Derek.-
En la soledad de su estudio iluminado solo por una pequeña lámpara estaba sentado frente a su computador supervisando el código de su nueva aplicación, además de haber estudiado administración y finanzas, Derek se había especializado en informática específicamente en el desarrollo de Software, seguridad informática e infraestructura tecnológica, era el dueño de dos aplicaciones de citas, no era de su total agrado, pero sabía que era una unidad de negocio que le estaba haciendo ganar mucho dinero.
Hace poco había realizado el lanzamiento de una nueva aplicación chat girl la aplicación era como un servicio de scores, pero a nivel digital todo quedaba en la red, tuvo la idea después de las numerables demandas de mujeres que con la única intención de amarrarlo lo habían injuriado diciendo que él las obligaba, por lo que eligió crear está aplicación no solo para generar más ingresos, sino para alejarse de los problemas que le ocasionaban las mujeres de la vida real.
Sonreía al ver cada conversación, la aplicación consistía en charlas que podían ser comunes, pero estaba diseñada para un propósito más sexual, satisfacer las necesidades de millonarios excéntricos, casados o con algún gusto exótico.
Las chicas que se inscribían, podían encontrarse con sus clientes si lo deseaban, en teoría todo era de manera ¨segura, confidencial privada¨ pero todas las conversaciones pasaban por la mirada atenta de Derek.
La notificación de una nueva Chatgirl llegó a su ordenador.
— Artemis74 –Susurró, detalló el perfil de la chica, su foto era una rosa roja, Derek rodó sus ojos, se metió en las carpetas donde se encontraban sus conversaciones, eran muy vagas y sanas, Derek se sintió tentado a eliminar la cuenta, ese no era el perfil de chicas que buscaba, pero pensó en algo que despertó en él que más que curiosidad era morbo.- El seudónimo que representa a la diosa de la castidad –Una sonrisa maquiavélica apareció en su rostro, rápidamente se creó un perfil haciéndose pasar por cliente.- Bien vamos a seguir tu juego Orion81, veamos qué tan pura y casta puedes ser.
“Soy nuevo en esto, ¿Deseas conversar?” –La sonrisa divertida de Derek se agrando al ver los tres puntos suspensivos.
“Seguro estoy disponible, hablaremos de lo tú desees” –Se frotó las manos con malicia.
“Me interesa hablar de sexo ¿Te molesta?” –Derek se sintió ansioso ante la respuesta.
“Por supuesto, aunque debo aclarar que no soy experta en esos temas y tal vez te aburras”
— ¡Uuuffff! Esto es una tortura para mi
“Estaré más que encantado en enseñarte”
Por varias horas Derek estuvo conversando con su chatgirl, la joven le había confesado que era virgen y por su manera de responder las interrogantes de Derek supo que decía la verdad.
“Me agradó conversar contigo Artemis, espero volver hacerlo está noche”
“Muchas gracias por la plática Orión y si estaré activa esta noche” –Recibió como respuesta por parte de la chica.
“Tal vez podamos pasar al siguiente nivel” –Sonrió con la ceja enarcada.
“¿Siguiente nivel?”
“Claro anhelo ver tu cuerpo, seguramente eres una diosa” –Escribió de manera directa y sin rodeos, era lo único que él deseaba de las mujeres solo sexo y diversión nada más así como también sabía lo que movía a las mujeres ¨Dinero¨ y en el caso de la tierna y dulce Artemis no era diferente, por algo se había inscrito en la aplicación, por lo que rápidamente ingresó en su cuenta bancaria y transfirió dos mil quinientos dólares a la cuenta de su chatgirl, necesitaba asegurarse de tenerla, cuando Derek Morgan deseaba algo siempre lo obtenía y en este caso esa chica había despertado su interés. “Espero que esto sea un monto aceptable para ti, puedo pagarte mucho más si accedes a mis fantasías, solo espero que no temas, la seducción y el sexo pueden llegar a ser muy placenteros, ¿aceptas?”
