Beatriz Llego a la repostería con prisas, me pongo en contacto con algunos de los dueños de los curriculums que dejó mi nuevo jefe en la tienda y termino a las dos de la tarde de hacer las entrevistas con cuatro empleados nuevos para el local. Un ayudante para la cocina, dos chicos para atender en el local y un cuarto que atenderá la caja. Anoto todo lo que necesito comprar para la próxima semana, también pruebo algunas de las recetas que dejaron en la cocina. Guardo todo en una bolsa pensando en dejarlas con el pastor para los niños y llevarme un poco más a casa. Alrededor de las cuatro de la tarde recibo un mensaje de Lucas, me avisa que no, no podrá volver a casa, pues necesita ir a casa de sus padres. Sonrío pensando que me agrada muchísimo que él me informe de esta forma como va, mi corazón se mueve lentamente mientras salgo de la tienda. Me aseguro de cerrarlo todo bien antes de caminar hacia el estacionamiento y subo al auto antes de colocar la dirección de mi antigua iglesi
LucasLlego a casa con la molestia reinando sobre mi cabeza, estoy tan furioso que ni siquiera me molesto en asegurarme de que estoy solo en casa, camino directamente hasta el minibar al final del pasillo y tomo la primera de las botellas que encuentro.Mi madre no puede estar de acuerdo con esto, no me importa si ese maldito hijo de perra es o no un maldito moribundo, él destrozó mi familia, acabó con mi vida sin siquiera sentir un ápice de remordimientos.Merece lo que le está pasando, merece morir como el bastardo que es y yo no pienso mover un solo dedo. Bebo un sorbo más de la botella. Todos los recuerdos, todo lo que una vez olvidé y que recordé de un momento a otro solo me hacen querer que ese hijo de puta se pudra en la maldita cárcel donde lo metieron porque no merece nada mejor.La puerta de la sala se abre, frunzo el ceño al escuchar los apresurados pasos de alguien acompañados por un pequeño gimoteo y no sé exactamente qué hacer, así que me mantengo en silencio durante uno
BeatrizCorro a mi habitación después de ver a Lucas besarme y apartarse de mí con prisas después de hacerme sentir en el cielo, Me dejo caer sobre la cama. Mis lágrimas fluyen una y otra vez mientras me digo que debo entenderlo.Sé que estoy engordando, comprendo perfectamente que salgo en mi `pudo parecerle desagradable sin pensar en que probablemente lo que más le disgusta es que soy una mujer impura, embarazada de alguien más.De alguien cruel que me dijo un millón de cosas hace unos minutos, cosas que solo me hicieron sentir más sucia de lo que estaba. Me pongo en pie cuando las lágrimas ya no salen de mis ojos y me meto al baño para darme una ducha.Me quedo en la ducha durante más tiempo del necesario, pero estoy tan infeliz que ni siquiera me doy cuenta de que alguien más entra a la habitación. Paso una mano por mi cabello para desatarlo mientras me congelo al ver a Lucas prácticamente desnudo en medio de la habitación. Se tambalea de un lado a otro antes de pasar a mi lado pa
LucasSiento que mi cabeza va a estallar, me pongo ligeramente erguido sobre la cama y abro mis ojos cuando me doy cuenta de que estoy sobre mi cama, medio desnudo y con la cabeza a punto de explotarme no solo por el dolor o la resaca sino porque todo lo que le dije a Beatriz.Todo lo que le hice, camino hacia la puerta de la habitación sintiendo que el mundo aún gira en sentido contrario a las manecillas del reloj, camino rápidamente hasta la escalera que lleva a la sala de estar y me quedo congelado aferrándome al barandal de esta cuando veo a Beatriz, cocinando alguna cosa junto a mi madre.¡Mi madre!—¿Qué haces aquí madre?Gruño, antes de acercarme al sofá, mi madre niega corriendo hasta donde estoy, me besa ligeramente en la mejilla, incluso si me resisto y me veo obligado a mirarla cuando escucho su voz conmovida.—Cariño hablemos, ayer te fuiste de casa furioso y no me dejaste explicarte por qué yo…—No me interesa el porqué, no quiero saber nada más y si vas a volver a hablar
