—¡Un placer! Me voy a divorciar —Scarlett saludó a la mujer del asiento de enfrente que se abrazaba al hombre que no paraba de hablarle al oído. Aquella pareja se apartó y le miró enojada.Su esposo, mejor dicho, la persona que se iba a convertir en su ex esposo, volteó a verla, hecho una furia.—En serio quieres ponerme en ridículo, ¿verdad?—Es lo que menos te mereces, Patrick —siseó.—¡No tienes que avergonzarme en público!—Fuiste tú quien se acostó con otra persona en la misma cama donde yo, tu esposa, dormía. No me jodas ahora con tu pena. Si no te daba vergüenza meter tu-—¡Ya cierra la boca de una vez, Scarlett! Santo cielo, qué dramática eres, en serio. Supéralo —discrepó Patrick y trató de agarrarla por el brazo para someterla.—Quítame las manos de encima, perfecto mentiroso, ¡o te las voy cortar en pedacitos! ¡¿Quieres eso?!—Ya contrólate. Nada de este show me obligará a quedarme contigo.—Guau, sí que tienes el ego por las nubes, querido —se burló Scarlett, ignorando las
◞───────⊰·•·⊱───────◟ O1: La loca y el anciano ◝───────⊰·•·⊱───────◜ —Por favor, si ambas partes están de acuerdo, procedan a firmar y concluir el proceso —informó el abogado y la rubia no perdió ni un segundo en tomar el bolígrafo.Y así terminó todo lo que una vez fue el sueño de una mujer enamorada. Así terminaron años de ser la sombra de alguien que nunca la consideró ni su prioridad, ni su felicidad.Por su parte, Patrick casi brincó en un pie cuando le tocó firmar los papales del divorcio. Él podía soportar tener una amiga como esposa, pero Scarlett había enloquecido de la nada y él no estaba dispuesto a tolerar a una persona incapaz de controlar sus emociones.—¡Sí! —exclamó él satisfecho—. Listo.—Al fin eres rico y libre de esta farsa, ¿cierto? —susurró Scarlett resentida, dominando el nudo en su garganta. Ella deseaba poder negar que aún le dolía el pecho cada vez que lo veía; sus ojos verdes, su sonrisa torcida y sus jodidos labios. Era horrible seguir queriendo a una pe
◞───────⊰·•·⊱───────◟ O2: El coronel Krause◝───────⊰·•·⊱───────◜ —¡Scarlett!Gimió frustrada, con la mano a medio camino de su tanga, en cuanto escuchó la voz estridente al otro lado de la puerta. Joder, chequeó el reloj. Las cinco de la mañana.Los golpes en la puerta se reanudaron y apartó las sábanas antes de levantarse con el vientre dolorosamente apretado.—¡Scarlett!Abrió la puerta de un tirón y recibió a su madre, Theodora, con un aspecto desaliñado.—Buenos días, señora, ¿qué se le ofrece?—Ya tuviste una noche. Así que muévete a solucionar tus problemas. Esto no es un hotel —exigió y luego se fue.Scarlett chasqueó la lengua.—Sí, también te extrañé.Cerró la puerta y se pasó las manos por la cara. Se había despertado de buena gana, aunque muy cachonda gracias a un sueño húmedo que tuvo en la madrugada. Las imágenes borrosas de un hombre cálido, fuerte y experimentado satisfaciendo sus deseos la había dejado bastante adolorida. Sabía que era mejor atender la necesidad ante
◞───────⊰·•·⊱───────◟ O3: El último refresco del desierto◝───────⊰·•·⊱───────◜ —Pues gracias por dejarme entrar —Scarlett no tuvo más remedio que agradecerle a regañadientes, siguiéndolo a la sala del apartamento. Preferiría soltar veneno antes de darle las gracias y alimentar su ego, pero las circunstancias desesperadas requirieron estrategias desesperadas.—Más bien abrí la puerta porque me pareció que un gato lloraba en el pasillo.Scarlett hizo una pausa en su caminar, sorprendida por su comentario descarado, especialmente cuando él le lanzó una mirada astuta por encima del hombro."Uy, uy, se está burlando de tu canto de sirena, ya viste" la vocesita mañosa volvió a la carga, haciéndola gruñir y morderse la lengua para no meter la pata con otro de sus comentarios mordaces.Ja, con que el tipo tiene sentido del humor. Scarlett resopló.—Chiste de papá, qué moderno —masculló sarcástica, sentándose en un sillón individual.—¿Qué dijiste?—Que bien moderno está su apartamento —mint