No tuvo que esperar mucho por la respuesta que ya sabía que obtendría.
“Acepto” –Sonrió confirmando sus conjeturas Artemis era igual que todas, se vendían al mejor postor.
“Perfecto, te estaré enviando más dinero para que realices unas compras para nuestros encuentros y te diré exactamente que comprar”
“Escribes como si fuera a ser tu sumisa”
“En parte lo serás, no temas no te haré daño, no haremos nada malo, que pases buenas noches Artemis” Finalizó el chat, cerrando su laptop.
— Espero que seas hermosa Artemis… Pero ¿Y si no lo es? –Se encogió de hombros. Por lo menos me divertiré un rato corrompiéndola –Sonrió con descaro.
A la mañana siguiente.-
Anna.-
— ¡Oye! –La voz de su amiga hizo que Anna pegará un brinco por el susto haciendo volar su celular.
— ¡JESUS! Me asustaste –Emily rió carcajadas- pensé que era la bestia de mi jefe
— ¿Estás en la app? –Anna asintió- ¡Pilla! –Dijo haciéndole cosquillas en el cuello.
— ¡No, no! Lo mío son conversaciones normales ya llevo doscientos cincuenta dólares –Mintió descaradamente Anna, no iba a decirle la conversación que tuvo con su nuevo cliente
— ¡Muy bien! Aprovecha este tiempo entonces, bueno debo volver a mi escritorio y llevar este café.
Anna se dirigió al baño, iba distraída cuando choco con un pecho sólido, haciendo que su celular terminara en el suelo.
— Aparte de chismosa insoportable ¿Ciega? –La voz de Derek retumbo en los tímpanos de Anna.
— Lo siento yo… -Anna se quedó sin aliento al ver lo cerca que había quedado de su jefe.
— ¡No quiero tus disculpas! Ven a mi oficina de inmediato –Anna recogió su celular del piso y lo siguió haciéndole muecas de odio, cuando repentinamente Derek giró y ella cambió su expresión- Necesito los informes de las ultimas construcciones y los avances de las que están en proceso.
— Enseguida –Respondió Anna metiendo su celular en el bolsillo de su pantalón, pero olvidó ponerla en silencio cuando el timbre de una nueva notificación se escuchó haciendo que Derek fijara su atención. –Lo siento en seguida le traigo lo que me pidió –Anna salió rápidamente antes de que su jefe le pegara un grito por estar usando su celular, solo que ella ignoraba que su jefe era el dueño de la nueva aplicación y reconoció el timbre de la misma de inmediato.
Derek.-
Derek caminó exigiendo a Anna un sinfín de pendientes cuando un sonido lo hizo detenerse cuando estaba a punto de sentarse, él reconoció de inmediato el timbre que sonaba dentro del bolsillo del pantalón de su secretaria, la miró fijamente sorprendido, la vio salir rápidamente ni siquiera prestó atención a lo que ella dijo antes de salir.
— ¿Será posible? –Se preguntó así mismo, mirando hacia la puerta y viendo la silueta de su secretaria al otro lado. ¿Anna tiene un perfil en mi app? Se preguntó aun sorprendido –Eso tengo que descubrirlo de inmediato.
