Pov Lucas.Entro al lugar con las manos sudando y el corazón latiendome fuerte. Hay dos mujeres en este salón que me pertenece, una de ellas luce un vestido negro holgado, que le hace lucir bastante atractiva porque además se ve adorable por la enorme panza, y la otra la tiene ella en su vientre y es la razón de mi locura en estos últimos días.«Las quiero de vuelta» Es lo que pienso y voy ha hacer lo que sea necesario para tenerlas. Se que fui un tonto por no hablar con ellas, pero realmente, realmente estoy arrepentido.—Señor Lucas, ¿quiere fresa con crema? Se lo puedo dar en la boca para que no se ensucie los dedos —dice mi nueva secretaria.Ruedo los ojos por sus estupideces, y además porque no se para que la traje, pero me insistió tanto que no pude negarme.—Mira, si tú me das fresas con cremas, te van arrancar las uñas —le digo y ella se queda fría sin entender.«No la soporto»Abro mi saco y camino hasta la enorme mesa donde hay varios aperitivos, y cócteles. Tomo un Spritz,
Pov Fernando.He aguantando toda la noche las ganas de querer arrancarle el vestido a Samantha y pasarle la punta de mi lengua por todo el cuerpo como perro sediento; tengo que acomodar la erección que cargo desde que entré por la puerta cada nada, y las manos me pican por tocarla, pero esta molesta. Sus ojos llenos de rabia me lo dicen, sus semblante sobrio, y su sonrisa llena de ironía, y la entiendo, de verdad que entiendo toda la molestia que se carga, por esa razón aún no le he dicho todo lo que ha pasado, porque estoy seguro que no me dejaría hablar y me abofetearía como tanto quiere hacerlo, lo sé, sus pequeñas manos empuñadas me dicen que quiere golpearme.«Yo también lo haría si fuera ella»Stefano anuncia un banquete para todos los presentes, y yo ruedo los ojos. Lo que quiero es irme de aquí a un lugar a solas con ella, y aunque la posibilidad de amarrarla con mi corbata y lanzarla a mis hombros como saco ronda en mi cabeza, sé que eso arruinaría el trabajo de Samantha, cos
Pov Samantha.Siento mi corazón hincharse con sus palabras, las piernas me tiemblan y no es presa del orgasmo avasallador que acabo de tener en su boca, sino de la sorpresa electrizante de sus palabras, ¿yo? ¿Yo soy la mujer con la que quiere casarse? ¡¿Enserio esto es verdad?! Las ganas de querer abrazarlo, lanzarme encima de él y decirle ¡follarme! ¡Te perdono! Brincan en mi pecho dificultando mi respiración. Tengo al hombre de mi vida, al hombre de mis sueños, al hombre que amo y que por más que lo intente nunca dejaré de amar diciéndome que soy la mujer con la que quiere casarse.—¿Qué dijiste? —pregunto para no hacer el ridículo si escuché mal.Fernando lleva sus manos a mis mejillas, y aprieta fuerte de ellas mientras clava su mirada azul en la mía, y me dice con la sinceridad abrazando su cuerpo:—Tu mi reina, eres tu la mujer con la que quiero compartir el resto de mi vida, eres tú la mujer con la que me quiero casar, y eres tú a la que le pedí matrimonio en la boda de mi herm
Pov Stefano.Estaciono mi auto en el apartamento que tengo en Batignolles y bajo jugando con las llaves del auto entre mis dedos. Tengo en mente a Fernando Laureti, y a Samantha Mercier entre ceja y ceja desde que se perdieron en la fiesta, y no es que odie a Fernando, ni mucho menos a Samantha, para mí Fernando es un buen rival, de esos que te encanta provocar, y que terminas divirtiéndote cada nada, pero también estoy consciente de que tengo planes, planes que no puedo posponer porque perdería lo que realmente me importaAbro la puerta de mi apartamento en el piso dos, y entro después de quitarme los zapatos en el umbral. La espalda me duele, al igual que los hombros, ya que independizarme de los negocios de mi padre no solo me ha costado dinero, sino el triple de trabajo y responsabilidades, pero vale la pena, vale la pena luchar por lo que mereces, luchar por algo tuyo, porque estoy cansado que me digan: no. Es tuyo, es de tu padre y fue el que lo creo. Quiero emprender, quiero c
