¿Qué opinan?
Derek.-— ¿De verdad no lo sabías? –La abuela de Derek estaba incrédula, aún seguía sin creer que su esposo pudiera ocultar algo tan importante y que Derek no lo supiera.— Abuela te dije que no, lo que no entiendo es porque mi abuelo fue tan cruel con Dalia, me mintió me dijo que el trato con los rusos incluía la protección de ambos.— Yo tampoco puedo creer, porque Damián hizo algo así y ocultarme algo tan importante, no tiene ningún sentido, él amaba la idea de tener una familia grande, verte con una buena mujer, con hijos esos actos no describen al hombre con el que estuve casada por cuarenta años –Derek notó la mirada llena de tristeza y decepción de su abuela, sintiéndose culpable una vez más por todo lo que sucedió, su abuelo no le ocultaba nada a su esposa, ella estaba al tanto de lo sucedido esa noche, sin embargo ella nunca lo mencionó para no torturar a su nieto lo que lo acercó más a ella. –Bueno la cuestión es que la pequeña existe y no hace falta ser un genio para no nota
Anna.-Un rayo de sol se mezcló por la habitación de Anna abrió un ojo y bostezó, la noche anterior se había quedado despierta hasta tarde, la abuela de Derek la había obligado a quedarse en la mansión esa noche. De inmediato su mirada se fijó en el vestido de novia colgado en el perchero dorado.El día anterior había conocido a Diana, la hija de Derek, cuando su prometido le soltó la noticia por un momento dudó que Dalia mentía, pero al ver los ojos de la niña, sus dudas desaparecieron, era más que evidente que la niña llevaba por sus venas la sangre de los Morgan.Vio el reloj en la mesa de noche marcaba las 7:00 a.m. quería desaparecer, saltó de la cama, un deseo inmenso por salir a correr la invadió buscó entre sus cosas algo de lo que tuviera debía servir para respirar un poco, encontró unas mallas y una camiseta de tirantes delgados.— Perfecto –Se alistó y salió de la habitación rogando no encontrarse con nadie, al llegar al piso de abajo se sorprendió al ver toda la alharaca de
Derek.-— Te prometo que cuando regrese Anna y yo nos tomaremos unos días libres para compartir contigo ¿De acuerdo? –La pequeña asintió lanzándose en los brazos de Derek, luego quiso darle un abrazo a Anna, pero en ese momento apareció Dalia alejándola de ella.Había llegado el momento de la “luna de miel” Derek sabía que para calmar a Anna necesitaba alejarla de todo y de todos, se subieron a la camioneta despidiéndose de todos, ya en camino el silencio reinó entre ellos.— ¿Podemos hacer un esfuerzo para que esto funcioné? –Preguntó Derek extendió su mano para tomar la de ella, pero solo recibió su rechazo, sintió una punzada de dolor en su corazón. –Anna estoy intentando esforzarme.— ¿En serio me estás diciendo eso? –Cuando anoche estuviste revolcándote con tu ex. –Derek giró la cabeza para verla frunciendo el ceño confundido.— ¿De qué diablos hablas? Anoche yo estuve –Un estruendo hizo que Derek perdiera el control del volante la camioneta donde iban los guardaespaldas delante d
Derek.-— ¡¿QUIERO SABER?! ¡¿DONDE ESTÁ MI ESPOSA?¡ -Derek pegaba alaridos dentro de la habitación, su amigo Daniel entró con la mirada llena de angustia. –Daniel dime ¿Cómo está ella?Daniel bajó la mirada, sus ojos se llenaron de lágrimas porque lo que estaba por decirle a Derek no iba a ser fácil.— Hermano, Anna… no sobrevivió –Derek no pestañeó. –Tú lograste salir del vehículo, pero ella… no dio tiempo cuando la camioneta se incendió y… –Tomó aire aclarándose la garganta.— ¡No, no, no! –El alma de Derek se hundió en la miseria, sintió como el dolor desgarraba su corazón al escuchar la perdida de Anna. – ¡Dime, por favor que hay una esperanza! –Las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas.— Lo siento –Respondió Daniel negando con su cabeza.— Déjame solo –Daniel lo miró con tristeza. – ¡DEJAME SOLO, NO QUIERO VER A NADIE, LARGATE! –Derek se ahogó en su propio llanto la tristeza y la culpa se adueñaron de él, la mujer de su vida estaba muerta, no pudo protegerla, si no la
