Beatriz No sé qué decir, no entiendo como pueden estar pasando tantas cosas al mismo tiempo, esa mujer que me abofeteó, me acusó de cosas que realmente me hicieron sentir mal, pero ahora estoy a punto de llorar una vez más, pero esta vez de agradecimiento.Paso mis manos por mi rostro mientras como un poco de los dulces que ese hombre dejó sobre la mesa. Miro a Lucas después de probarlo, él me sonríe tomando su bebida mientras mira tranquilamente su celular. Carraspeo después de unos minutos para llamar su atención. Él dijo algo importante, algo que sigue clavándose en mi mente y que mueve muchas cosas dentro de mí. —¿Qué sucede?—Esto es demasiado, yo no sé si realmente pueda con todo esto, me preocupa que algo salga más — como otro de los postres — ¿Qué pasará si arruino algo?, Te metería en un problema.Él niega, se inclina sobre la mesa antes de extender una de sus manos hasta mi rostro y mi corazón revolotea cuando limpia un poco de crema de la comisura de mis labios.—Estoy s
Lucas¿Por qué? Cómo puede preguntarme eso, después de besarla, paso una mano por mi cabeza, camino rápidamente hasta la puerta del local e intento que el aire fuera de la pastelería calme mis propios sentimientos. La mujer que atormenta mis pensamientos se mueven hasta donde estoy, me da una pequeña sonrisa nerviosa y me entrega mi chaqueta.—Quieres ir a comer verdad — afirma nerviosa — vayamos a un lugar bonito que conozco. No digo nada, tomo el chaleco antes de seguirla hasta el auto de mi hermana, Beatriz sube tranquilamente hasta el asiento del copiloto y mis ojos se encuentran con los de ella una vez más. Mi falsa novia los aparta casi al instante, puedo ver ese ligero sonrojo en sus mejillas y me maldigo internamente porque la deseo. Salimos hacia la avenida principal en completo silencio, Beatriz conduce por casi toda la ciudad hasta la zona sur y llegamos a un barrio bastante concurrido, estaciona el auto a un lado de la carretera antes de abrir su puesta. Me saco la corb
Beatriz Me siento conmocionada por lo caro que cuesta todo lo que ahora está depositado en la parte trasera de mi auto. Cierro mis ojos durante un minuto, desvío la mirada hacia la bolsa de color sosa que dejé sobre el asiento del copiloto y realmente tengo ganas de llorar ahora.Son dos diminutos pares de zapatitos a juego, lo primero que le he comprado a mis hijos y me hace sentir tan abrumada y feliz que no puedo controlarme. Alzo la mirada hasta una tienda a unos dos metros de donde tengo el auto estacionado, bajo de este una vez más y camino con prisas hasta la puerta de la misma. Paso una mano por mi rostro antes de entrar en dicha tienda.A diferencia de las otras, en este lugar no hay una tendera que trate de venderme todo, sino que puedo mirar alrededor con tranquilidad. Es algún tipo de basar con todo tipo de cosas, me muevo por las estanterías observando todo y me detengo en el expositor de relojes y corbatas casi al final de la tienda. Me doy cuenta de que los relojes s
Lucas Después de una mañana agobiante, de una noche de insomnio y la agradable noticia de que mis esfuerzos dejaron como resultado que un nuevo bebé viniera al mundo que Beatriz entrara a mi oficina, vistiendo ese vestido rojo sutilmente apegado a sus curvas es todo lo que puedo desear.¿Por qué?Porque ella es perfecta y trae toda esta extraña aura a mi vida que no me deja hacer otra cosa que sonreír.Ella deja la bolsa de plástico sobre mi mesa,abre el taper a rebosar de sandwiches y tomo uno antes de sentarme con ella en uno de los sofás de mi oficina. Ella saca algo de su bolsa, una caja de madera que luce antigua.—La verdad no es mucho pero me pareció bonito así que lo compré para ti. —No tenías que…—Oh, lo quería comprar — responde — es un regalo para ti. Tomo la caja en mis manos después de terminar mi sandwich, la abro con cuidado y me quedo conmocionado ante el reloj dorado de bolsillo dentro del acolchado forro del interior.Pasa una mano por las letras talladas en él mi