Pov Samantha.Prácticamente no dormí en toda la noche, primero por los jadeos y gritos de la embarazada que tengo como amiga, y segundo porque no puedo dejar de pensar en Fernando. Hoy es el día uno, y dicho día me pone a pasar saliva ansiosa por saber que me tendrá preparado; es que no se lo puedo poner fácil, aunque confieso que cada vez que recuerdo el video de mi pedida de mano, sonrío como boba.Tomo una ducha larga, de esas dónde lavas el cabello, aplicas crema de peinar y te enjabonas diez veces mientras cantas tu canción favorita, y luego salgo envuelta en una toalla chorreando todo el piso. Me seco y me visto con pijama dispuesta a pasar el domingo encerrada, ya que los últimos días fueron fuertes por los preparativos para la fiesta de inauguración.Apenas salgo a la exterior, el olor a comida inunda mis fosas nasales, y puedo detallar a una Cloe bailar mientras revuelve unos huevos en la cocina. De Lucas no hay señal divina, y de solo pensar que le hizo lo mismo me dan ganas
Pov Fernando.Tengo la erección de nuevo apretando mi pantalón y no puedo dejar de pensar las miles de manera como le haré el amor a mi prometida. Sí, estoy loco por ponerle el anillo que llevo en el bolsillo desde que me vine de florida, estoy loco por presumirla y decirle "Es mi esposa" puede que sea demasiado posesivo, o tóxico de mi parte pero no me importa, quiero marcarla más de lo que la he marcado, porque Samantha Mercier es mía.Conduzco con el corazón palpitandome a mil por hora, mientras ella tiene las piernas apretadas. No me quiero imaginar el río de néctar que tiene ahí abajo, y de solo pensarlo se me hace agua la boca. Trago la saliva que tengo acumulada y estaciono mi auto en el penthouse para salir y tomarle la mano que enseguida toma sonriendo como si de una travesura se tratara.—Te voy a partir, gatita, te voy a destrozar —le digo en el oído mientras meto mi lengua ahí.La veo estremecerse, y eso lo que hace es que me prenda más de lo normal. Quisiera calmarme, di
Pov Samantha.El cuerpo me duele, y estoy pensando seriamente en cómo sentarme sin que mi trasero se maltrate, es que «Mi ano está sensible», a veces me pregunto cómo el miembro de Fernando puede entrar por mi pequeño conducto anal, si para mí conducto vaginal ya es muy grande «¿como cabe?» Termino de vestirme con la ropa de cambio que tengo en la casa de Fernando, y luego peino mi cabello en una coleta alta. Stefano me ha llamado más de diez veces, y temo perder mi empleo antes de la apuesta, porque…¿A qué mujer no le gusta que peleen con uñas y dientes por ella?», y si son dos hombres tan hermosos y millonarios como son Stefano y Fernando, porque sí, Stefano es un hombre demasiado sexi y provocativo aunque no tengo ojos para otra persona que no sea Fernando no soy ciega.—¿Y si renuncias? —pregunta Fernando acomodándose las mangas de la camisa de vestir verde agua que lleva puesta.Tiene el cabello bien peinado hacía atrás, sin embargo el mechón que cae en su frente lo hace verse má
Pov Samantha.Jamás lo había visto tan cerca, y mucho menos apreciar sus facciones duras. Sí, era idéntico a Fernando, con más músculos que él pero idéntico, pero su mirada era cerrada, y su aura brindaba imponencia, autoridad y sobre todo arrogancia, ¿era sexi? Claro que era sexi, pero de una manera muy diferente a Fernando, era seximente serio.Tendí mi mano con un nudo en la garganta, porque joder, ver la copia del hombre que amas enfrente de tí es como un sueño jamás imaginado, y aunque él nunca me llamó la atención debía reconocer que semejante bombón no podría pasar desapercibido jamás.—Strega —Toma mi mano y la estrecho, pero no hubo una sonrisa, y ahí, entendí porque la naturaleza lo había puesto de mayor.«Maldito arrogante»—Un gusto conocerte en persona Andrea Laureti —le digo sincera.Una mueca se asemeja en sus labios simulando una sonrisa que nunca sale de ellos. Cloe entra detrás de nosotros junto con Lucas, que enseguida se pone nervioso, porque estoy segura que en su