Pov Fernando.Reana se me está saliendo de las manos; Siempre ha sido una de mis mejores sumisas, obediente, callada, y complaciente, pero de ahí a qué viaje sin mi consentimiento hasta donde yo estoy, eso jamás había pasado. En otras circunstancias seguramente me hubiera encantado, pero ahora no, y no se cual es la puta razón.Salgo de casa de Samantha con un sonrisa de oreja a oreja, por qué el sexo con ella es tan placentero que me deja en el aire, es que… ella es adictiva, como una droga que mientras más la pruebas más la quierés seguir probando, y eso es algo que me pasa con ella, que siempre que la hago mía quedo con ganas de más.—Señor, su padre está en la empresa, lo está esperando. —Me avisa el guardaespaldas que me recibe afuera del edificio de Samantha.Paso por su lado sin importancia y subo al auto donde él comienza a conducir. Demetrio seguramente vino para ver el avance del proyecto, y eso es algo que me estresa y me molesta, por qué se supone que él debería de confiar
Pov Samantha.Estaba de espalda, descalza y con un moño desordenado revisando los archivos que había imprimido para trabajar en el proyecto. Con eso de que él guapo de mi jefe nos había dado quince días para terminar de montar todo, ahora había que trabajar horas extras, y yo decidí que sería bueno hacerlo en la elegante oficina de Fernando, ya que no quería que se burlara de mi oficina.—¿Qué haces aquí? —pregunta haciendo que brincara por el susto.Fernando era como un gato cauteloso que se movía con tanta delicadeza que no se notaba.—Vamos a trabajar, y como no te gusta mi oficina pensé que era mejor aquí. —Trago grueso al verlo.—Mmm, no he dicho nunca que no me gusta tu oficina —bufo.—Pero lo insinuaste, le dijiste oficina de niña —recalco.Lo veo sentarse en su sofá, quitar su corbata y su saco y quedar solo con la camisa clara que lleva abajo; le queda tan adherida a sus músculos que mi boca se hace agua.—¿Te vas a desnudar? —pregunto con una ceja alzada, mientras muerdo el
Pov Samantha.Veo mi cama y me quedo sorprendida por todo lo que hay en ella; desde vestidos de buen diseñador, hasta bragas de victoria secret originales, además, no solo me compré un par de zapatos, sino que llene mi closet de ellos, botas, sandalias altas y de medio tacón, algunos tenis para hacer ejercicios y unas pantuflas de andar en casa, y si por si fuera poco, compré maquillaje por internet, y todo eso sin sentirme culpable por no darle dinero al orfanato, ya que gracias al cheque que le dio Fernando a la madre superiora, han llenado la despensa para dos meses, y también le han comprado algunas mudas de ropa a los niños, y sin yo saber mi querido jefe a exigido que Eloise tenga en sus comidas: carbohidratos, proteínas, y frutas. Menuda sorpresa me ha dado este hombre, no solo es una persona sexi, guapo y millonario sino que tiene un buen corazón.Suspiro sonriendo como boba mientras tomo las nuevas bragas de encaje de color vino que me compré, y que hace juego con mi brasier,
A los veinticinco minutos llega otra mesera con los platos redondos de comida de ternera, mojado con uvas, y como había dicho Fernando con una botella de vino blanco.Me quedo mirando a la chica, extrañada, por qué si ella había venido en lugar de la anterior mesera solo significaba una cosa.—¿Y la otra mesera? —le pregunto a la muchacha que enseguida dejó todo en la mesa con rapidez.—Está atendiendo otra mesa —explica antes de irse.Miro a Fernando que esta sirviendo el vino con tranquilidad. No hay un abismo de nerviosismo en su rostro, y contrario a eso pareciera que hoy más que nunca la serenidad reina en su cuerpo.La chica de servicio se va y yo comienzo a comer en silencio, pero los trozos mojados de carne no me pasan, la incomodidad del momento me ha quitado el apetito, porque tengo muchas cosas atascada en la garganta, pero estoy consciente que no debo preguntar nada, pero como si él leyera mi mente como siempre me dice:—Ella no es mi sumisa —explica limpiando la comisura