Las horas pasaban y Derek no dejaba de pensar en la posibilidad de que su secretaria tuviera un perfil en su aplicación, estuvo horas pegado al ordenador buscando el código que le daba acceso a los números telefónicos de las ChatGirls, ninguno le parecía conocido hasta que sus ojos casi se salen de sus orbitas y su mandíbula casi desencaja de su rostro, observó que el número de su secretaria que guardaba en su celular coincidía con el número que observaba en la pantalla, lo único que hizo fue soltar una gran carcajada.— Esto no puede ser –Dijo aun sonriendo, comenzó a inspeccionar el perfil y nuevamente la sorpresa se hizo presente, su desesperante secretaria era nada más ni nada menos que la virginal Artemis74. –¡Vaya, vaya! Que sorpresa –Luego arrugó su nariz. –Y yo pensando que podría ser una diosa con un cuerpo exquisito.Derek se sintió decepcionado, cuando de pronto una idea cruzó por su mente, era malicioso, tomó su celular y escribió.“Hola Artemis, para esta noche necesito q
Derek.-En el sofá con las luces de los rascacielos de Seattle, Derek ingresó nuevamente a su chat con Artemis, el juego lo excitaba demasiado se puso cómodo y envió el mensaje sonriendo.— No espero mucho de ella, así que vamos ver que esconde Anna bajo todo ese poliéster que holgado que se coloca –Volvió a sonreír y de inmediato le dio la orden de colocarse la camisa, espero con ansías aguantando la risa, la imagen se estaba cargando y cuando se hizo visible su quijada casi se parte en dos, agrandó la imagen no podía creer lo que sus ojos observaban.Aun sin responder Derek no esperaba que su secretaria se viera tan bien, su cabello castaño caía en ondas y lo poco se le veía de su piel era apetecible a sus ojos, de inmediato la idea de ver más surgió por lo que le dio la siguiente orden.Los segundos fueron eternos para él y sus ansias aumentaban, se sobresaltó cuando escucho el timbre de la notificación, inhaló profundamente al ver cargada la imagen y de inmediato su cuerpo reaccio
Anna.-— De verdad no sé cómo puedo seguir soportándolo ¿Cómo es que supo?— ¿Derek te tiene tan loca que ahora hablas sola? –Emily llegó por detrás sonriendo.— No sé cómo, pero cada día es más insoportable, me arrepiento de haberle permitido que me ayudara, ahora se cree con derecho de meterse con mi vida íntima –Emily la miró confundida.— ¿Intima? Pero si tú –Anna se sonrojó bajando la mirada- ¡Por dios ya tuviste sexo!— ¡Nooo! Y baja la voz, anoche tuve una experiencia con uno de mis clientes, pero no es como que me acosté con alguien ni nada y la bestia esa se dio cuenta no sé cómo –La mejor amiga de Anna soltó una gran carcajada.— Bueno según los rumores Derek es una bestia sí, pero una bestia sexual ¿Crees que las mujeres intentan atraparlo nada más por el dinero o su bonito rostro? No mi niña, muchas dicen que es el hombre perfecto tienes los tres principios básicos, dinero, atractivo y… es un dios en la cama –Anna frunció el ceño, el escuchar a Emily decir los atributos de
Anna.-— Ten ponte esto sobre el golpe –Anna tomó la bolsa con hielo que la enfermera le ofreció- sí que te diste un duro golpe— A veces suelo ser un poco torpe –Mintió colocándose el hielo sobre el labio.— Puedes quedarte un momento aquí, regresaré en unos minutos con tu analgésico –Anna asintió mientras la enfermera la dejó sola, las lágrimas de Anna se desbordaron recordando la escena, las manos de Baltazar manoseando su cuerpo a punto de… y luego ver a Derek golpeándolo nunca lo había visto así, fue como si un demonio se hubiera apoderado de él, el color de sus ojos cambió por completo, le dio terror verlo así, Anna nunca pensó ver a Derek tan violento.— ¿Estás bien? –La voz de la enfermera la hizo salir de su trance, asintiendo.— Debo volver a mi puesto de trabajoSalió de la enfermería con la aprobación de la enfermera, subió al ascensor aun llevaba la bolsa de hielo sobre su boca, agradeció que en el piso de presidencia solo estuvieran las oficinas de Derek y Daniel, lo que
