Lizbeth—¡Lárgate de aquí! — la mujer que ha aparecido en la puerta ni siquiera se molesta en ser cortés — aléjate de mi familia, de mi hombre y de mi dinero.Ella sigue gritándome, miro hacia el interior de la casa para cerciorarme de que los niños no estén cerca. Cierro la puerta haciendo que está otra mujer de unos pasos más atrás fuera de la casa.—Ni siquiera sé quién eres, podrías al menos decirme tu nombre.—No sé qué te crees, pero no eres nadie, tú solo eres mi reemplazo, así que deja de perder el tiempo y lárgate de aquí.—No soy reemplazo de nadie y no me ofendas, hablemos como personas civilizadas, como…—Tú y yo no somos de la misma clase — me señala — Jeremías probablemente está pasando el rato contigo o intentando que alguien más se ocupe de esos molestos niños que…—¡No hables así de ellos! — le grito incapaz de escuchar su tono despectivo — supongo que eres su madre, así que por favor al menos no hables así de ellos.—Eres una estúpida, no eres nadie para Jeremías más
JeremíasLa lluvia que cae hace que vea borrosamente como mi mujer se marcha, Mi hijo llora desesperado a mi lado mientras sostengo a Lucía que sigue llorando desconsolada. No puedo creer que por primera vez en cuatro años.—¡Mamá, no te vayas!Grita Lucia mientras ella enciende las luces del auto, trato de calmar a la niña, pero no puedo hacerlo, mi hijo me mira entre llantos y no necesita decir nada para saber que me está culpando. Lucia se aferra a mi cuello, suplicándome que vaya por su mamá, pero no puedo hacer nada.Escucho al perrito que mi madre les regaló, ladrar a la nada y ni siquiera me doy cuenta hasta que veo a Lucas correr bajo la lluvia. Maldigo dejando a mi hija sobre el suelo. Corro tras mi hijo bajo la lluvia y él intenta apartarme pataleando cuando lo cargo lejos del suelo.—¡Déjame! — grita — quiero a mi mamá se fue por tu culpa — me empuja — esa mujer mala le dijo cosas, todo es tu culpa, papá, todoEl niño llora mientras lo abrazo, corro bajo la lluvia para volv
LizbethNi siquiera tengo el valor de ir a casa de mi madre, me siento una vez más como si el mundo se hubiese acabado y ahora estoy aquí, en el cuarto de un hotel que solo me hace sentir más miserable.Estoy aún en shock sobre lo que dijo Jeremías, mi corazón duele tanto que no puedo respirar al recordar una y otra vez la forma en que Lucía gritó que no me marchara. Cierro los ojos cubriéndome con esta fría sábana de hotel.Quiero volver, quiero estar con los niños y apoyar a Jeremías, pero no soy capaz de hacer eso, me siento lastimada por lo que hizo. También mi mente sigue diciendo que después de todo esto es lo mejor porque después de todo esto terminaría. Quizás más adelante les haría más daño y eso es exactamente lo que no quiero.Duermo durante demasiadas horas, me despierto cuando alguien toca en la puerta de la habitación y aunque no tengo muchas ganas de salir del cuarto, le permito a la empleada del hotel hacer sus deberes mientras voy por algo de comer a la tienda más cer
JeremíasAbro la puerta de la casa cuando escucho al auto detenerse más allá de esta, la mujer que baja de dicho coche evita mirarme a los ojos, pero mi corazón desbocado me impide no mirarla. Han sido tres días terribles, tres días de angustia, frustración y sobre todo de necesitarla.—Gracias por venir Lizbeth, yo…—No hablemos — me pide — voy a ocuparme de los niños y hablaré con ellos, así que solo pretende que no estoy aquí.Paso una mano por mi cabeza, su aroma me golpea dolorosamente en mi rostro cuando pasa a mi lado y tengo que hacer de mis manos un puño para no tomarla para impedir que se aleje de mí. Camino en silencio dentro de casa cuando ella se marcha escaleras arriba, mi móvil comienza a sonar una vez más antes de que pueda siquiera intentar seguirla y contesto porque estoy en un momento crucial.He conseguido algunas pruebas, tengo el testimonio del sujeto que aún no me ha revelado su rostro. He tratado de mantener todo bajo el telón para que mi tío no sospeche absolu
