Ángel, era un total extraño para ella, pero tenía claro que aquel hombre era una excelente persona para conversar, Tania se había quedado bastante horas escuchándolo, hablando sobre todo lo que ocurría en su vida, se estaba identificando con él, parecía ser que tenían mucho en común, gaste el signo zodiacal.— ¡Así que no tienes novia, no tienes hijos y tienes un perro que se llama Tanque! —dijo ella mientras esté le contaba acerca de su día a día.— Lo único que nos diferencia entre los dos es que tú tienes un gato que se llama Chimuelo, ¿es negro como el pequeño dragón? — le preguntó haciendo que esta riera, era un gato amarillo que quizás en algunos años se parecería más a Garfield que a Chimuelo.— Su nombre no tiene mucho que ver, pero quiero decirte que toda la vida quise tener un gato, en casa era complicado, dado que mi madre era alérgica, recuerdo que alguna vez me robé los hijos de la gata vecina — le dijo entre risas, haciendo que este se divirtiera con aquella historia.—
La clase seria el lunes, aún tenían un largo domingo a sus narices.— ¿Desayunas? — preguntó esa mañana Hans, este había pensado toda la noche en lo que ella le había dicho, tenía razón en sus palabras, bastante asertivas y no tenía como cuestionarlas.— No, voy a salir, ¡Hola a todos! — les dijo y se marchó, los amigos de Hans se habían quedado toda la noche, así que no tenía muchas ganas de permanecer en una casa con tanta testosterona por todos lados, ya le bastaba con tener que lidiar con su jefe a diario.— ¿Vienes hoy? — preguntó y esta sonrió y se marchó, había decidido arreglarse un poco, un vestido lindo en tono lila, le quedaba bastante bien y parecía ser que todos tenían la misma afirmación.— ¡Los vestidos son para ella, definitivamente! — dijo uno de ellos, mientras comía, Tania era atractiva, tenía curvas prominentes, caderas anchas, un rostro bastante lindo y un cabello que quedaba demasiado bien con ella.— Si, le queda bien — contestó el único que parecía no estar muy
La muerte no era algo que Tania se planteaba nuevamente, su padre era importante en su vida y no esperaba perderlo nunca.— ¿Estas bien? — preguntó Hans mientras le veía completamente pálida en su coche.— ¿Me puedes llevar al hospital?, intente encenderlo y siento que es imposible, no puedo, de verdad no puedo — dijo mientras sus manos temblaban y lloraba de forma descontrolada, Hans no sabía exactamente qué pasaba, pero no dudo en hacerla a un lado y abrazarla.— Ven, calma por favor, necesito saber que ha pasado, no sé qué te tiene tan nerviosa, pero lo vamos a solucionar — le dijo, podía sentir su miedo, era algo palpable.— Mi padre está algo grave, se ha accidentado y mi madre me ha dicho que está fatal — dijo mientras soltaba nuevamente el llanto, no estaba preparada para las pérdidas, cuando su abuela murió, esta se había llevado una parte de ella, no podía dejar de pensar en él nudo en la garganta, en la sensación de esperar a que esta volviera cada día, algo que realmente no
— ¡Papá, me da un poco de miedo! — dijo Tania la vez que su padre había decidido enseñarle a montar una bici, esta no tenía la más mínima idea de cómo hacerlo, pero confiaba en papá, este nunca la solitaria y la dejaría caer.Aquella sensación la había vuelto a sentir en su presente, su padre le había dado un susto de muerte, uno que casi la hunde por completo.— No me dejaste — le dijo ese día en cuanto lo vio, su padre había tenido una lesión bastante grave, pero parecía ser que la vida era algo que no estaba corriendo peligro según sus doctores.— ¡Jamás dejaría a mi niña! — le dijo, aunque Tania ya era toda una mujer, no podía negar que le era difícil verla como tal, para él siempre sería su niña, su tesoro más preciado.— ¿Adivina quién ha venido conmigo? — le preguntó haciendo que este se emocionara.— ¿Es quien puso? — le preguntó mientras sonreía de oreja a oreja, el golpe en su rostro estaba algo morado por la presión.— Si, es él — le contestó y este sonrió cada vez más gr