◞───────⊰·•·⊱───────◟ O4: Amores viejos,amores pendejos◝───────⊰·•·⊱───────◜ Cuando pasó por la casa a dar la noticia y despedirse, su padre intentó ocultar una sonrisa detrás del periódico. Su madre Theodora tarareó con aprobación y luego se fue sin dejar rastro.—Puedes usar la camioneta, está agarrando polvo en ese garaje, de todos modos —le dijo Thomas, lanzándole una mirada extraña—. Ten cuidado en donde te estás metiendo, Scarlett.Para cuando llegó la noche, había terminado de desembalar sus pertenencias y acomodarlas en el apartamento, que vino con todos los muebles y electrodomésticos. No era un piso tan pequeño como le gustaría que fuera, pero, como decía el dicho, a caballo regalado no se le vio el colmillo.El apartamento era muy estilo minimalista. Tenía una sala espaciosa con un sofá de tres plazas, un sillón individual, un Smart TV y una mesita auxiliar de caoba. La cocina sí era pequeña, empotrada, de colores beige y marfil. Al final del pasillo, estaban el baño y
◞───────⊰·•·⊱───────◟ O5: Sexo, sudor y puñetazos◝───────⊰·•·⊱───────◜La alarma sonó a las cuatro de la mañana en punto y Scarlett salió de la cama cinco minutos antes. Realizó la rutina, se preparó con una camisa de botones blanca metida en los jeans ajustados y las botas. Secó su cabello y salió del apartamento justo cuando recibió un mensaje de su posible jefe.CS: || ¿Dónde estás? ||Resopló malhumorada, encendiendo el Chevy y poniéndose en marcha. Ya tenía la dirección, porque se la había enviado en la noche. ¿Por qué tenía que ser un pesado? No pudo contenerse y le escribió con dedos acelerados.S: || buenos días a usted también, gracias, voy en camino ||CS: || Vas a llegar cinco minutos tarde ||—¡Claro que no! Voy a llegar a tiempo —le gritó a nadie en particular, maniobrando a través del tráfico—. ¡No eres un puto psíquico!Pues el coronel no podía ser un psíquico, pero la rubia sí llegó cinco minutos tarde a la ubicación.La mirada de suficiencia en el rostro de Krause e
◞───────⊰·•·⊱───────◟ O6: ¡Bang! ¡Bang!◝───────⊰·•·⊱───────◜Alcanzar a la Bestia (como decidió bautizar al coche del coronel) fue todo un desafío. No solo fue porque el auto era una máquina de velocidad; sino también porque Krause Stein era terroríficamente bueno al volante. Queen estaba segura de que el cincuenta por ciento de las maniobras del coronel debían ser ilegales.La única vez que logró alcanzarlo fue en un semáforo en rojo. Se detuvo junto a la Bestia y, para su sorpresa, las ventanillas estaban abajo, Krause fumando un cigarrillo con un brazo en la ventana y la postura relajada. En ese ángulo, Krause Stein era la imagen perfecta del pecado, la fantasía erótica de cualquier mujer u hombre. Scarlett no pudo negar que se le hizo agua la boca, mirando las venas marcadas que trepaban desde sus manos grandes, hasta sus antebrazos apretados y bronceados que se flexionaron con cada movimiento.Sintiéndose atrevida, la rubia encendió la radio y colocó una canción de pop a todo v
◞───────⊰·•·⊱───────◟ O7: La consentida del jefe◝───────⊰·•·⊱───────◜—Tarde de nuevo —fue lo primero que gruñó Krause cuando ella logró trepar a la Bestia, después de unos largos segundos de lucha (porque era un enorme auto con enormes neumáticos y ella era una mujer de estatura promedio).Scarlett jadeó un poco cansada, evitando mirarlo mal."Es tu jefe ahora, contrólate"—Lo sé, señor —admitió ella a regañadientes, porque ya eran las cinco y quince.Krause no encendió el motor de inmediato, sino que la observó de arriba a abajo, sin quitarse los lentes negros.—No exijo que te pongas faldas o tacones, Queen —espetó el coronel, torciendo los labios. El repentino uso de su apellido provocó que la rubia sintiera la gran diferencia de poder que existía entre los dos; él mandó y ella obedeció—. Pero necesito que luzcas a mi altura.Scarlett tragó saliva, dándose la libertad de mirarlo. Krause usaba pantalones grises a la medida, camiseta negra ajustada y guantes de cuero oscuro. El cl