de su hija.—Gerald Garnier rechazó nuestra propuesta. No puedo creer que haya sido tan arrogante y despectivo. Pero no me voy a quedar de brazos cruzados. Le haré pagar por esto, te lo prometo —dijo Jaqueline, su voz está llena de determinación.Jacques guardó silencio por un momento, considerando las palabras de su hija.—Jaqueline, debes ser cuidadosa. Gerald es un hombre poderoso y no será fácil derribarlo —advirtió, aunque sabía que su hija no se dejaría disuadir tan fácilmente.—Lo sé, papá. Pero no puedo permitir que nos trate así. Es una lástima que Gerald sea ya un hombre de mucha edad, porque de lo contrario buscaría la forma de conquistarlo y
Jaqueline se dirigió hacia su auto, sus pensamientos girando en torno a la revelación del embarazo de Rebeca. Mientras encendía el motor, su teléfono vibró con un mensaje de la agencia de viajes Étoile confirmando su disponibilidad para una reunión esa misma tarde con el dueño.—Perfecto —murmuró Jaqueline, ajustando el retrovisor y observando su propio reflejo con determinación—. Es hora de poner en marcha el plan, veamos que tan fieles son estos hombres. Sería una lástima que te dejen embarazada por otra, ja, ja, ja.El trayecto hacia la agencia de viajes de Kelvin fue breve, pero cada segundo parecía alargarse mientras Jaqueline repasaba mentalmente su estrategia. Al llegar, respiró hondo y salió del coche, su mente afilada como un cuchillo.—Hola, Bienvenida señorita González, ¿puedo ayudarle en algo? —preguntó Kelvin, levantándose de su escritorio con una sonrisa profesional.—Hola, Kelvin. Necesito hablar contigo, es muy importante para mí —respondió ella hablando como si fueran
Kelvin colgó la llamada, para después desechar el chip de su celular, previamente había tomado medidas antes de realizar llamar a Jaqueline, mientras hacía esto su mente a la vez recordaba la conversación que tuvo con Gerald la noche anterior.»»————> 𝑭𝒍𝒂𝒔𝒉𝒃𝒂𝒄𝒌 <————««—Papá, ¿qué es tan urgente que necesitabas verme de inmediato? —pregunta con preocupación en su rostro entrando en el estudio de Gerald.Aparte que eran altas horas de la noche cuando recibió la llamada de él.—Kelvin, siéntate. Hay algo que necesitas saber —responde Gerald y le pasa un sobre con documentos.Kelvin toma el sobre y comienza a leer los documentos. Su expresión cambia de preocupación a sorpresa.—¿Jacques tiene una hija? ¿Es el mismo Jacques que fue enemigo de nuestra familia?—Exactamente. Jacques siempre fue un problema, y parece que su hija ha heredado su sed de venganza, tengo la certeza que quiere “justicia”—¿Justicia? ¿No fue su padre quien causó su propia desgracia? No tiene nada que culpa
Meses después, cuando Rebeca está en su octavo mes de embarazo, en una tarde soleada y cálida, han organizaron un baby shower en el jardín de su casa para revelar el sexo de sus futuros bebés, aparte de revelar que tendrán gemelos. La decoración era encantadora, con globos rosados y azules.La familia comenzó a llegar, llenando el ambiente de risas y conversaciones animadas. Omar y Evelin, fueron de los primeros en llegar, acompañados por Otniel.Omar, con una sonrisa orgullosa, abrazó a su hija mientras Evelin no podía contener las lágrimas de felicidad.Anaís llegó con Gerald, y Noemí, luego Rafael, quién asistió con su esposa Sandra y sus cinco hijas, Valeria y Camila estaban más emocionadas, esperando saber el sexo de los bebés.La familia de Gerald, incluyendo a su padre Nathan y su esposa, también estaban presentes, así como Carmen, la madre de Anaís, quien llegó acompañada de su hijo, ya que por la edad avanzada no veía con claridad y siempre necesitaba de alguien.—¡Qué alegrí