En esos días, Camila se ha dado la tarea de ir a visitar a Gia para ganarse su confianza; sin embargo, esta la mira con recelo y solo le permite visitarla porque le intriga saber qué se trae en manos.La mucama se porta muy servicial y amable con ella mientras le coquetea a Gael con indirectas. El plan es seducirlo de a poco y esperar a que Gia esté muy vulnerable por el embarazo para ella suplir las necesidades sexuales que su mate no podrá. Mas, el interés de Rut es que Camila encuentre algún punto débil en la luna para poder acabar con su vida y robar el arcillo dorado.No obstante, la mucama se muere de deseo por Gael y busca cualquier oportunidad para acercarse a él en esos días que lleva visitándolos. Aquella tarde, Camila aprovecha la ausencia de Gia en la casa para seducir a Gael.—¿Necesita ayuda, Alfa?Gael se espanta al escuchar la voz de la mucama mientras él está en la ducha.—¿Qué diablos haces aquí? —reclama, asustado de que Gia llegue y encuentre a esa mujer allí adent
Después de tres días en los que Gia ha estado triste y un poco distante de Gael; ella se levanta temprano, se ducha y se dirige a la cocina para prepararse un té.Gia se sienta frente a la ventana que se encuentra en una parte de la sala, para apreciar la fina lluvia a través del cristal.Un suspiro triste sale de su boca, acto seguido, ella sorbe su bebida caliente con parsimonia y expresión pensativa.—¿Cómo te sientes hoy, mi amor? —dice Gael acongojado, quien se aparece de repente en la sala.Ella lo mira por inercia y se queda alelada por unos segundos, apreciando el torso tan bien esculpido de su mate, cuyos músculos se encuentran libre de ropa.Él solo lleva puesto un pantalón deportivo y el cabello recogido de forma descuida en una coleta baja. Y, de igual manera en que su pecho carece de vestimenta, también sus pies se encuentran sin calzado.Por su parte, Gia lo contempla fascinada y le es difícil apartar la vista de su esposo.¿Cómo es posible que él le provoque tantas emoc
Varios días después...Leoncio regresa a Rouge luego de casi una semana fuera. Ese tiempo sin ver a su mate ha sido demasiado difícil para él, en especial por la condición en la que ella se encuentra.—¡Por fin en casa! —exclama cuando se encuentra frente a la mansión.—Alfa, el beta Jonas necesita reunirse con usted. Es una emergencia —le informa uno de sus guerreros.Él exhala un suspiro de hastío porque lo único que desea es ir a ver a su mate, pero decanta en hablar con Jonas primero.La reunión se torna larga y el estrés de la situación lo agota bastante, es por esto que decide quedarse en su estudio buscando una solución e ir en la mañana a ver a su mate.«Estoy en la mansión. Perdón por no haber ido junto a ti, mi loba; pero tuve una emergencia aquí», le informa por medio del vínculo.«No te preocupes, cariño. Por favor, descansa».Él sonríe porque en ese momento está haciendo de todo menos descansar.Después de varias horas, Leoncio suspira exhausto y decide hacerle caso a su
Ensangrentado, debido a las heridas en su cuerpo, él corre en medio de los árboles con el corazón latiéndole muy rápido.Las lesiones menos graves ya se le han curado; sin embargo, esas que fueron muy profundas todavía les causan dificultad a sus movimientos, aun así, él se las arregla para escapar.Ya lo daban por muerto cuando lo tiraron por aquel barranco y, después de tres días en los que estuvo inconsciente, puede regresar a su manada para advertir al alfa y a la luna acerca del plan en su contra.Ignora su malestar y la debilidad de su cuerpo, ya que solo desea llegar a tiempo para ayudar a sus líderes.***Leoncio mira a un punto fijo, absorto en sus pensamientos y perplejo. Después de unos segundos en pleno mutismo, él rompe el silencio que aquella noticia le ha provocado:—No creo que Gia haya asesinado a una mujer embarazada. Digo, la zorra de Rut se merecía un escarmiento, pero el cachorro es inocente de todo ese lío —razona, más para sí que para sus hombres.Sus guerreros
