huuuuui esta poniendose buena la cuestion ajajaja
JeremíasTengo que tomar una ducha fría de más de diez minutos para calmarme, me coloco rápidamente una camiseta y unos pantalones antes de caminar hacia el comedor. Mi cuerpo se despierta, una vez más a penas veo a la mujer sentada en el lado derecha entre Lucas y Lucia.La empleada me observa y sale del comedor rápidamente, me dejo caer en la silla en la cabecera de la mesa e intento no mirar directamente a la mujer que deseo realmente tener entre mis brazos. Ella sonríe ligeramente mientras este extraño silencio se mueve entre los dos.—¿Papá porqué la abuela estaba gritando? — Lucas rompe el silencio con su palabra — abuela nunca grita, pero estos días está siendo mala.Hago mi mano, un puño, miro mis ojos sin saber exactamente qué responderle, mis hijos no pueden ni deben saber que su abuela es una mujer egoísta. Agradezco que la empleada del servicio aparezca para servir nuestra cena y mi esposa les pide rápidamente a los niños comenzar a comer.Me da una mirada rápida antes de
Lizbeth—¿Qué te parece este lugar?Miro a mi esposo desde el otro lado de la mesa donde estamos, e intento no sentirme extrañamente emocionada, me digo a mí misma que estamos tratando de ayudar a los niños más que nada.—Estuvo bien — comenta mirando su móvil — creo que podemos concertar una cita con la directora.Suspiro mirándolo teclear rápidamente en su móvil, trato de quedarme en silencio, pero no puedo evitar sentirme mal con el hecho de que está aquí aun cuando tiene trabajo que hacer.—De verdad no tenías que venir, incluso si dices que estás ocupado — suspiro — puedo notar que lo haces.Aparto mi plato de ensalada antes de mirar el reloj, aún faltan diez minutos para que termine mi turno de almuerzo, pero me niego a seguir robándole su tiempo. Mi marido me observa ponerme en pie, peino mi cabello hacia atrás mirando un segundo hacia la ventana de cristal desde la que puedo ver el hospital.—La semana que viene tenemos la consulta con mi antiguo profesor — le informo — me har
JeremíasEntro a la oficina después de ir por café y miro al que solía ser el doctor de Lucas esperando por mí. El médico se pone en pie para ofrecerme su mano rápidamente. Correspondo su gesto curioso por lo que necesita.—¿Sucede algo?—Quiero que esa chica que está haciendo sus prácticas sea pasada a otro doctor — niega — no solo me cuestiono y calumnio frente a usted, sino que ahora se marcha sin decir una sola palabra de la consulta.—¿Se marchó?—¡Sí! — responde — creo que su madre la llamó o alguna cosa de esas y simplemente se fue, como podría darle buenas notas si ella…Dejo al doctor Lois hablando solo, corro hacia el ascensor para ir directamente hacia el área vip del hospital y ni siquiera tengo que ir hacia la habitación del padre de Lizbeth para encontrarme con ella.Camino hacia la mujer sentada en el suelo frente a la puerta de su habitación, corro hasta ella y la abrazo sin decir absolutamente una palabra. Mi mujer llora durante un minuto, luego de esto se pone en pie
Lizbeth —Vamos mamá, solo serán unas horas — pido tratando de distraer a mi madre de este mal momento — es solo una cena — señalo a la puerta — los niños están aquí también. —No sé hija, si tu padre… — sus ojos se llenan de lágrimas — si tu padre… Chasqueo la lengua, abrazo a mi madre comprendiendo que está atravesando uno de los momentos más difíciles desde que papá está enfermo y sé que no tenemos mucho por hacer más que esperar y cuidar de él mientras esperamos. Realmente me habría derrumbado si Jeremías no hubiese aparecido y me hubiese traído a los niños, quizás si me quedo más tiempo con mi madre en esta habitación esperando una buena o mala noticia, mi estrés me habría hecho colapsar. No quiero ver a mi madre sufrir, no quiero sentirme impotente sin poder realmente salvar a mi padre, por eso siempre ha sido tan cansado… Si realmente lo pienso nunca pude apoyarme en mi ex novio, a pesar de que solía preguntar por la salud de mi padre y me decía que estaba en las mejores mano
