¿Será que Dafne volverá al ruedo de las reinas? Celia ahora sabe quién es el padre de los Montessori, parece que habrá tormenta.
Lauren tenía entre sus manos el portafolio y el fotógrafo comentaba satisfecho: —Es una bella mujer, sin duda arrasará en el certamen. —Bien, ¿puede avalar esto? —Claro que sí, reconozco cuando encuentro un talento, ella lo tiene. —Claro que ella lo tiene, es hermosa tal como es. Entonces el fotógrafo le comentó: —Es un concurso para madres, modelos, mujeres bien cuidadas y su esposa es una bella mujer, de seguro pasará la prueba y más cuando sepan que ella va a ser una mamá, una bella mamá. —Ajá… soy un tipo con suerte, inscríbala. Dafne se veía su pequeña pancita mientras regaba las plantas, estaba muy relajada, sin tener que pensar en cuentas y gastos, tampoco en cocina… Ya que Lauren cocinaba divino y no la dejaba entrar a la cocina, pero cuando él no estaba podía hacer lo que deseaba, así que entró a tomar unas frutas y decía: —Lauren, estoy pisando tu cocina y me voy a preparar algo—tomaba un plato—tu plato caro está en mis manos… Tu precioso cuchillo está en mi poder…
Elisa pasó hablando de Dafne durante el camino: —¿Viste su barriga?, no es muy grande y es pareja, ¿viste a su marido? Tiene músculos, nada de grasa y sabe cocinar… —Se ve buen tipo. Diego no entendía, no solo era el tipo, era todo, atlético, interesante y con escándalos. Veía los últimos en los que había estado metido, una ex le había disparado y la novia a su lado… Pensó: El dinero puede hacer cualquier cosa. Buscó la boda y vio fotos del lugar y una reseña: Lamentablemente, la boda Montessori—Daniels, no pudo realizarse por motivos de un incidente inesperado. Continuó la búsqueda y vio fotos de la bella novia con el vestido ensangrentado y la reseña de los diarios cubriendo el evento del rapto de la novia y de su hijo… —¡No puedo creer esto!—gritó de pronto. Diego la miró sorprendido y ella le mostró: —Mira lo que le pasó a esa mujer… Él leía y se quedó sorprendido: —¿La raptaron el día de su boda? —No solo eso, mira… Dicen que ella mató en defensa propia…—entonces pensó—¿
Lauren quería hacer de aquel momento algo especial. Esa mañana se dio cuenta de que su esposa regaba las plantas interiores y usaba el anillo de plástico que le había dado a modo de broma. Esa mujer podía desquiciarlo, ahora tenía una tarea: escoger el anillo correcto, hacer la escena inolvidable. Ya en su oficina pensaba en la forma en que había ingresado en su vida, Dafne, por medio de un accidente del tránsito, era una loca en el volante, no era buena cocinera, pero era linda… Y le disculpaba todo, pero se dio cuenta de que estaba amando a esa mujer. Ella era especial, su tenacidad, su dulzura y cuidado con su hijo, su carácter ante la adversidad, eran digno de admirar. Revisó su medalla de Montessori, ella la había tenido durante esos años, la muy tonta, ni siquiera pudo buscarlo por la cadena… Y todavía conservaba la rosa que le había dado en esa noche, era una romántica tonta, la estaba amando y ahora tendría que hacer algo glorioso para ella. Dolce le indicó una joyería en do
Elisa veía el evento y maldecía a los cuatro vientos porque su rival aumentaba en like: —¡Esto no puede ser! Diego veía en su móvil y tarareaba la canción de la película: —Deja de cantar esa pendejada… Estamos perdiendo. —Querida, no importa ganar o perder, sino participar. —¡Qué m****a es esa!—dijo enojada—ganar lo es todo, nunca me apunto para perder y esa tampoco… —Terroncito, ella tuvo su momento, pronto llegará el tuyo. Ella se comenzó a golpear los muslos y a gritar: —¡Quiero ganar! ¡Quiero ganar! Su marido la detuvo y la agarró, entonces la zarandeó: —Tonta le puedes hacer daño al bebe. —Quiero ganar…—sollozaba—hazme ganar, usa tu chequera, paga, pero hazme ganar. Él respiró hondo y le respondió: —Está bien, si eso te hace feliz terroncito lo haré. Ella se calmó, era una mujer muy rara, esa Elisa. Otra envidiosa Celia miraba la pedida de mano y sintió tal rabia: ¿Qué tenía esa tonta mujer que ella no tenía? A Lauren y su pasión, no entendía que le vio a ella y ah