BeatrizNo puedo negarme, estoy sintiendo las mismas cosas que él en este momento y la verdad tuve mucho tiempo para pensar en la mañana mientras hablaba con su madre. Entiendo perfectamente la postura de ambos, pero prefiero apoyar a Lucas en esta decisión, así que solo le prometí a su madre, estará aquí para él.El hombre en mis pensamientos sonríe ligeramente, camina hasta la cocina para servirse algo de comer y en ciento congelada por un instante ante el hecho de que estoy a punto de embarcarme en una relación extraña y muy nueva para mí.Me dejo caer sobre el sofá, Lucas regresa con un bol de helados en la mano y se sienta a mi lado. Prende la tele mientras me ofrece la primera cucharada del helado. Sonrío aceptando el postre, sigo nerviosa, pero él no parece tener muchas intenciones.¡Debería no tener intenciones!No soy una descarada que va por ahí deseando que la toquen, me digo que debo alejar esas ideas de mi mente, me recuerdo que apenas ha empezado el día y mi estómago gru
LucasMe despierto alrededor de las seis de la tarde, la mujer dormida a mi lado se mueve en sueños y observo durante un segundo su preciosa espalda, ella se voltea premiándome con la dulce expresión de su rostro desperezado y bajo de la cama después de dejar un pequeño beso en su mejilla.Bajo hacia la cocina para preparar alguna cosa, me ocupo de mi gato antes de sentarme en el sofá esperando a que la cena que encargué llegue porque después de pensarlo bien prefiero que alguien más haga la cena por los dos. Veo la tele durante aproximadamente treinta minutos, la cena que pedí llega justo entonces y preparo la mesa antes de subir una vez más a la habitación.Mi chica sigue dormida, pero necesita comer, así que me acerco a ella con delicadeza y acaricio sus cabellos hasta que sus ojos se abren, brillantes, mirándome con esa dulzura que sigue calando hondo en mi corazón.Ella parpadea varias veces antes de cubrir su rostro con la sábana, no sin antes dejarme ver el sonrojo que tiñe sus
BeatrizRealmente estoy feliz, no puedo explicarlo y tampoco quiero pensar demasiado en esa parte de mí que sigue diciendo que esto está mal solo porque estoy haciendo todas las cosas por las que prácticamente me dijeron podría ir al infierno.Me levanto de la cama cuando mi alarma suena, apenas son las tres de la mañana, pero el hombre con el que dormir no está ahí. Salgo de la habitación pensando en que para ser sincera lo de anoche fue mucho más increíble de lo que recordaba podía ser el sexo. Ben siempre era tan directo, tan brusco que ni siquiera pensé que podría sentirme de esta manera.Mi vientre se contrae ante el recuerdo de todas esas furiosas sensaciones que hicieron mi mundo explotar por primera vez en mi vida. Me digo que Lucas es realmente un ángel para mí no solo porque me está enseñando que el mundo es mucho más hermoso de lo que imaginaba, sino porque me rescató y me ha dado más de lo que mi propia familia, la que me abandonó, me dio en toda mi vida.Peino rápidamente
LucasConduzco lentamente hasta la casa de mi hermana y noto la emoción en los ojos de mi acompañante cuando salimos de la ciudad. Esta es la parte que más me gusta de ella. Llevarla a cualquier lugar y observarla es como si estuvieras mostrándole algo nuevo. Me pregunto qué tipo de vida tuvo hasta ahora e intento no sonreír mientras acariciando su mano.—¿Estás nerviosa? — niega — no tienes que estarlo, Lulu es muy buena, aunque le cueste adaptarse.—No sé si debo preguntar, pero… — me mira — ¿Ella sabe de mí?, de nuestro, ya sabes…—Si lo sabe — respondo mientras disfruto del dulce aroma que aún desprende — y no tienes que preocuparte con nada, lo prometo.Ella sonríe, detengo el auto al pie de la montaña después de entrar en el terreno de la montaña y la sonrisa en el rostro de Beatriz desaparece. Tomo su mano y el resto de las bolsas que lleva. Le doy un rápido beso en los labios antes de comenzar a emprender el camino colina arriba en dirección a la única casa alrededor.Después