-Vaya, ¿Quién es el sexy que viene hacia aquí? - Preguntó mi conpañera con un pequeño silbido de apreciación. Llevaba una chaqueta café y pantalones ajustados que remarcaban sus anchos hombros y piernas fibrosas. Él sonrió como si hubiera escuchado el comentario de mi compañera y juro que escuché más de un suspiro femenino a su paso.Se detuvo ante mi escritorio y me miró fijamente hasta que yo arqueé una ceja.Él se agarró el cuello con incomodidad.-Ensayé qué decirte durante todo el camino pero creo que no será suficiente para disculparme contigo.Yo seguí sin decir nada. No porque quisiera verlo retorcerse, sino porque no sabía qué decir. -Entonces yo... uh... me porté como un idiota ayer y solo quería decirte que lo siento.Isabel me dio un empujoncito discreto y yo parpadeé.-Eh... si, está bien.Él me sonrió y estiró los brazos hacia mí para entregarme la monstruosidad, pero fuimos interrumpidos antes de que pudiera tomarlo.-¿Quién m****a eres y por qué estás en la zona prohi
Edson. ¿Qué teníamos que hablar? Bueno, esque si lo veía desde su punto de vista, yo solo era un chico que había conocido hace dos días y al que había ayudado con algunos "problemas", luego se había vuelto medio idiota y le habló mal. Fin de la historia. Ella no podía entender que mis impulsos de pareja al ver que ella estaba en peligro estaban activados y que gruñía a todo lo que se acercara por el miedo irracional a que le pasara algo. Irracional porque creo que ella había demostrado ser más que capaz de cuidar de sí misma. La disculpa la había aceptado con gracia, pero realmente no tenía nada más que decirme. No cuando yo mismo la alejé y... si, era muy idiota. Me rescató, me ayudó, me "lleno el tanque" como bien habia mencionado y yo solo la miré mal sin agradecerle. Suspiré y por fin me moví de en medio de la calle. Me mentiría a mí mismo si dijera que era mejor así, con ella apartada del mundo en que vivía. Mi parte de lobo ya había tenido una olfateada de ella y lo unico
Estaban llamando a mi puerta. Abrí un ojo para ver mi celular y ver que aun me faltaban veinte minutos para salir corriendo de aquí. Hasta allí iba mi pequeña siesta. Caminé tambaleante hasta la puerta y la abrí sin siquiera preguntar quién era. -Vaya, al parecer, he llegado a tiempo. Parpadeé hacia el ancho pecho del hombre antes de mirar hacia arriba. Me saludó la sonrisa torcida de Edson. Yo fruncí el ceño. -¿Qué haces aquí? -Ayudándote con tu selección de ropa, ¿Qué más? -Me he perdido. - Dije soltando un enorme bostezo. - Empecemos de nuevo. ¿Cómo m****a es que te dejaron entrar? El edificio tenía serias políticas sobre solo albergar una persona por cuarto. Las visitas no eran permitidas después de cierta hora y para ello, el inquilino tenía que registrar el nombre en recepción dentro de las "visitas" que se podían o no recibir. Para mí era muy obvio que no había puesto el nombre de éste visitante en particular en mi lista. -Tengo contactos. - Dijo guiñándome un ojo. -
-Por la emoción en tu rostro, imagino que no esperas divertirte en esta fiesta. - Dijo Edson acomodándose frente a mí.La limosina comenzó a circular entre el tráfico habitual.-No es eso.Edson esperó a que continuara hablando pero yo me mantuve callada. Bueno, él no pensaba que le soltaría todos mis secretos solo por un par de zapatos y una sonrisa, ¿O si? Lo que me recordaba...-No tengo teléfono.Me miró confundido hasta que le hice una mímica de un tipo grande y malo rompiendo mi teléfono. Luego hice una actuación muy creíble sobre él siendo una damisela mientras nos salvaba.Hubo aplausos, lágrimas y todo.-M****a, Jo. - Dijo cuando terminó de reír. - Simplemente pudiste decirlo. ¿Te gusta comunicarte de esa manera?-Fui voluntaria alguna vez en una casa hogar para niños sordo mudos. Mientras aprendía el lenguaje de ceñas, tuve que improvisar por algunos meses. - Dije mirando por la ventana. - Incluso después de aprender, los niños me pedían que siguiera con mis funciones.-¿Sob
