Beatriz Me despierto asustada, mis ojos se abren rápidamente y aunque sigo sintiéndome débil, miro alrededor asustada. Sé que estaba en medio de la calle tratando de encontrar algún trabajo que hacer antes de que el mundo se volviera negro. Me doy cuenta de que estoy en un hospital al momento en que miro hacia la puerta de esta habitación. El pánico me llena cuando pienso en la terrible deuda que esto podría ocasionar. Muevo mi mano hasta mi vientre asustada también de que algo malo haya sucedido, pero al parecer todo está bien. Si hubiese sucedido alguna cosa con mi bebé, no estaría en este lugar, no estaría sola… ¿Verdad? La puerta de la habitación se abre entonces, mis ojos se encuentran con los de un hombre vestido con un polo azul y unos pantalones de vestir que lleva una bolsa en sus manos. Mi corazón se detiene ligeramente ante su mirada, es una mirada demasiado profunda. Demasiado pulcra tiene una expresión sincera. —¿Cómo se siente? —Bien — alejo la mirada de él al darme
Lucas Salgo de la habitación donde la chica desvalida que he decidido ayudar, duerme después de unos minutos. Tomo el bol vacío que mi madre me preparó sintiéndome agradecido de poder hacer este tipo de cosas, aunque sus padres realmente me parecen crueles después de todo lo que me contó. Camino por el pasillo hasta mi consultorio y suspiro sentándome en mi silla durante un minuto, me digo que debo hacer que mi madre deje de preguntarme todo el tiempo cuando voy a presentarle a alguien. No quiero a nadie en mi vida, no quiero atarme emocionalmente a alguien que podría dejarme solo una vez más. Miro hacia la ventana detrás de mi escritorio en silencio, la oscuridad más allá se llena de esas sensaciones oscuras que me llenan desde que tuve aquel accidente en mi infancia. Sé que mi madre ayudó mucho a que mis ataques de pánico pasaran, probablemente sin ella no habría podido siquiera tener una vida mínimamente agradable. Porque a pesar de todo las pesadillas siguen ahí, nunca se han
Beatriz—Si no quiere dinero no sé cómo puedo ayudarlo — le digo al hombre que, aunque apenas conoce, me da mucha seguridad — no tengo nada que dar y no podría dormir con alguien que…—Dije que no pensaras cosas raras — responde él señalando la comida — come, esta la preparé yo, así que no es tan buena como la de antes.—Gracias—murmuro comiendo el primer bocado — yo, realmente no puedo quejarme — lo miro durante un instante—no he comido bien en meses.—Exactamente, eso es lo que podríamos arreglar — el doctor que hoy si lleva su bata se sienta cruzado de piernas en el sofá próximo a la cama del hospital donde me encuentro — verás, puedo darte una casa y todo lo que necesites durante el embarazo — noto su seguridad — quiero ayudarte mientras me ayudas tú.—¿Cómo podría ayudarte?—Necesito una novia.Dice el hombre sentado frente a mí y abro mis ojos en pánico, lo miro detenidamente, la mandíbula marcada, los ojos profundos. La atractiva forma de su rostro no lo hacen lucir como un des
Lucas No sé si estoy haciendo lo correcto o si ella realmente aceptará esta absurda y loca idea que le he propuesto, pero no puedo dejar de pensar en ello. Esa chica se ve lo suficientemente buena como para este trabajo y puede que esté cometiendo un error, pero estoy casi seguro de que la juzgué bien.He sido bueno para juzgar a las personas durante años, pero siempre se puede fallar. Dejo los resultados de los exámenes que he estado examinando sobre mi mesa, miro una vez más el teléfono dudando si debería o no llamar para ver cómo está la chica que se llama Beatriz.Resoplo cansado antes de tomar el teléfono, marco la línea fija en casa de mi hermana y el teléfono tarda tres tonos en ser contestado. Organizo distraídamente los exámenes en mi escritorio mientras escucho la dudosa voz del otro lado de la línea.—¿Dígame?—Soy Lucas, llamaba para… — dudo por unos minutos — saber si está todo bien en casa de mi hermana, envíe a alguien para limpiar, así que no sabía si…—Todo está muy
