Aquella mañana soleada y calurosa, Gael va junto a Gia a la casa de entrenamiento, donde se encuentran con May, a quien Gia había invitado con anticipación para conversar. Por supuesto lo hizo con su segunda intención y con la esperanza de que su plan fuera exitoso y no terminara en un dolor de cabeza más.—Tu barriga está cada vez más grande. Me emociona mucho el día en que conoceré a mis sobrinos —halaga May emocionada.—¿Tú también insistes con que serán dos? Aunque Gael me dijo que escucha dos corazones latir, yo no siento que sea así.—Yo también tengo el presentimiento de Gael y tu mamá.—Sí, alcahueta. —Gia entorna los ojos—. ¿Por qué no vamos a darnos un rico baño al río? Está haciendo mucho calor, ¿no crees? —propone maliciosa, puesto que sabe que a esa hora el gamma suele hacer guardia por esos lares.May asiente en acuerdo y se dirige junto a su amiga al bosque.Ella se pasa casi todo el tiempo atenta a Gia, no vaya a ser que se resbale y se haga daño.—¡Hola, chicas! —La v
Esa tarde, Katrina se encuentra junto a Nara en la cocina, aprendiendo a preparar un dulce típico de la manada Rouge.Entre risas, conversaciones banales y las anécdotas de la mujer que conoce al alfa desde que él era pequeño, las mujeres mezclan ingredientes que aromatizan el lugar.—Huele rico aquí —dice Leoncio, al tiempo en que olfatea con una sonrisa en los labios.Él termina de entrar en la cocina y se acerca a su mate, quien lo recibe con los brazos abiertos y deja que los labios de él se adueñen de los suyos.» Me encanta el dulce cítrico, mi amor.—También a mí —le responde ella—. Quedé impresionada cuando lo probé. Ahora estoy aprendiendo a hacerlo para mandarle un frasco a los niños.—Estoy seguro de que te quedará delicioso. Todo lo que haces te sale perfecto —la halaga y vuelve a besarla.—Pero ¡qué labioso nos salió el alfa! —exclama Nara con una sonrisa maliciosa—. Quién diría que su corazón sería enamorado de nuevo. Me hace tan feliz verlo en pareja.—Para que veas que
La mujer camina en medio del campo con pasos gráciles y una sonrisa coqueta que capta la atención de los trabajadores.Ella es el centro de atracción en aquel lugar mientras les reparte un postre dulce, que lleva en porciones pequeñas dentro de una canasta.—Gracias, belleza —le dice uno de ellos, cuando la chica le extiende un trozo envuelto en un plástico de forma estética.—Gracias a ustedes por su gran labor —responde ella mientras merodea todo el lugar.Debido a su amabilidad, sonrisa amigable, sus pasos coquetos y su gran belleza, ninguno de los presentes se pregunta la razón por la que una mucama está metida allí. Quizás suponen que fue enviada por el alfa, por lo tanto, no le prestan atención cuando ella husmea de más.Horas más tarde, la joven se dirige al lugar donde Gael entrena a los guerreros, con un vaso de jugo fresco encima de una bandeja.—Alfa, le traje esta bebida para que se refresque —le dice con timidez y amabilidad.—Muchas gracias, pero no debiste molestarte —c
Katrina se levanta temprano y lucha contra la debilidad de su cuerpo porque necesita estarse lejos de esa cama o se volverá loca.Con pasos torpes, ella se dirige a la cocina y le prepara su desayuno favorito al alfa. De alguna manera, hacer lo que tanto ama la llena de vitalidad y por el momento que lleva allí se olvida de su malestar e infortunio.—¡Mi loba! —exclama Leoncio cuando la vislumbra desde el umbral—. Me asusté tanto cuando no te vi en la cama. —Él se le acerca ansioso y la abraza como si temiera perderla.Después de la conversación que tuvieron, él ha estado ansioso e inseguro porque tiene miedo de que ella regrese a Luna creciente.—Estoy bien, de verdad —contesta a la defensiva y anticipando el regaño.—¿No estás mareada? —Ella niega con la cabeza, aunque miente—. ¿Qué preparas? Voy a ayudarte.Él se pone un delantal y le colabora en la cocina. Cuando terminan, ambos desayunan en el jardín y conversan a gusto.—No quiero estar en la mansión, Leoncio; necesito pasar un
