Beatriz Llevo una mano a mi pecho mientras regreso a la cocina después de despedir a Lucas, me digo que debería calmarme, pero mi corazón late desbocado y mi rostro se siente en llamas solo porque él me besó. Sé que dijo que solo debíamos practicar y realmente me estoy aferrando a eso para justificar que quiera besarlo, pero estoy a punto de desmayarse en vergüenza a hora mismo. El gato de Lucas se acerca a mis pies, hace un ronroneo coqueto para que lo alce en mis brazos y supongo que debo distraerme para evitar pensar en la forma en que nos besamos. Mi madre me habría recriminado por ello, dios si siguiera con ella ahora mismo estaría rezando hasta quedar desmayada por hacer algo como eso con un hombre que no es mi marido, pero la verdad estoy segura de que dios no me castigará por ello. Lucas es encantador, su familia lo es aún más y aunque esto es solo un acuerdo que durará hasta que mis bebés llegan a este mundo, estoy más que feliz de estar con él, de besarlo y de sentir tod
Lucas No puedo creer lo que acaba de hacer Claudia, llevo a la chica golpeada dentro de mi oficina y le pido esperar ahí mientras salgo para traerle un poco de agua. Me enfurece saber que esto sucedió por mi culpa. Sé que debí ser más claro con mi asistente, pero incluso en ese caso ella no desvío de atreverse a hacer algo como esto. Beatriz es mi paciente, está embarazada y Claudia debió pensar con más claridad porque aunque ahora es solo mi asistente, ella sigue siendo una enfermera. Cuando salgo de la oficina la encuentro llorando tras su escritorio, camino hacia la derecha directamente hasta el bebedero en ese lugar y sirvo un vaso de agua, cosa que mi asistente aprovecha para abordarme. —Lucas, de verdad, lo siento, yo estaba tratando de ayudarte —No quiero hablar contigo ahora — respondo — no quiero escucharte Claudia. —Te prometo que no soy así, es solo que las mujeres como ella me molestan a tal punto que no puedo controlarme — afirma — usted sabe que lo quiero y solo tr
Beatriz No sé qué decir, no entiendo como pueden estar pasando tantas cosas al mismo tiempo, esa mujer que me abofeteó, me acusó de cosas que realmente me hicieron sentir mal, pero ahora estoy a punto de llorar una vez más, pero esta vez de agradecimiento.Paso mis manos por mi rostro mientras como un poco de los dulces que ese hombre dejó sobre la mesa. Miro a Lucas después de probarlo, él me sonríe tomando su bebida mientras mira tranquilamente su celular. Carraspeo después de unos minutos para llamar su atención. Él dijo algo importante, algo que sigue clavándose en mi mente y que mueve muchas cosas dentro de mí. —¿Qué sucede?—Esto es demasiado, yo no sé si realmente pueda con todo esto, me preocupa que algo salga más — como otro de los postres — ¿Qué pasará si arruino algo?, Te metería en un problema.Él niega, se inclina sobre la mesa antes de extender una de sus manos hasta mi rostro y mi corazón revolotea cuando limpia un poco de crema de la comisura de mis labios.—Estoy s
Lucas¿Por qué? Cómo puede preguntarme eso, después de besarla, paso una mano por mi cabeza, camino rápidamente hasta la puerta del local e intento que el aire fuera de la pastelería calme mis propios sentimientos. La mujer que atormenta mis pensamientos se mueven hasta donde estoy, me da una pequeña sonrisa nerviosa y me entrega mi chaqueta.—Quieres ir a comer verdad — afirma nerviosa — vayamos a un lugar bonito que conozco. No digo nada, tomo el chaleco antes de seguirla hasta el auto de mi hermana, Beatriz sube tranquilamente hasta el asiento del copiloto y mis ojos se encuentran con los de ella una vez más. Mi falsa novia los aparta casi al instante, puedo ver ese ligero sonrojo en sus mejillas y me maldigo internamente porque la deseo. Salimos hacia la avenida principal en completo silencio, Beatriz conduce por casi toda la ciudad hasta la zona sur y llegamos a un barrio bastante concurrido, estaciona el auto a un lado de la carretera antes de abrir su puesta. Me saco la corb