Bajo la luz de la luna, en lo más remoto de la parte rural de la manada Zafiro, ella lo mira con lágrimas en los ojos y el ruego en sus facciones.—Por favor, acepta tu responsabilidad, Nico.Él se le acerca con porte amenazante y la observa con disgusto. No la soporta. Esa mujer se embarazó a propósito para atraparlo, pero no permitirá que ella arruine su relación por culpa de un capricho.—¿Cómo te atreviste a venir aquí? ¡A la misma manada donde vivo con mi mate! —le reclama alterado.—¿Por qué no quieres que ella sepa la verdad? ¿Por qué me tratas como si no tuviera ningún valor al traerme a este lugar solitario e incómodo? ¡Soy la hija del alfa Rogius! Deja de humillarme, Nico. ¡Soy la madre de tu hijo!—¡Cállate! —Su mano fuerte le atrapa el cuello y aprieta sin medir las consecuencias.Quiere acabar con su existencia de una vez y por todas, y borrar el error de haberle faltado a su mate.—N-Nico, me estás haciendo daño... —tartamudea ella con lágrimas en los ojos.Espera que él
Kali, al igual que Jill, se encuentra en un punto estratégico junto a un grupo de guerreros, que están preparados y posicionados para defender a la manada en caso de que ocurra algún ataque sorpresa. Uno de sus hombres se apresura para darle una noticia y lo lleva al centro de curación, donde se encuentra el guerrero que estuvo desaparecido desde el día en que Camila fue arrestada. —Ahora mismo está inconsciente porque le apliqué un sedante —le informa el doctor que cuida del guerrero—. Llegó en muy malas condiciones. —¿Saben qué le sucedió? —inquiere Kali mientras observa el estado demacrado de aquel hombre. —No sabemos. Él llegó muy ansioso y diciendo que necesitaba hablar con los alfas supremos de urgencia. —¿Qué? Algo importante debe saber, de seguro fue atacado. Desde que despierte me avisan para hablar con él. Estamos en un momento muy delicado y podríamos ser atacados por nuestros enemigos de forma sorpresiva, ya que hay rumores de guerra en nuestra contra. Ellos asienten
La brisa le acaricia el rostro y le levanta varias hebras de cabello, mientras que su cuerpo tiembla por el impacto de los galopes rápidos del caballo, pero esa no es la única razón para las sacudidas.Una angustia le martilla el pecho cada vez más fuerte, al punto de que la respiración se le torna casi imposible de llevar a cabo.Debe parar.—¿Estás bien? —cuestiona Gael, cuando nota que Leoncio se ha detenido y que su rostro luce pálido.—Lo siento, pero necesito regresar. No sabría explicarlo, yo...Las lágrimas brillan en las cuencas de sus ojos y sus manos tiemblan de forma involuntaria.—Creí que querrías interrogar al guerrero tú mismo, al fin y al cabo, él podría tener noticias sobre mamá.—Lo sé... —Leoncio suspira—. No obstante, tengo un extraño presentimiento de que debo salvar a mi mate. Algo dentro de mi grita que, quizás, quienes la tienen no sean nuestros enemigos como creímos. ¿Qué tal que ella aún esté en mi manada?—Pero dijiste que buscaron en cada rincón y aún lo s
Gael escucha a su guerrero con atención mientras ata cabos en su cabeza. Cuando termina, se dirige a la prisión donde tiene a Camila y se sienta frente a ella para conversar.—No sé nada acerca de ese asunto. Todavía se me hace irreal que la señorita Rut esté muerta. Esto es horrible —responde ella con tono sincero.—¿Sabes de alguien que tenga alguna razón para asesinarla?—Sí —contesta con una sonrisa divertida.—¿Quién?—Katrina, la viuda del alfa Mateus. —Su rostro muestra diversión ante la ironía.Por su parte, Gael aprieta los puños y cruje los dientes.—Mi madre no la asesinó... —masculla enojado—. Ella no cometería tal crimen contra una criatura inocente, lo digo por el cachorro, por supuesto; además, ella ha estado postrada en una cama con problemas de salud, así que no pueden venir a acusarla y ensuciar su nombre.—Yo solo respondo a sus peguntas, Alfa. —La burla denota en todas sus facciones—. Bueno, otra que tendría una razón para quererla muerta es la pareja de Nico, el h