Con delicadeza y sin premura, Katrina le quita la camisa blanca a Leoncio, hecho esto, le acaricia la espalda que se siente suave al tacto.Su mate es perfecto.Un macho muy masculino, pero elegante y refinado al mismo tiempo. Es como una combinación entre lo delicado y poderoso, lo suave y lo brusco.Le encanta todo de él. Es la primera vez que un hombre le provoca sensaciones tan intensas y profundas.—Te amo —le dice con la voz quebrada. Él le acaricia el rostro con su dedo índice y le besa la nariz.—Yo te amo más, mi loba.Katrina lo besa porque no va a discutir esa verdad. Para nadie es un secreto que él es el más entregado de los dos y quien posee más apego.Ella es su todo; sin embargo, Katrina tiene a sus hijos. Además, esta se ha desensibilizado un poco porque ha perdido a dos amores en el trayecto de su vida, ha saboreado la desilusión y la traición, asimismo, ha despertado a una cruda y dolorosa realidad: fue engañada de varias maneras.Y, aunque Leoncio también tuvo pérdi
En esos días, Camila se ha dado la tarea de ir a visitar a Gia para ganarse su confianza; sin embargo, esta la mira con recelo y solo le permite visitarla porque le intriga saber qué se trae en manos.La mucama se porta muy servicial y amable con ella mientras le coquetea a Gael con indirectas. El plan es seducirlo de a poco y esperar a que Gia esté muy vulnerable por el embarazo para ella suplir las necesidades sexuales que su mate no podrá. Mas, el interés de Rut es que Camila encuentre algún punto débil en la luna para poder acabar con su vida y robar el arcillo dorado.No obstante, la mucama se muere de deseo por Gael y busca cualquier oportunidad para acercarse a él en esos días que lleva visitándolos. Aquella tarde, Camila aprovecha la ausencia de Gia en la casa para seducir a Gael.—¿Necesita ayuda, Alfa?Gael se espanta al escuchar la voz de la mucama mientras él está en la ducha.—¿Qué diablos haces aquí? —reclama, asustado de que Gia llegue y encuentre a esa mujer allí adent
Después de tres días en los que Gia ha estado triste y un poco distante de Gael; ella se levanta temprano, se ducha y se dirige a la cocina para prepararse un té.Gia se sienta frente a la ventana que se encuentra en una parte de la sala, para apreciar la fina lluvia a través del cristal.Un suspiro triste sale de su boca, acto seguido, ella sorbe su bebida caliente con parsimonia y expresión pensativa.—¿Cómo te sientes hoy, mi amor? —dice Gael acongojado, quien se aparece de repente en la sala.Ella lo mira por inercia y se queda alelada por unos segundos, apreciando el torso tan bien esculpido de su mate, cuyos músculos se encuentran libre de ropa.Él solo lleva puesto un pantalón deportivo y el cabello recogido de forma descuida en una coleta baja. Y, de igual manera en que su pecho carece de vestimenta, también sus pies se encuentran sin calzado.Por su parte, Gia lo contempla fascinada y le es difícil apartar la vista de su esposo.¿Cómo es posible que él le provoque tantas emoc
Varios días después...Leoncio regresa a Rouge luego de casi una semana fuera. Ese tiempo sin ver a su mate ha sido demasiado difícil para él, en especial por la condición en la que ella se encuentra.—¡Por fin en casa! —exclama cuando se encuentra frente a la mansión.—Alfa, el beta Jonas necesita reunirse con usted. Es una emergencia —le informa uno de sus guerreros.Él exhala un suspiro de hastío porque lo único que desea es ir a ver a su mate, pero decanta en hablar con Jonas primero.La reunión se torna larga y el estrés de la situación lo agota bastante, es por esto que decide quedarse en su estudio buscando una solución e ir en la mañana a ver a su mate.«Estoy en la mansión. Perdón por no haber ido junto a ti, mi loba; pero tuve una emergencia aquí», le informa por medio del vínculo.«No te preocupes, cariño. Por favor, descansa».Él sonríe porque en ese momento está haciendo de todo menos descansar.Después de varias horas, Leoncio suspira exhausto y decide hacerle caso a su