Agache mi cabeza, pensé que estaba poniendo mi atracción sexual por Él antes de preocuparme por mi novio herido y que debía ir a atestiguar contra su agresor, empecé a mirar por la ventana y yo también empecé a sollozar recordando ese momento en que lo vi caer desmayado por el golpe y la sangre saliendo de la herida en su cabeza, sentí la mirada de Adam, pero en ese momento no quería verlo, pensaba en Joseph, en Él, en su salud, eso pensaba, en hacer justicia para mi novio, en eso pensaba. En un semáforo, vi que saco su celular, llamo a alguien y escuche decir

—Te espero en la comisaria, quiero que se pudra en la cárcel, bien te espero —lo mire y Él me miró y dijo

—Llame a mi abogado personal, lo voy a hacer pagar a ese maldito malnacido que golpeo a mi hijo, hablaras con Él primero antes de dar tu declaración.

—Sí, lo haré —dije suponiendo en que el abogado sabe lo que hace.

Llegamos a la comisaria y afuera estaba parado recostado en un auto elegante, un hombre bien vestido, Adam sal