JeremíasAyudo a Lizbeth a meter a los niños a la cama, nos quedamos en completo silencio, hasta que salimos de la habitación por completo y cuando sostengo su mano ella no intenta apartarme. La veo humedecer sus labios durante un segundo antes de que caminemos juntos hacia nuestra habitación.—¿Viste lo que sucedió hoy? — mi esposa comenta apenas entramos a la pequeña antesala de los cuartos — Creo que Lucas realmente tiene estrés postraumático y quizás… — me mira — quizás realmente estar conmigo lo está ayudando.La forma en que sus ojos se llenan de lágrimas hace a mi pecho encogerse, la rodeo con mis brazos antes de llevarla conmigo hasta el sofá de dos plazas en esta área del cuarto y sé que está terriblemente preocupada por su padre aunque trate de aparentar que todo está bien.—Lo estás haciendo bien — digo con sinceridad — estás haciéndolo de maravilla, Lizbeth no necesitas fingir que estás bien, no conmigo.Ella me mira, sus ojos llorosos me hacen querer alejarla de todas est
LizbethAgradezco que mi padre esté de regreso en su habitación para la hora del almuerzo, me siento mucho mejor de ver a mi madre una vez más calmada y charlando con él antes de regresar a mi torturadora consulta. Veo a los pacientes pasar de uno en uno, noto que el doctor Luis es bastante profesional con el resto de niños y me molesta muchísimo que no fuera así con Lucas, pero es algo de lo que ya no debo preocuparme.—La próxima semana terminan tus prácticas, ¿verdad? — dice el doctor mientras recojo mis cosas para ir a casa — realmente pensé que serías una molestia, pero haces las cosas bastante bien — admite — sin embargo, sigo diciendo que te entrometiste en algo que no era tu asunto.—Usted
JeremíasTardo unos diez minutos en por fin salir de mi auto, tomo las dos carpetas que encontré hoy en la mañana cuando llegué a la oficina e intento mantener la cama. Me digo que lo único en lo que debo pensar ahora es en mis hijos y en que deben estar asalto de toda esta absurda situación que está comenzando a volverse insoportable.La casa de mis padres sigue siendo igual de imponente, el dolor de regresar aquí después de todos estos años en los que no me he sentido capaz de hacerlo, también se mezclan con la furia que me hace sostener con rabia las malditas carpetas que sin lugar a dudas no tienen ningún sentido.—¡Lauren!Mi voz se mueve entre las marmóleas paredes, los pasos apresurados que van por las escaleras me hacen voltearme hacia la entrada de la sala de estar y puedo ver la preocupación en sus ojos mientras arregla su cabello nerviosamente.—Porque estás gritando como un mal educado en mi casa Jeremías — me regaña mi madre — estas no son horas de…—¿Estas no son horas?
LizbethEstoy tan preocupada por la actitud de Jeremías que simplemente no puedo irme a la cama después de acostar a los niños, me siento en la sala de estar después de hacerme un té y pienso en lo que Lucas dijo en la tarde sobre su madre.Me digo que es un tema en el que realmente no debo inmiscuirme, pero no puedo evitar imaginar qué tipo de mujer pudo ser la esposa de Jeremías o mejor dicho con qué tipo de mujer tuvo a sus hijos porque él definitivamente no se casó con ella.Muevo mi mirada al anillo de boda en mi dedo, esa zozobra que ha comenzado a mezclarse en mis pensamientos cuando recuerdo que esto es un contrato que incluso si aún no ha acabado tiene ya fecha de vencimiento. Suspiro ante la idea de que no podré ver más a los niños o a su… Su padre.Dejo caer mi cabeza hacia atrás en el sillón mientras me advierto que no debería pensar mucho en lo que Jeremías me hace sentir, o en las cosas que provoca su cercanía en mi cuerpo. Me advierto que es un terreno peligroso en el q