Espero te esté gustando esta novela de amor y familia, todo se puede solucionar cuando hay amor de por medio.
Lauren se quedó mirando al techo de la rabia que sentía sobre lo escuchado, esa Celia, era una bruja, mira qué decirle eso a él. Bufaba de molesto, porque eso significaba que toda su vida era una mentira y no lo concebía. Se sentó en la cama y tomó su tableta y comenzó a revisar la vida de su familia en Saluzzo y buscar entre la familia a Florentino y vio el comedor de su madre, un sitio bastante concurrido… De tanto buscar encontró una foto de su padre Jean Carlo y de él, eran primos y muy parecidos. —¿Qué cosa es esto? Siguió buscando y encontró una foto de él y su madre Julia, junto a su padre Jean Carlo, se los veía riendo. —Eran familia… Para ellos la familia era importante, casi sagrada y sus padres lo habían defraudado cuando se escaparon robando el libro de recetas. Era muy sórdido y flotaba en el aire, lo de la infidelidad de su madre, estaba mal. Como no podía dormir se levantó a preparar las sobras de la comida de bodas, era una tradición para ellos hacer brillar todo
—¡Qué m****a me dices! —Cálmate, para hablar civilizadamente. —¿Me hablas de civilización y me dices que no eres mi padre? Jean Carlo dejó la cesta y le comentó a su hijo: —No puedo tener hijos. La expresión de horror en Lauren era tal que Jean Carlo intentó tocarlo y lo apartó: —¡Qué m****a dices! —Son cosas complicadas… —Me estás matando con eso, ese sujeto, esa m****a, me dice que es mi padre y tú lo confirmas. —Lauren… Se agarraba los cabellos con furia, entonces le reprochó: —Todo fue mentira, nuestra vida es mentira, nuestras navidades… Nuestros momentos TODO ES MENTIRA. Jean Carlo entonces le respondió: —No Lauren todo eso fue verdad, padre no solo es el que engendra sino el que cría, yo soy tu padre porque te críe con todo el amor del mundo, nunca vi en ustedes al hijo de mi primo, sino a mis hijos. Lauren lloró con fuerza y su padre lo consoló: —Non rimpiago nulla. (No me arrepiento de nada) —Todo es una gran m****a… Cuando lo sepan todos… Livana cree en ti, G
Lauren la miró sorprendido y ella le explicó: —Fui a verlo por lo del arreglo, me explicó que no tenía nada que ver, que investigaría el asunto y que… nunca les haría daño porque eran sus hijos, me mostró la prueba de ADN y… —Mierda, m****a, M****A. Para él era terrible saber la verdad. —Debiste decirme. —Solo nombrar el tema te pone así, lo siento cariño. Respiró hondo, tomando aire, necesitaba calmarse. —Él no tiene la culpa, de hecho, nadie la tiene, son cosas que pasan. —Entonces se considera con derechos sobre nosotros. —Solo desea a sus hijos… Meneó la cabeza y ella le comentó: —Solo ponte en su lugar, ha vivido en la sombra y ahora a su edad solo desea algo para él. —¡Por mi lado se jode! Ella sobó su espalda y lo vio levantarse e ir a la puerta. —Por favor, no hagas problemas. Salió sin decirle nada, Dafne se tiró de la cama y llamó a su madre que respondió cuando todos coreaban canciones de Italia. —¿Qué pasa hija? —Es Lauren, mamá, él va a ir allá, tiene tema
Lauren escuchó a dos enfermeras comentar: —Se han robado a uno de los bebes del cunero. Las vio correr hacia un sitio, su corazón comenzó a latir de nuevo, veía a los doctores ir de un lado a otro: —¡Mierda qué pasa! Una enfermera pasó diciendo: —Hay disparos en el estacionamiento. Vio a los guardias de seguridad acercarse: —Nadie puede salir del hospital. —¿Qué sucede? —Estamos en emergencia. —¿De cuál bebe hablan? Acabo de ser padre. —Vaya a su lugar. Entonces no vio a Rossi, no quería pensar mal, pero sentía que algo malo pasaba con su hija. Se acercó a información, pero la mujer estaba recibiendo llamadas de todos lados. —Estamos en eso, controlamos la emergencia. “Sofía” corrió hacia las escaleras de emergencia, bajó a toda velocidad, mientras escuchaba la policía acercarse y balas, ¡estaban disparando!, escuchó el tropel de doctores y enfermeras usando los pasillos de emergencia, un doctor lo detuvo: —No puede estar usted aquí. —Mi hija, le pasó algo malo debo de
