Que la señora Adriana me invitará a desayunar me parece algo raro, extraño algo de otro mundo pero no debo ir predispuesta.

Sí ella quiere Verme espero que sea para arreglar las cosas, arreglamos por vernos en la cafetería donde trabajé cuando mamá estuvo en la clínica, me pareció el único lugar en el que no intentaría matarme.

Me alisto con prisa quedamos en vernos ahorita y al parecer sí dormí algo son ya las nueve de la mañana.

Una ducha algo rápida, nada elegante para usar, solo un jeans, zapatillas y una blusa con un sobretodo.

Estoy nerviosa es primera vez que nos veremos sin nadie más, solo las dos no puedo negar que siento miedo, pero lo único que deseo es que todo marche bien.

Para asegurarme le envió un mensaje a Isabel avisándole en donde y con quien estaré, es mejor prevenir ante cualquier suceso.

Quizás este exagerando pero debo tomar mis propias previsiones.

Llego a la cafetería y Amelia me sonríe desde la caja, que alegría verla, pero no puedo acercarme a saludar