La lluvia caía a cántaros sobre las oscuras calles de Nápoles, creando un ambiente melancólico que se reflejaba en mi mente. A pesar de mi reticencia inicial, la curiosidad por el mundo subterráneo al que mi esposo pertenecía había comenzado a consumirme.
La mafia italiana, con su aura de misterio y peligro, le ofrecía un desafío que no podía ignorar. Y esta noche debía asumir con la idea de que ya tenía las manos manchadas de sangre en la mente.Mi cabeza era un torbellino de dudas y muchas inseguridades.Pero fue Enzo quien, tras una larga charla sobre la necesidad de sumar aliados en el seno de la organización, me instó a involucrarme más en este mundo.—Tienes habilidades que muchos de ellos no tienen, cariño. Tu inteligencia puede ser nuestra ventaja, —le dijo con una mezcla de orgullo y excitación.A pesar del temor que sentía, sabía que no podía rechazar la oportunidad que me ofrecían esta noche.Así que con mucho valor yEnzoDespertar con ella a mi lado era todo lo que podía necesitar en este mundo, su calor, su olor y la suavidad de su piel.Anoche me enorgulleció su temple y carácter al momento de conquistar a esos bárbaros pertenecientes a todas las pandillas de la mafia italiana.Es una Diosa, y por ella me arrodillo y arrodillo al mundo ante ella, porque puedo y porque es la reina de toda esta mierda.Anoche dió su opinión con respecto a algunos inconvenientes que presentaban algunos clubes en los barrios bajos de Sicilia con un grupo de forasteros, dió como orden que llevarán a los intrusos con negocios más pequeños y así poder atraparlos y sacarles a golpes con quién estaban trabajando.Ella se ha vuelto una pieza indispensable en la organización, pronto llegaría al punto máximo y de ese trono nadie la bajaría y si algún día llego a faltar, sé que ella me respaldaría.Seguí acariciando su espalda desnuda y de momento se removió y volteó s
OliviaA medida que avanzaba el tiempo, me convertí en una figura clave en la planificación de las operaciones de la organización.Mi mente táctica se volvió esencial para trazar caminos en un mundo donde cada decisión podía llevar a la gloria o al desastre. Pero ese era el lado divertido de todo ésto.No podía temer más en equivocarme, soy la reina de la organización, que los otros me teman a mí.Me encontraba en el jardín de la fortaleza, sentaba en una tumbona con Iskra acostada en otra al lado mío con su cabecita preciosa en mis piernas, es una felina hermosa y malcriada, como decía Enzo.Me regañaba cada vez que la conseguía en la cama conmigo, pero es que era difícil apartarme de ella a estas alturas.Estaba también Alexa sentada en un sillón frente a mí revisando contratos conmigo y algunos estados de cuenta de los bares que se manejaban a las afueras de Nápoles. Últimamente me la pasaba en estás, es más fácil para Enzo po
OliviaSi me pidieran definir esta semana en una sola palabra podría decir esta:Mierdero.Eso es lo que podía describir todo este problema.Con este nuevo desafío, tuve que decidir si seguir con mi ascenso en la mafia o si tomaría el camino del sacrificio para proteger a Enzo y a todo aquello que ha construido a base de sudor y sangre.En mi interior, sabía que no podía permanecer en la oscuridad para siempre. Las elecciones que hiciera definirían no solo su futuro sino también el de todos los que la rodeaban dentro de la organización.Es por eso que hoy estamos aquí reunidos en la sala de reuniones con los miembros más importantes de la mafia.Cuando miró alrededor de la sala llena de rostros que una vez la aceptaron, comprendió que su intuición y estrategia no solo eran armas en un juego de poder, sino que también eran su propio salvoconducto, su única esperanza de encontrar un camino hacia un destino que no
Olivia—Más rápido, —supliqué en un gemido bajo.Las penetraciones eran cada vez más duras, sentía que en cualquier momento me iba a partir en dos.—Dime lo que quieres, —dijo él en medio de un gruñido animal.Sus manos iban a mi espalda baja haciéndole presión hacia abajo en el acolchado debajo de mi.—Quiero que me des tan duro que cuando acabemos no pueda caminar. —mi descaro crecía cada vez más.Los movimientos de sus caderas y el choque de su pelvis con mi trasero, me puso a millón y solo hacia los empujes de mis glúteos cada vez más duros.—Lléname, cariño, lléname completa, —supliqué necesitada.—Te voy a embarazar, —hizo una promesa oscura mientras me nalgueaba y seguía dándome duro.Lo sentía tan profundo y rico que ya ni mi mente razonaba.—Carajo, hazme los bebés que quieras, pero lléname toda de tu leche, —mierda, sonaba tan grotesca como el sonido de la unión de muestras carnes.