Pov Samantha.Lo desato de pies y manos, y enseguida él me lleva contra la pared, pasa su lengua por mi pechos, por mi cuello, y quiere abrir mis piernas para follarme; está desesperado, sediento de mi pero no lo dejo.—Recuerda que esta noche soy tu Ama, y quiero que me trates como tal. —Lo empujo.Fernando me mira sin poder creer mis palabras, y es que es comprensible, él ya no está acostumbrado a esto, pero él lo pidió, y yo quiero probarlo y quiero probarlo todo.—Vamos a cambiar —Me toma de los labios y me besa.Las ganas de querer hacerle caso me invaden, y más la poco experiencia, pero lo miro mal y termina por aceptar.—Ven —le exijo—. Ahora te voy a castigar por lo que acabas de hacer.Camino hasta la alfombra roja que esta a unos cuantos pasos de nosotros y le hago señas para que se siente. Con la mirada roja, y la mandíbula tensa Fernando lo hace, así que yo tomo el collar que guinda del techo y lo coloco en su cuello.No voy a negar que se ve exquisito, parece un perro am
Pov Fernando.Los pájaros comienzan a cantar afuera; el día está húmedo y me gustaría quedarme en la cama y poder dormir todo lo que no pude en la noche; es que, mis demonios no me dejaron, esos pensamientos constantes que me dicen que lo que estoy haciendo no está bien, me persiguen, me agobian y me deshabilitan.La veo dormida a mi lado con la boca semiabierta y me pregunto, ¿qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo trayendola a este mundo lleno de oscuridad, de dolor, lleno de pecado que solo oscurece tu alma? Ella es una mujer pura, una mujer que se acostó conmigo y me entregó su virginidad porque me idolatraba, ¿y ahora? Ahora se esta convirtiendo en un monstruo igual que yo, y lo más difícil de esto es que no puedo, no puedo parar, no puedo pedirle que se vaya, no puedo dejarla ir, no puedo por qué ella es totalmente mía.Acomodo su cabello y le doy un beso tierno en los labios; ya van dos veces que duermo con ella, que despierto entre sus brazos, y siento que esto no está bien p
Pov Samantha.Cuando era pequeña sufría de ataques de asma con constancia, pero después que cumplí los ocho años estos episodios comenzaron a disminuir hasta que desaparecieron, hasta el día de hoy. Siento que el aire me falta, y el pecho me duele por lo que ví. ¿qué hacía con ellas ahí? ¿Todas esas mujeres son sumisas? Dios, son mujeres bellísimas, con cuerpo de modelos y rostro hermosos y perfectos.Camino hasta el baño de mujeres del piso y meto la cara en el lavamano; la respiración no se me regula, y cada segundo se me dificulta más respirar, es como si mi mente no asimila que él es un hombre de muchas mujeres, y si, lo sabía, pero otra cosa es verlo. Me incorporo intentando salir del baño, pero Fernando está en la puerta, tiene la mirada gacha, y sus mejillas están demasiado rojas. No me inmuto, no tengo nada que reclamarle aunque me gustaría hacerlo. Él siempre fue claro conmigo, pero joder, como duele saber y aceptar que el hombre que amas es de muchas mujeres más.—¿Podemos
Pov Samantha.Las preguntas comenzaron a rodar por mi mente cuando dijo que se iba a tatuar, por qué: ¿qué hace un Amo llamándome novia? ¿Qué hace Fernando Laureti tatuándose la abreviación de mi nombre?Tomo una bocanada de aire y me pongo de pie con el corazón latiendo a mil por hora. Otra vez ese sentimiento como si no pudiera respirar me embarga, pero está vez de una placentera emoción.Volteo a ver a Fernando y él está bajando su pantalón para que lo puedan tatuar. La mirada de la chica está en él, y la mía en ella. Frunzo el ceño en su dirección y él me da una mirada coqueta que me pone a tragar saliva.Me quedo mirando a la mujer que tatúa con rapidez, y procura no tocar mucho a mi jefe. Sí, lo sé, no debería llamarlo así, pero esto se está volviendo en mi fetiche.Le colocan el gel, y también tapan el tatuaje para luego ponerse de pie y tomarme de la mano para salir. Ambos damos las gracias y bajamos de nuevo al auto.—¿Por qué te tatuaste mi nombre? —le pregunto apenas entram