Esto se pone, que se pone... Comenta, comenta.
Derek.-— ¡¿QUIERO SABER?! ¡¿DONDE ESTÁ MI ESPOSA?¡ -Derek pegaba alaridos dentro de la habitación, su amigo Daniel entró con la mirada llena de angustia. –Daniel dime ¿Cómo está ella?Daniel bajó la mirada, sus ojos se llenaron de lágrimas porque lo que estaba por decirle a Derek no iba a ser fácil.— Hermano, Anna… no sobrevivió –Derek no pestañeó. –Tú lograste salir del vehículo, pero ella… no dio tiempo cuando la camioneta se incendió y… –Tomó aire aclarándose la garganta.— ¡No, no, no! –El alma de Derek se hundió en la miseria, sintió como el dolor desgarraba su corazón al escuchar la perdida de Anna. – ¡Dime, por favor que hay una esperanza! –Las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas.— Lo siento –Respondió Daniel negando con su cabeza.— Déjame solo –Daniel lo miró con tristeza. – ¡DEJAME SOLO, NO QUIERO VER A NADIE, LARGATE! –Derek se ahogó en su propio llanto la tristeza y la culpa se adueñaron de él, la mujer de su vida estaba muerta, no pudo protegerla, si no la
Derek.-Ya varias semanas habían pasado después del accidente, Derek salió del hospital solo le quedaban los moretones en el rostro y alguno que otro dolor en su torso, su abuela lo obligó a quedarse en la mansión, pese a sus objeciones no tuvo las fuerzas suficientes para contradecirla.Perder a Anna fue lo más doloroso que ha tenido que vivir, nunca tuvo la oportunidad de decirle lo mucho que la amaba, lo que significaba para él y ahora no soportaba la idea de no verla de nuevo de no sentir su perfume, sus labios, su piel. La culpa lo estaba consumiendo, no había podido tener la valentía de darle la cara a Braulio si no la hubiese obligado a casarse con él… ella estaría viva, su mente se lo repetía una vez más y Derek intentaba callarla con otro trago de alcohol. Lo único que lo mantenía medianamente vivo era su hija Diana.— Derek –Estaba tan encerrado en sus pensamientos que no escuchó cuando la puerta de su habitación se había abierto, su amigo Daniel estaba detrás de él. –No pued
Derek.-La despedida con Diana fue difícil para Derek, pero necesitaba un tiempo a solas vivir su duelo además en su casa habían recuerdos recientes de Anna que él quería que perduraran.— ¿Derek? –Escuchó la voz de Braulio el abuelo de Anna, sus manos comenzaron a temblar. –Sé que me estás evitando. –Derek suspiró y se giró para quedar frente al hombre, verlo fue doloroso tenía la barba descuidada, los ojos rojos, hinchados de tanto llorar estaba demacrado, su abuela lo había obligado a quedarse en la mansión, sabía que solo en aquella casa moriría de tristeza.— No… –La voz de Derek se quebró. –Don Braulio yo… lo siento— No pretendo culparte por nada hijo, las cosas pasan, siempre pensé que Anna me sepultaría a mí no yo a ella –Don Braulio rompió en llanto, la enfermera que Derek había contratado se acercó a ellos con una mirada de tristeza.— Mi abuela me dijo que no ha querido… debemos hacer el funeral aunque yo la verdad— No –Lo interrumpió. –Anna nunca hubiese querido un funera
Derek.-Había llegado a su apartamento suspiro de alivio con el silencio de lugar, dejó caer la bolsa y las llaves a un lado fue directo a su bar se sirvió un gran trago de whisky, se tumbó en el sofá su mirada se fue directo hacia la segunda planta, a pesar de haber bebido un sorbo del licor sintió la boca seca, se llevó el vaso a los labios sin apartar la mirada de su habitación, necesitaba fuerza para subir y eso solo se lo podía brindar el alcohol.Una vez terminado el trago observó el vaso vacío lo colocó en la mesa de centro, se dispuso a subir las escaleras lentamente, con cada escalón que subía sintió un peso enorme en cada una de sus piernas, al llegar al final vio la cama con las mismas sabanas había ordenado que no las cambiaran, fijó la mirada en el closet abrió la mitad que había llenado de ropa de su estilo y gusto solo para hacerla feliz que sintiera que tenía un espacio para ella en todo lo que a él le pertenecía, notó la sudadera negra no dudo en agarrarla llevándosela