-Eres bastante popular. - Susurró Edson a mi oído después de media hora de presentarlo ante prácticamente la mayoría de los invitados. - Creo que incluso has roto algunos corazones al decirles que soy tu novio. Yo rodé los ojos. No es que YO sea popular, sino que llevaba viniendo a este tipo de fiestas desde que nos mudamos a esta ciudad. No bromeo al decir que mi hermana y papá son... (no contemplaría usar el verbo "eran") buenos policías, tenía aun una caja guardada con sus condecoraciones de los últimos años. No quería venir al evento por ésta misma razón. Odiaba las caras de lástima en la mayoría de las personas que me conoce por mi ilustre familia. -Estoy segura de que sobrevivirán. - Dije tomando su mano para arrastarlo hacia las bebidas. Sabía que pronto comenzarían a llamarnos para sentarnos en las mesas al otro lado de la recepción. Suspiré internamente cuando otro grupo de policías veteranos nos interceptó. -Es bueno verte, Lizzie. - Dijo el señor Harrison estrechándome
De vez en cuando tenía que sacudir la cabeza ya que me quedaba hipnotizada viendo los músculos de la boca de Edson al moverse. Quizá me estaba volviendo un poco loca. -Espero que hayan disfrutado de su comida. - Dijo el tío Jeff atrayendo nuestra atención. - Ha llegado el momento de la noche que muchos estaban esperando: Saber por qué estamos aquí. A pesar de que este evento se hacía cada año, era algo así como "sorpresa" la fecha. Lo decidía un comité conformado por algunos veteranos retirados y el jefe de policía regional; los cinco Jefes de policía de los Departamentos que conformaban esta región enviaban reportes sobre los progresos de algunas investigaciones o resultados de las mismas. Cuando éste comité considera que se han acumulado suficientes méritos (y se desocupan algunas plazas por jubilaciones, despidos o... muertes), se llamaba a ésta reunión. Supongo que el tío Jeff había presumido lo suficiente sobre el arresto de las dos más grandes pandillas de la zona en menos de
Edson.Por alguna razón, Jo estaba triste.No lo entendía y me hubiera encantado que me dijera el por qué, pero sabía que nuestra "relación" no era tan cercana.Yo estaba en ese tira y afloja entre ya no involucrarme con la hermosa mujer y el involucrarme mucho más.Estaba jodido.Pero, al parecer, mi instinto de pareja no tenía ese tipo de debate interno.-¿Qué sucede, pequeña Jo? - Pregunté olisqueando su cuello sin poderme detener. Era algo así como mi forma lobuna de darle algo de confort.-Quiero ese premio. - Dijo en voz baja y sensual. Sentí su pequeño escalofrío ante mi cercanía y yo gemí encantado.A pesar de tener enfrente a algunos humanos sin camisa, ella tenía pequeños y lindos estremecimientos solo por mí.Me complacía. Me complacía mucho.-¿Tu Departamento no tiene posibilidad?- Susurré contra su piel.-Ni una.-Si obtengo esa plaquita dorada para ti, ¿Qué tendré a cambio? - Dije con una sonrisa malvada contra su cuello.-Uh... ¿Qué?- Mordí ligeramente su piel. M****a,
Lizzie.Esto se había convertido en un circo muy rápidamente.Ni siquiera pude detener a Isabel de querer participar en esta locura, ella simplemente corrió y se ofreció a ser la jueza de nuestro Departamento.El jefe de policía regional se veía bastante divertido ante las tonterías de los chicos. Su nombre era Steven, conocido generalmente por no aceptar tonterías de nadie así que fue una sorpresa que incluso ofreciera un premio.Edson había sido el ganador y yo no me quejaría ante el tío Jeff por su participación. Esa placa dorada me serviría un montón ya que me permitirá el acceso a la base de datos de la policía de la región.Estaba segura de que alguien habría reportado perros extraños en algún lugar y que eso había quedado registrado.Compartiría la información con Edson solo porque técnicamente fue de ayuda.La cara comenzó a dolerme y la toqué ligeramente. Estaba sonriendo.No sabía si era porque Edson seguía haciendo payasadas en el escenario o por el jugoso premio que había