Estar en aquel coche con su hermano y con Hans era algo interesante, estos parecían los mejores amigos, hablaban de todo un poco.— ¿De dónde se conocen? — preguntó Tania con cierta curiosidad.— La fiesta es algo que nos mueve — contestó Michel, haciendo que Hans se riera.Sin más, se quedó sin saber.— Tengo algo de hambre, ¿quieren comer algo? — les pregunto Hans, todos coincidían en eso.— No sé si haz comido, yo no, ¿comiste dónde estabas? — preguntó Hans, quería saber algo que le estaba generando una duda tenaz.— ¿Hoy saliste? — preguntó Michel, hace mucho tiempo no escuchaba que su hermana saliera con alguien.— Solo salí un momento, no sabía que tenía que explicar dónde voy en casa momento — dijo ella y Hans se quedó esperando más.Tenía la vaga idea que está había salido con aquel hombre de la noche anterior.— No sabía que mi hermana salía, así que es algo que me causa un poco de asombro — contestó mientras se bajaban.— Sí salgo, con varios quizás — contestó y esta se que
El silencio era parte de la cena, Tania había decidió callar y escucharlo, Hans por su lado, no sabía ni por dónde comenzar a formular lo que quería decir.Estaba nervioso de que ella en medio de su enojó decidiera que no valía la pena ni siquiera escucharlo, pero tenía una razón bastante clara y era algo que él no podía alegar.Se había comportado como un idiota y lo sabía.— Quizás sea tarde o pienses que lo hago por no quedar mal frente a ti, quiero decirte que quiero ofrecerte una disculpa por lo sucedido una noche atrás, no sé si hacer esto arregle realmente el problema, pero estoy intentando de que entiendas que lo que dije no tenía que ver con tu físico, a veces no sé cómo hacer que mis compañeros dejen de mirarte, así que por eso fue la razón de mi comentario — dijo el con nerviosismo, sabía que lo que estaba botando de su boca, eran cosas que realmente no tenían sentido.— No sé, creo que muchas veces somos hirientes sin la necesidad de serlo, pero lo que a mí sí me molesta y
La forma en que estos se complementaba y sentían era algo que ninguno de los dos había vivido, serían mentirosos el no admitirlo, pues entre ellos había algo bastante fuerte.De aquellas sensaciones que jamás se sentían con cualquiera, ahí estaba viviendolo, de la forma más extraña.— Me encantas y sé que soy el más idiota de todos, pero espero que jamás te alejes — dijo el en cuando hubiesen terminado, ella no pifia responder a eso, pues con el nada era seguro, todo era como estar en una cuerda bastante inestable y no quería repetir cosas que en su pasado le había hecho tanto daño.— ¿Estarás mañana donde tu padre? — preguntó él y ella Sonrió.— Si, de hecho iré después de tu clase, primero que todo, necesito que este bastón se vaya en poco tiempo — le dijo y este asintió, debai aceptar que Tania era una de las profesionales más buenas que había conocido y que eso no tenía que ver con lo que pasaba entre ellos.— ¿A dónde iremos después de la recuperación de tu padre?, ¡nunca me dice
Levantar a su lado había sido extraño, esa noche se había decidido por volver a la cama y este se lo había impedido como ando su brazo a su alrededor, Tania había logrado tan solo girarse para poder respirar mejor.— ¿Por qué te ibas a ir? — le preguntó este mientras le miraba fijamente.— No me gusta amanecer con nadie, me gusta mi espacio y ver el rostro lagañudo de alguien no está en mis planes — le contestó y Hans comenzó a reír fuertemente.— No sabía que era algo desagradable verme en las mañanas, antes me decían que era demasiado guapo, quizás un dios del Olimpo — contestó y ahora era Tania la que reía fuertemente, parecía que el buen humor mañanero era algo bueno.Hans pensó en ello, jamás permitía que una mujer se quedara con él toda la noche, estas tenían su propia habitación, la última vez que había llevado a alguien a casa había sido un caos.Contrario a su pensamiento y a su forma de preceder, estaba en casa, en cama de Tania y se sentía a gusto con ella en la mañana, su