OliviaEn estas semanas habíamos estado llenos de trabajo, tanto en la oficina como en la organización.Habíamos tenido varios ataques de la mafia rusa y las cosas están siendo complicadas.Sin embargo, no es una limitante para también gozar de nuestro matrimonio y nuestras ganas de follar a cada nada.Enzo sigue empeñado en embarazarme pero no entiende que no es algo de un día para otro.Me he puesto en control con la mejor ginecóloga del país, y estamos tratando de ver por qué aún no me he embarazado, pero me dice que es por la presión que siento dentro de mi trabajo.Enzo trata de que no me agite, pero me gusta lo que hago, llevo la dirección de los nuevos proyectos farmacéuticos y adicionalmente estamos tratando de expandir la cadena hotelera que solo está aquí en Italia.También hemos hecho arreglos a la fortaleza para que se sienta más viva y menos oscura y tratando de hacerle un espacio a parte a Iskra porque ya m
Enzo Mi mujer se atiborreo de comida grasosa, tenía un estómago de camionero. Cuando yo apenas me comí la hamburguesa más grande del servicio y un vaso de té helado grande, ella se comió la misma hamburguesa que yo, unas papas familiares, una caja de nuggets de pollo, un vaso grande de refresco y de paso un helado de dulce de leche. Mis hombres y yo la mirábamos asustados, sentía que le iba a dar una embolia por toda la comida que se metió. Pero no, ella estaba bien campante diciendo que le había quedado un espacio vacío y que llenaría al llegar a la casa. Estaba loca si pensaba que la iba a dejar comer de nuevo. Parece un barril sin fondo. Creo que es por todas las veces que la he follado estos meses, que pierde energía y con lo único que se llena es con comida basura. Voy a tener que hablar su ginecóloga pronto, no tiene cita sino hasta dentro de tres meses por el tratamiento d
EnzoLa noche había caído sobre la ciudad de Roma, el territorio de los clanes más pequeños que secundan nuestra organización, y las luces de los edificios brillaban como estrellas en un cielo de concreto.Olivia y yo, nos preparábamos para una cena que podría cambiar el rumbo de nuestras vidas y el destino de la organización, la cual estaba siendo blanco inminente de la mafia rusa.Daemon quería ver caer mi imperio si, porque sí.Pero eso no pasará, podrá unirse con miles de clanes, pero a mí mujer no la va a tocar.La reunión se llevaría a cabo en la mansión de los Moretti.Mi mujer iba retocandose el maquillaje en la camioneta y trataba de calmar sus nervios. No podía quedar al descubierto por esa familia, tenía que demostrar de lo que realmente está hecha.Llegamos a la mansión a buena hora y fuimos recibidos amablemente por eso personal encargado. entramos a la casa y fuimos guiados a la sala donde iba a ser la reun
EnzoLas mujeres de la familia Moretti quedaron fascinadas con la belleza de mi mujer, me sentía como un cavernícola cada vez que la veía y entendía que era solo mía.Las mujeres la llevaron de elogios y cariño, ella se sintió cómoda con la familia a pesar de que sabía que eran netamente negocios lo que haríamos con ellos.Pero eso no detuvo a nadie, ni siquiera al líder, que me invitó a unos tragos en su despacho, me acompañó Salvatore que estaba bien metido en mis negocios, mientras Alexa y Red se quedaron con su reina cubriéndole la espalda.Ella no se sentía amenazada, pero uno nunca sabía.También era porque no quería a ninguno de los hijos varones de los Moretti respirando el mismo aire que ella.—Tu esposa es muy buena negociadora, —elogió Marco, llenándome de orgullo.—Ella es mi arma más peligrosa, —confesé, solo para que la viera como una líder y no solo como mi esposa.—No lo aparenta, —concluyó Marco