Beatriz Llego a la repostería con prisas, me pongo en contacto con algunos de los dueños de los curriculums que dejó mi nuevo jefe en la tienda y termino a las dos de la tarde de hacer las entrevistas con cuatro empleados nuevos para el local. Un ayudante para la cocina, dos chicos para atender en el local y un cuarto que atenderá la caja. Anoto todo lo que necesito comprar para la próxima semana, también pruebo algunas de las recetas que dejaron en la cocina. Guardo todo en una bolsa pensando en dejarlas con el pastor para los niños y llevarme un poco más a casa. Alrededor de las cuatro de la tarde recibo un mensaje de Lucas, me avisa que no, no podrá volver a casa, pues necesita ir a casa de sus padres. Sonrío pensando que me agrada muchísimo que él me informe de esta forma como va, mi corazón se mueve lentamente mientras salgo de la tienda. Me aseguro de cerrarlo todo bien antes de caminar hacia el estacionamiento y subo al auto antes de colocar la dirección de mi antigua iglesi
LucasLlego a casa con la molestia reinando sobre mi cabeza, estoy tan furioso que ni siquiera me molesto en asegurarme de que estoy solo en casa, camino directamente hasta el minibar al final del pasillo y tomo la primera de las botellas que encuentro.Mi madre no puede estar de acuerdo con esto, no me importa si ese maldito hijo de perra es o no un maldito moribundo, él destrozó mi familia, acabó con mi vida sin siquiera sentir un ápice de remordimientos.Merece lo que le está pasando, merece morir como el bastardo que es y yo no pienso mover un solo dedo. Bebo un sorbo más de la botella. Todos los recuerdos, todo lo que una vez olvidé y que recordé de un momento a otro solo me hacen querer que ese hijo de puta se pudra en la maldita cárcel donde lo metieron porque no merece nada mejor.La puerta de la sala se abre, frunzo el ceño al escuchar los apresurados pasos de alguien acompañados por un pequeño gimoteo y no sé exactamente qué hacer, así que me mantengo en silencio durante uno
BeatrizCorro a mi habitación después de ver a Lucas besarme y apartarse de mí con prisas después de hacerme sentir en el cielo, Me dejo caer sobre la cama. Mis lágrimas fluyen una y otra vez mientras me digo que debo entenderlo.Sé que estoy engordando, comprendo perfectamente que salgo en mi `pudo parecerle desagradable sin pensar en que probablemente lo que más le disgusta es que soy una mujer impura, embarazada de alguien más.De alguien cruel que me dijo un millón de cosas hace unos minutos, cosas que solo me hicieron sentir más sucia de lo que estaba. Me pongo en pie cuando las lágrimas ya no salen de mis ojos y me meto al baño para darme una ducha.Me quedo en la ducha durante más tiempo del necesario, pero estoy tan infeliz que ni siquiera me doy cuenta de que alguien más entra a la habitación. Paso una mano por mi cabello para desatarlo mientras me congelo al ver a Lucas prácticamente desnudo en medio de la habitación. Se tambalea de un lado a otro antes de pasar a mi lado pa
LucasSiento que mi cabeza va a estallar, me pongo ligeramente erguido sobre la cama y abro mis ojos cuando me doy cuenta de que estoy sobre mi cama, medio desnudo y con la cabeza a punto de explotarme no solo por el dolor o la resaca sino porque todo lo que le dije a Beatriz.Todo lo que le hice, camino hacia la puerta de la habitación sintiendo que el mundo aún gira en sentido contrario a las manecillas del reloj, camino rápidamente hasta la escalera que lleva a la sala de estar y me quedo congelado aferrándome al barandal de esta cuando veo a Beatriz, cocinando alguna cosa junto a mi madre.¡Mi madre!—¿Qué haces aquí madre?Gruño, antes de acercarme al sofá, mi madre niega corriendo hasta donde estoy, me besa ligeramente en la mejilla, incluso si me resisto y me veo obligado a mirarla cuando escucho su voz conmovida.—Cariño hablemos, ayer te fuiste de casa furioso y no me dejaste explicarte por qué yo…—No me interesa el porqué, no quiero saber nada más y si vas a volver a hablar