Derek.-Luego del desagradable momento ocurrido con Anna y su primo, Derek manejo sin rumbo por la ciudad, con la mente perdida hasta que fue hasta su pent house, al llegar el portero lo saludo, Derek solo paso directo al ascensor privado en silencio.Al llegar fue directo hasta el botiquín de primeros auxilios, se quitó la sangre de los nudillos, era la de Baltazar mezclada con la suya limpió la herida y la vendó, se sirvió un trago de whisky y se lo empinó de un sorbo, tomó su celular y llamó a su mejor amigo Daniel.(…)— Vine tan rápido como pude ¿Estás bien? –Derek asintió.— Casi lo mato –Daniel lo miró en silencio.— Verlo sobre Anna, obligándola me llevó a ese momento, solo que esta vez si quería poner a ese idiota tres metros bajo tierra— Entiendo las razones por las que lo hiciste –Caminó hasta sentarse frente a él.— No puedo pasar por esto de nuevo, Anna es… tan inocente mi desprecio hacia ella es por eso porque la veo y es como si viera a Dalia— Te entiendo, hice lo que
Derek.-Derek estaba alistando los documentos que necesitaría antes de su viaje a Nueva York cuando escuchó el timbre de una notificación de chat girl, de inmediato tomó su celular leyó el mensaje, haciéndolo sonreír.“Tarea cumplida” –Seguido de una foto que lo dejó como piedra y con la boca hecha agua, rápidamente una erección se hizo presente al ver el hermoso cuerpo desnudo, la temperatura de su cuerpo aumento, estaba perdiendo los estribos por Anna la necesitaba en su cama y follarla hasta perder las fuerzas, su mente estaba contrariada no sabía si era un regalo o un castigo verla.“Veo que encontraste inspiración” –Esperó ansioso su respuesta.“Así es y debo confesar que lo disfrut锓Sabes que me estas matando, no tienes idea de cuánto te deseo, desearía conocerte”“A mí también para ser sincera”“Puedo pagarte lo que quieras” –Su propuesta era cierta pagaría lo que fuera por tenerla, Anna lo estaba enloqueciendo y si para ella era una transacción él se encargaría de ser el mej
Derek.-En el avión Derek sus ojos estaban clavados en la puerta, esperando la llegada de Anna, no podía creer que estaría con su secretaria a esa que tanto detesta, si unos días antes le hubiesen dicho que se volvería loco por su secretaria se reiría como foca con hipo.Cuando por fin la vio llegar al avión observo su ropa holgada, su cabello despeinado ¿Cómo era posible? Que debajo de toda esa ropa vieja y fea hubiera un cuerpo exquisito que incitaba el pecado.— Buen día –Dijo Anna sacándolo de sus pensamientos.— ¡Buen día! ¿Tienes todo listo? –Preguntó con la mirada fija en ella.— Por supuesto –Observó que Anna lo miraba como si le hubiese salido un tercer ojo- lo veo muy feliz— ¿Por qué no habría de estarlo? Iré a Nueva York a despejar un poco la mente ¿Quién sabe? Me siento con suerte –La observó fijamente, logrando que la chica se removiera en su asiento desviando la mirada hacía la ventana.Apenas el avión arrancó ambos comenzaron a afinar los últimos detalles sobre la insp
Derek.-Con una resaca de mil demonios, Derek sintió la luz del sol clavándose como dos puñales en sus ojos.— ¡Maldita Resaca! –Abrió los ojos agarrándose la cabeza por el fuerte dolor, vio que estaba en la suite, observó que aun llevaba su ropa y el lado de su cama estaba intacto, suspiró, pensó en lo que había hecho el día anterior, pero no recordaba cuando llegó a la suite, salió arrastrando sus pies, al salir Anna estaba en la mesa comiendo un plato de frutas- Estás en un hotel cinco estrellas que tiene un restaurante con una estrella Michelin ¿y solo se te ocurre desayunar un tazón de frutas? –Anna alzó la mirada, Derek vio un atisbo de timidez en su rostro- ¿Cómo llegue anoche?— ¿No recuerda nada? –Preguntó Anna sorprendida.— No, por eso te estoy preguntando –Respondió apoyando su cabeza en el frío vidrio de la mesa.— Pues… no sé quién lo trajo hasta la habitación y luego… –Derek levanto su cabeza al sentir el silencio de Anna.— ¿Qué?— Nada, creo que se le cayó un vaso por