BeatrizEl hombre que está cortando las manzanas, sentado frente a la encimera, justo del otro lado donde yo estoy, me tiene completamente minorizada. Realmente no puedo creer que sea tan servicial.Mis ojos también se fijan inexplicablemente en venas que se han hecho más notables cuando empuña con fuerza el cuchillo. Carraspeo sintiendo que es del todo inapropiado mirarlo de este modo. Peino hacia atrás el mechón de mi cabello que se ha soltado de mi peinado diciéndome que debería haberme vestido de otra forma.Este vestido de pijama que llega hasta mis rodillas cubierta en los hombros con la bata de dormir a juego no es apropiado en lo absoluto, pero tampoco esperaba que él viniese aquí. Corto cuidadosamente las verduras que voy a preparar como ensalada. El hombre a unos metros de mí comienza a hablar.—Realmente no quiero forzarte o que pienses que me debes algo, pero necesito tu ayuda — suspira — no quiero lastimar a mi madre y solo quiero que sea feliz.—Comprendo — digo sin deja
LucasMiro a mi asistente escribir demasiado fuerte sobre la hoja de registros los datos para el sistema de chequeo de Beatriz. Trato de ignorar el hecho de que parece haberse dado cuenta de que la chica y yo estamos teniendo una relación inusual, pero prefiero ignorarlo.—¿No cree que está tomándose demasiadas molestias con esa chica? — niega — ni siquiera la conoce y pagará un tratamiento VIP—La chica está sola Claudia — le digo — que tiene de malo ayudarla.—Que puede ayudarla, pero no gastándose tanto dinero.—¿Es tuyo el dinero? — le cuestiono a ella con voz molesta — Claudia, creo que las cosas están saliéndose de control — la miro — no olvides que la relación que tenemos es simplemente profesional, no juzgues mis decisiones como si fueras algún tipo de pareja.La chica deja de escribir, se pone en pie con sus ojos humedecidos por las lágrimas y estoy listo para escucharla, gritarme, pero la puerta de mi consultorio se abre impidiéndoselo. Ella pestañea varias veces antes de to
BeatrizMe siento extraña sentada en este lugar cuando dijo que iríamos a almorzar, jamás pensé que sería en una cafetería cercana al hospital u otro sitio más sencillo que este elegantísimo restaurante en medio de un rascacielos.La chica en uniforme que se acerca y coloca la carta frente a nosotros tiene una rápida charla con mi doctor, este le pide traer algún tipo de bebida para los dos mientras yo enfoco la lista de precios en el menú.No puedo evitar jadear ante los números que no bajan de las tres cifras en esta carta, trato de encontrar lo más barato haciendo cuentas sobre lo que tengo en mi cartera, pero antes de que pueda definir mi doctor aleja la carta de mis manos.—Invito yo — me dice — ¿Qué te gustaría comer?—Lo que sea no soy exigente.—¿Cuál es tu comida favorita? — me cuestiona — ¿Qué tipo de carne te gusta?—Ohm, realmente estoy bien con cualquier cosa — repito — hace un tiempo no he podido comer nada en lo absoluto.—Entonces pediremos ternera — me dice — ¿te pare
LucasDespués de dejar a la chica embarazada que ha aceptado hacerse pasar por mi novia frente al departamento de mi hermana, miro la hora. Conduzco en silencio hacia la carretera que aleja a la ciudad de las montañas más cercanas.Mi auto se mueve de prisa hasta donde la carretera comienza a hacerse rugosa y cuando llego al punto donde simplemente ya no hay carretera me detengo. Bajo del coche cerrando la puerta con prisas. Camino hacia la verja de madera cerrada que se interpone en el camino y después de abrir dicha puerta solo dejo el auto a unos metros de esta.Respiro hondo antes de quitarme la corbata, la lanzo al interior del auto desde la ventanilla antes de desabotonar mi camisa y caminar directamente por el sendero que lleva hacia la única casa por los alrededores, el camino es demasiado largo, demasiado empinado y sobre todo demasiado molesto.Comprendo que mi hermana quiera soledad, pero esto es simplemente espantoso para conseguir y ella ni siquiera tiene un auto. Después