Dafne llegó a casa con la bebe en brazos, su hijo Bruno gritaba emocionado: —Es la bebe, es la bebe. Dafne reía y tomó asiento junto a su hijo que admiraba a la pequeña Sofía, entonces le preguntó: —¿La vas a querer más que a mí? —Hijo, por favor nunca digas eso, los amo con locura a todos ustedes. Lauren llegó con las cosas de la pequeña y un ramo de flores en la otra mano: —Tropa llegamos y ahora estamos en casa. Dafne sintió una paz enorme, su hogar era su lugar seguro, su fortaleza junto a su esposo e hijo. —Debemos acostarla, ven Bruno. La llevaron a la habitación y entonces Bruno le preguntó: —¿Por qué mi papá no estuvo conmigo en mi nacimiento? Lauren entró y se quedó petrificado, Dafne le explicó entonces: —En ese momento tu papito no pudo estar porque sufrió un accidente, pero ahora si está presente. Lauren entró con las cosas de la bebe y le dijo a su hijo: —Toda la odisea vivida no nos puede distraer del propósito de que seas un chef, así que a practicar haremo
Dolce le decía en esos momentos: —Las entrevistas salieron aceptables, pero debemos prepararnos para las nuevas. —¿Cuántas entrevistas son? —Son cinco, por el momento pasamos a los jueces menores, ahora faltan los jueces que califican la estética, simetría y condición corporal. Dafne se quedó en el aire y él le explicó: —Tendremos que mostrar fotos de distintos ángulos, calificaran tu piel, tu cuerpo en fotos de cuerpo entero, traje de baño… Eso parecía fácil, solo tenía que posar en distintas maneras. Dolce entonces le indicó: —Tenemos que armar nuestro equipo para que nos den las credenciales para pases. Ellos tenían que elegir a las personas que estarían de primera mano: Su madre y Clare, ellas se encargarían del vestuario; su esposo de ley tendría que estar con ella en todo momento; las personas que la maquillarían, de eso se encargó Dolce, serían tres personas: una que la maquillaría, otra que la peinaría y su colaborador. Lauren contrató a un missólogo para que la asesora
Iban a instalarse por un mes en un hotel para convivir entre candidatas, para sorpresa suya Elisa llegó a su pieza como compañera. —Hola querida, nos tocó juntas, qué bien, Ella llevaba una caterva de maletas y su ayudante estaba junto a ella: —Ella Dayán y es mi asistente en todo esto. —Hola. Les repartieron el cronograma de inicio: Cena con las candidatas y confraternidad, Elisa comentó: —Cena de confraternidad, hay que estar atenta con todo… El móvil de Dafne sonó y entonces lo tomó. —¿Cómo está mi reina? —Extrañando a su rey. —Eso me gusta, así que debes portarte bien, todos confiamos en ti, —Determinaron la primera prueba de traje casual, pero hoy nos toca una cena de confraternidad. —No bebas licor. —Lo sé, no tienes que decirlo. Ella colgó y se alistó con un traje de dos piezas hermoso confeccionado para ella. La cena estaba dispuesta en los salones del hotel y era bufete abierto, Dafne saludaba a sus compañeras y Elisa llevó una ensalada hasta la mesa. —Debo cu
Ya se tenían las fotos de las participantes y se deliberaba sobre las más capacitadas para el evento, concienzudamente los jueces veían cada rostro calificando la simetría, estética, elegancia, uno de ellos dijo: —Hay muchas hermosas, pero en la elegancia fallan, caminan como si estuvieran en su casa, no me gusta eso. La jueza Castle comentó: —Tenemos excepciones, por ejemplo la señora Baker, se nota que ha practicado bastante. —La señora Montessori sabe como se hacen las cosas—dijo el juez Hooper—ya tiene experiencia. —Y los años lejos de aplacarla le han dado realce—dijo otro. La jueza Castle comentó preocupada: —Lo que me preocupa de ella es esos incidentes en los que se ha visto envuelta últimamente, todo lo que salió de ella… Hubo silencio y uno de los jueces comentó: —Es una mujer de armas tomar, se supone que vemos a la mejor madre a la que es amorosa, digna… Una buena esposa. Entonces la jueza añadió: —Dulces flores delicadas… mujeres de su casa que brillan por su be