Beatriz Me siento conmocionada por lo caro que cuesta todo lo que ahora está depositado en la parte trasera de mi auto. Cierro mis ojos durante un minuto, desvío la mirada hacia la bolsa de color sosa que dejé sobre el asiento del copiloto y realmente tengo ganas de llorar ahora.Son dos diminutos pares de zapatitos a juego, lo primero que le he comprado a mis hijos y me hace sentir tan abrumada y feliz que no puedo controlarme. Alzo la mirada hasta una tienda a unos dos metros de donde tengo el auto estacionado, bajo de este una vez más y camino con prisas hasta la puerta de la misma. Paso una mano por mi rostro antes de entrar en dicha tienda.A diferencia de las otras, en este lugar no hay una tendera que trate de venderme todo, sino que puedo mirar alrededor con tranquilidad. Es algún tipo de basar con todo tipo de cosas, me muevo por las estanterías observando todo y me detengo en el expositor de relojes y corbatas casi al final de la tienda. Me doy cuenta de que los relojes s
Lucas Después de una mañana agobiante, de una noche de insomnio y la agradable noticia de que mis esfuerzos dejaron como resultado que un nuevo bebé viniera al mundo que Beatriz entrara a mi oficina, vistiendo ese vestido rojo sutilmente apegado a sus curvas es todo lo que puedo desear.¿Por qué?Porque ella es perfecta y trae toda esta extraña aura a mi vida que no me deja hacer otra cosa que sonreír.Ella deja la bolsa de plástico sobre mi mesa,abre el taper a rebosar de sandwiches y tomo uno antes de sentarme con ella en uno de los sofás de mi oficina. Ella saca algo de su bolsa, una caja de madera que luce antigua.—La verdad no es mucho pero me pareció bonito así que lo compré para ti. —No tenías que…—Oh, lo quería comprar — responde — es un regalo para ti. Tomo la caja en mis manos después de terminar mi sandwich, la abro con cuidado y me quedo conmocionado ante el reloj dorado de bolsillo dentro del acolchado forro del interior.Pasa una mano por las letras talladas en él mi
Beatriz Llego a la repostería con prisas, me pongo en contacto con algunos de los dueños de los curriculums que dejó mi nuevo jefe en la tienda y termino a las dos de la tarde de hacer las entrevistas con cuatro empleados nuevos para el local. Un ayudante para la cocina, dos chicos para atender en el local y un cuarto que atenderá la caja. Anoto todo lo que necesito comprar para la próxima semana, también pruebo algunas de las recetas que dejaron en la cocina. Guardo todo en una bolsa pensando en dejarlas con el pastor para los niños y llevarme un poco más a casa. Alrededor de las cuatro de la tarde recibo un mensaje de Lucas, me avisa que no, no podrá volver a casa, pues necesita ir a casa de sus padres. Sonrío pensando que me agrada muchísimo que él me informe de esta forma como va, mi corazón se mueve lentamente mientras salgo de la tienda. Me aseguro de cerrarlo todo bien antes de caminar hacia el estacionamiento y subo al auto antes de colocar la dirección de mi antigua iglesi
LucasLlego a casa con la molestia reinando sobre mi cabeza, estoy tan furioso que ni siquiera me molesto en asegurarme de que estoy solo en casa, camino directamente hasta el minibar al final del pasillo y tomo la primera de las botellas que encuentro.Mi madre no puede estar de acuerdo con esto, no me importa si ese maldito hijo de perra es o no un maldito moribundo, él destrozó mi familia, acabó con mi vida sin siquiera sentir un ápice de remordimientos.Merece lo que le está pasando, merece morir como el bastardo que es y yo no pienso mover un solo dedo. Bebo un sorbo más de la botella. Todos los recuerdos, todo lo que una vez olvidé y que recordé de un momento a otro solo me hacen querer que ese hijo de puta se pudra en la maldita cárcel donde lo metieron porque no merece nada mejor.La puerta de la sala se abre, frunzo el ceño al escuchar los apresurados pasos de alguien acompañados por un pequeño gimoteo y no sé exactamente qué hacer, así que me mantengo en silencio durante uno