Lizbeth Me dejo abrazar un poco más por el hombre que amo, el hombre que realmente no debería querer, pero que al final tampoco puedo resistirme. Decido confiar en él, me digo que dolerá mucho más el estar separados con la incertidumbre de que quizás si podríamos tener algo verdadero. La puerta de la oficina se abre, mis ojos se mueven hasta la pequeña niña que tarde mucho tempo en dormir y corro para abrazarla antes de que sus enrojecidos ojos comiencen a llenarse de lágrimas una vez más. Beso a la pequeña niña en mis brazos. —¿Qué está pasando cariño? — sonrío — dijiste que tenías sueño. —Pensé qué mamá se iría — mira a Jeremías — ¿No se va a ir papá, verdad? —Claro que no cariño — responde Jeremías — mami se quedará aquí con nosotros. Recibo un beso de mi esposo, suspiro tranquilamente antes de despedirme de Jeremías para irme con Lucía una vez más. Quiero intentar que ella duerma un poco más, puedo notar el sueño en su rostro, también el cansancio, pero el miedo late aún más
JeremíasBajo de mi auto, tomando una respiración profunda, miro el reloj en mi muñeca calculando cuanto tiempo tengo antes de que llegue la policía y tomo los documentos de mi carpeta antes de caminar directamente hacia la casa de mi tío.Le pido a la empleada doméstica que le informe de qué estoy aquí y frunzo el ceño cuando veo a su esposa y los dos chicos acercarse desde el comedor junto a él. Paso una mano por mi cabeza, maldiciendo que estén presentes.—¿Qué haces aquí Jeremías?Gruñe el bastardo que mató a mi hermano interpretando su estúpido papel que nos ha mantenido engañados durante años. Contengo mis ganas de matarlo con mis propias manos antes de hablar con él.—Debemos hablar a solas — miro a su mujer — pueden irse a dar una vuelta — mi tío frunce el ceño, pero no dice una palabra — realmente necesito hablar a solas con Anthony.—Pero…—Váyanse — le repite mi tío después de unos minutos — de todas maneras, ni siquiera los quería aquí.La mujer de mi tío niega, toma a sus
LizbethSiento la sangre congelarse en mis venas cuando la puerta principal de la casa es abierta, los niños que estaban jugando a mi lado en la sala de estar se alteran y trato de calmarlos mientras miro al tío de Jeremías que ha entrado como si el mundo estuviera a punto de acabarse.Trato de mantener la calma porque quizás está buscando a Jeremías, me acerco a él después de pedirle a los niños quedarse en la sala de estar y cuando sus ojos se encuentran con los míos sé que esto no es una simple furia.—No es buena idea que esté aquí — e digo — Jeremías no está y estás asustando a los niños que…El hombre frente a mí me toma del cuello, mis ojos se abren como plato con pánico mientras siento el estruendo de un jarrón al caer al suelo. Mi espalda golpea la pared más cercana, trato de alejar las manos en mi cuello rasguñando su muñeca, pero él realmente solo me sujeta aún más.—No podías quedarte lejos de mi familia — me dice — tenías que venir y joderlo todo, tenías que entrometerte
JeremíasCamino de un lado a otro de la habitación mientras mi suegra me mira angustiada, mi corazón duele mientras trato de no gritarle a los bastardos de los policías que no sean capaces de hacer nada. Llevo más de cuatro horas tratando de encontrar al bastardo de mi tío, pero ellos no hacen nada. —Jeremías siéntate en la cama — me dice mi madre — estás poniendo a todos incómodos— señala mi cabeza — además estás sangrando otra vez.—No me pidas que me calme — le digo — ¡Porque no puedo hacerlo! — señalo a los policías — no sé qué mierda están haciendo estos hijos de perra.Salgo de la sala de estar tratando de ignorar a mi suegra y como me siento culpable por hacerla pasar por algo como esto. Camino hasta el baño, me meto en este después de un minuto para humedecer mi rostro, mis manos se fijan en el anillo en mi dedo, el agua rojiza que tinta el agua me hace maldecir.Ese maldito hijo de perra no puede hacerle nada a Lizbeth o los niños porque voy a matarlo si les hace algo. Seco