Derek.-Ya varias semanas habían pasado después del accidente, Derek salió del hospital solo le quedaban los moretones en el rostro y alguno que otro dolor en su torso, su abuela lo obligó a quedarse en la mansión, pese a sus objeciones no tuvo las fuerzas suficientes para contradecirla.Perder a Anna fue lo más doloroso que ha tenido que vivir, nunca tuvo la oportunidad de decirle lo mucho que la amaba, lo que significaba para él y ahora no soportaba la idea de no verla de nuevo de no sentir su perfume, sus labios, su piel. La culpa lo estaba consumiendo, no había podido tener la valentía de darle la cara a Braulio si no la hubiese obligado a casarse con él… ella estaría viva, su mente se lo repetía una vez más y Derek intentaba callarla con otro trago de alcohol. Lo único que lo mantenía medianamente vivo era su hija Diana.— Derek –Estaba tan encerrado en sus pensamientos que no escuchó cuando la puerta de su habitación se había abierto, su amigo Daniel estaba detrás de él. –No pued
Derek.-La despedida con Diana fue difícil para Derek, pero necesitaba un tiempo a solas vivir su duelo además en su casa habían recuerdos recientes de Anna que él quería que perduraran.— ¿Derek? –Escuchó la voz de Braulio el abuelo de Anna, sus manos comenzaron a temblar. –Sé que me estás evitando. –Derek suspiró y se giró para quedar frente al hombre, verlo fue doloroso tenía la barba descuidada, los ojos rojos, hinchados de tanto llorar estaba demacrado, su abuela lo había obligado a quedarse en la mansión, sabía que solo en aquella casa moriría de tristeza.— No… –La voz de Derek se quebró. –Don Braulio yo… lo siento— No pretendo culparte por nada hijo, las cosas pasan, siempre pensé que Anna me sepultaría a mí no yo a ella –Don Braulio rompió en llanto, la enfermera que Derek había contratado se acercó a ellos con una mirada de tristeza.— Mi abuela me dijo que no ha querido… debemos hacer el funeral aunque yo la verdad— No –Lo interrumpió. –Anna nunca hubiese querido un funera
Derek.-Había llegado a su apartamento suspiro de alivio con el silencio de lugar, dejó caer la bolsa y las llaves a un lado fue directo a su bar se sirvió un gran trago de whisky, se tumbó en el sofá su mirada se fue directo hacia la segunda planta, a pesar de haber bebido un sorbo del licor sintió la boca seca, se llevó el vaso a los labios sin apartar la mirada de su habitación, necesitaba fuerza para subir y eso solo se lo podía brindar el alcohol.Una vez terminado el trago observó el vaso vacío lo colocó en la mesa de centro, se dispuso a subir las escaleras lentamente, con cada escalón que subía sintió un peso enorme en cada una de sus piernas, al llegar al final vio la cama con las mismas sabanas había ordenado que no las cambiaran, fijó la mirada en el closet abrió la mitad que había llenado de ropa de su estilo y gusto solo para hacerla feliz que sintiera que tenía un espacio para ella en todo lo que a él le pertenecía, notó la sudadera negra no dudo en agarrarla llevándosela
Derek.-Las gotas de lluvia golpeaban con tristeza el suelo, creando un murmullo melancólico que envolvía el ambiente, el cielo gris y nublado parecía reflejar el estado de ánimo de Derek y de todos los presentes, como si las lágrimas del cielo fueran un eco de su propia tristeza, el sonido constante del agua resonaba en sus oídos cayendo sobre el féretro de color caoba recordando la pena que pesaba en su corazón, cada gota que caía parecía llevar consigo un suspiro de desolación, todos se habían retirado varios truenos se escucharon arreciando aún más el aguacero que caía sobre él, los sepultureros comenzaron a arrojar la tierra sobre el ataúd.— Derek debemos irnos –La voz de Tamy a su espalda, mientras la lluvia seguía cayendo sobre su rostro, no despertó cuando su amiga lo tomó del brazo cubriéndolo con su sombrilla. –Vamos. –Derek se dejó mover como un muñeco seguía escuchando el sonido de la tierra cayendo hasta que la distancia cesó el ruido.— Mi sentido pésame señor Morgan –De