NARRADOR

Andrew en la oscuridad en que estaba sus sentidos se agudizaron solo escucho en su oído izquierdo la respiración de Dianne una respiración seguida de una risa susurrada, sintió que le pasaban la lengua por su nuca haciéndolo erizar y escucho.

—Ponte caliente para mí, quiero ver esa polla lista para mí

Esa fue la más deliciosa orden que había escuchado, porque su reacción fue inmediata, Dianne vio que la polla de Andrew creció considerablemente, le encantaba someter porque siempre miraba que su orden se acataba casi inmediatamente, más que todo la que acababa de decir, estaba agradecida de una prima que la llevo al continente asiático para aprender todos los trucos sexuales, eróticos, el sometimiento personal y dominación, claro que sufrió mucho en ese entonces por eso ella sabe lo que duele cada presión, cada juguete sexual, cada técnica erótica por eso es que quería someter a Andrew hasta la locura, que la desee como a ninguna otra para complacer ella esos ímpetus de dominan