Derek.-Las gotas de lluvia golpeaban con tristeza el suelo, creando un murmullo melancólico que envolvía el ambiente, el cielo gris y nublado parecía reflejar el estado de ánimo de Derek y de todos los presentes, como si las lágrimas del cielo fueran un eco de su propia tristeza, el sonido constante del agua resonaba en sus oídos cayendo sobre el féretro de color caoba recordando la pena que pesaba en su corazón, cada gota que caía parecía llevar consigo un suspiro de desolación, todos se habían retirado varios truenos se escucharon arreciando aún más el aguacero que caía sobre él, los sepultureros comenzaron a arrojar la tierra sobre el ataúd.— Derek debemos irnos –La voz de Tamy a su espalda, mientras la lluvia seguía cayendo sobre su rostro, no despertó cuando su amiga lo tomó del brazo cubriéndolo con su sombrilla. –Vamos. –Derek se dejó mover como un muñeco seguía escuchando el sonido de la tierra cayendo hasta que la distancia cesó el ruido.— Mi sentido pésame señor Morgan –De
Tamy y Chris.La mejor amiga de Derek estacionó frente a la universidad de Bellevue, estaba angustiada por la obsesión de Derek y su salud mental después de perder a Anna; Tamy no era de las que se quedaba de brazos cruzados viendo como un ser que ella amaba se hundiera como su amigo lo hacía.Seguramente la odiaría por lo que estaba a punto de hacer, pero solo había una persona que podía ayudarlo aunque él no lo quisiera Chris Sanders. Tamy caminó por el interior de la universidad con su esbelta figura y sus botas que le llegaban a los muslos, llamaba mucho la atención caminando con tanta elegancia.— Buenos días –Amablemente saludó a la secretaria con una sonrisa. –Busco al doctor Sanders.— ¿Tiene una cita? ¿Es estudiante?— Uhm…no, pero me dijeron que podría encontrarlo aquí— ¿Tú? Te vi con Morgan en el cementerio ¿Qué haces aquí? –Preguntó Chris la observó de arriba abajo.— Necesito conversar contigo— No atiendo a pacientes externos en la universidad –Chris le pasó por el lado
Derek.-Su respiración era lenta y larga observó el lugar donde había tenido el accidente, su frente tenía una leve capa de sudor frío mientras que los latidos de su corazón eran pausados.— ¿Estás listo? –Chris preguntó desde el asiento trasero del auto de Daniel, asintió lentamente. –Bien comencemos.Chris y Derek estaban acompañados por Daniel y Tamara, al primero no le parecía mucho exponer a su amigo de esa forma, pero su hermana de inmediato lo hizo callar.— Les voy a agradecer a ustedes dos que hagan silencio, solo mi voz y la Derek –Les ordenó, se giró en dirección hacía su paciente y notó como su mirada estaba fija a un lado de la carretera aun habían rastros de las explosiones de ambos vehículos. – Bien, necesito que cierres los ojos y pongas tu mente en blanco e inhala profundamente tres veces lentamente. –Derek lo miró incrédulo, pero ya que estaba allí cualquier cosa que lo ayudara a encontrar una pista era una ventaja, así que hizo lo que Chris le ordenó. – Muy bien vas
Derek.-En su pent-house Derek se puso en marcha hizo una lista de los sospechosos que tenía en mente, la mafia rusa ocupaba el primer lugar en la lista, le costó escribir el segundo “Dalia” las palabras de su hija resonaron en su mente como un eco y la sospecha cobraba más fuerza, ella había desaparecido por años y regresó de repente con la amenaza de los rusos todavía latente arriesgándose trayendo al país a la pequeña ¿Por qué? se frotó las sienes comenzaba a dolerle la cabeza, pero se tomaría un frasco completo de ser necesario necesitaba encontrar a su esposa con vida.— ¡Aquí estamos! –Entró Tamy con su hermano y Chris detrás de ella.— ¿Qué hace él aquí? ¿Seguirá con la terapia?— Derek… –Inquirió Tamy. –Varias cabezas piensan mejor y Chris te ayudó a recordar.— Daniel necesito que llames a tus contactos más confiables en el FBI, no lo sé consigue a alguien que esté obsesionado con acabar con la mafia rusa.— ¿Sigues pensando en Dmitry? –Preguntó Daniel mientras buscaba entre s