Florentino miraba el papel tan sorprendido y le respondió a Dafne: —No envié eso. —Señor Rossi, estoy muy agradecida con usted por lo que hizo por mí y mi hijo y la ayuda prestada a Lauren, pero esto… —Yo no hice nada… Es más, voy a investigar todo esto. Celia pegada a la puerta intentaba escuchar, pero hablaban tan bajo que no tenía forma de poder saber lo que decían. Dafne entonces tomó como algo serio sus palabras: —Le creo, parece que alguien deseó hacer una mala broma, Lauren se molestó mucho con lo pasado. —Jamás les causaría una molestia… Esa barriga se ve bastante grande, ¿ya saben el sexo? —Niña, será una niña. Él sonrió conmovido y entonces ella le preguntó: —Es verdad lo que dice en ese papel. —Yo no dije nada… pero es cierto todo. Vio la sorpresa en la joven: —Cosas de la vida, soy el padre de Lauren. —¿Cómo puede estar tan seguro? —Hice la prueba de ADN, soy su padre y jamás le causaría un pesar. —Entonces hay alguien que no reflexiona como usted, y está di
Lauren no creía en cartas, mail o cosas parecida, él pensaba en otra cosa y lo que mejor se le daba es la comida, entonces reunió a su hijo y le dijo: —Necesito de tu ayuda. —Dime papito. —Quiero impresionar a tu abuela. Bruno arrugó el ceño y le preguntó: —¿A la abuela Julia? —Nop, a tu abuelita por parte de mamá. Eso era totalmente nuevo y el niño preguntó sorprendido: —¿Tengo una abuelita por parte de mi mamá? —Sí, tenemos que ir a verla y darle un presente. —¿Un presente? —Algo lindo—miró a su hijo tan bonito—así es, lo que sabemos hacer es cocinar. —Yo sé dibujar. —Puedes hacer un lindo dibujo de tu mamacita y de tu hermana. —De ti y de mí. —De todos, algo lindo. Entonces le advirtió: —Pero debemos guardar silencio, porque es una sorpresa para tu mamacita. —¿Una sorpresa? —Vamos hacer algo rico para tu abuelita y tu mamacita no va saberlo hasta después. Comenzaron a preparar un pastel, en esos casos un pastel que evocara lo más tierno y hermoso, Lauren diseñó u
Lauren se sentía decepcionado, nunca esperó la negativa de la madre de Dafne para estar junto a su hija, Bruno estaba triste. —Hijo, a veces se gana y otras se pierde. —Estaba seguro de que ella aceptaría, espero que le guste el dibujo que hice de nosotros. Besó la manita de su hijo, su inocencia era tan grande, pensar que con un dibujo podía conmoverla. Clare estaba enojada con su amiga y se lo dijo tirando unas telas: —Tienes una actitud de m****a, tu yerno apuesto y tu hermoso nieto vienen a verte e invitarte personalmente a la boda y tú como nada. —Eso no es como piensas… —Dafne lo consiguió, su sueño lo cumplió una miss, tiene un hijo, un marido de ensueño… ¿Eso no te conmueve? Silencio. Clare tomó el dibujo del niño y sonrió conmovida: —Mira, tu nieto te dejó esto. Se lo dejó en la máquina y ella miró el dibujo: en él se veía a una reina con un bebe con manta rosada, un chef, un chef pequeñito y la que era ella una anciana, ella no era una anciana, pero la incluían en e
Dafne vio a su madre junto a Lauren y Bruno, entonces reaccionó y gritó emocionada: —¡Mamá! Apuró el paso y al llegar abrazó a su madre con fuerza, todo era captado en vivo por Dulce. —Mamá, viniste…—sollozó. —Sí, hija vine, para verte triunfar con la mejor estrella de todas… Una familia. Dafne no daba crédito y miró a Lauren y le preguntó: —¿Tú la trajiste? —De hecho Bruno la convenció. Ella besó a su hijo con adoración e inició la boda tan hermosa, pudo decir con orgullo sus votos: —Prometo amarte en todo instante… Eres el hombre más tierno y fuerte, a tu lado sé que lo conseguiré todo… Te amo y te seré fiel. Lauren sonrió conmovido y le dijo tomando su mano y besándola con adoración: —Eres la reina que mi corazón eligió para siempre, te amo, has conseguido que te ame y transformar mi vida, me has dado dos hijos hermosos y sé que seremos felices juntos siempre, te amo Dafne. Se besaron largamente y todos aplaudían, entonces vino la celebración, Bruno le contaba la aventur