Owen Kewlyn
Si habían organizado una salida para ir de compras la podían posponer, no creo que Olivia se negara a ir con ellas. Les encantaba ir de compras ella y mi hermana, si se les unía mi madre, sería aún más placentero. Le voy a dar mi tarjeta a mamá para que gasten lo que quieran. Estoy dispuesto a darle a Olivia lo que me pida. Aunque mi hermana me diga que ella no está interesada en mi dinero, desde ya lo tiene dispuesto para lo que quiera.
–Jillie, sabes que ya compré el anillo para pedirle a Olivia que sea mi esposa – lo digo como afirmación.
–Sí, ya lo sé, ¿pero por qué la prisa?
Puede que lo piense de esa manera, pero yo no lo creo así. Para ser sinceros, yo se lo hubiera propuesto desde hace mucho tiempo, solo tenía un pequeño impedimento, Justin.
–Hoy cuando vino Justin a su
Owen Kewlyn Como podía esa criatura hacerme perder el control de mí mismo con tan solo un roce de sus labios, hacerme temblar de una manera tan rotunda con una sola de sus caricias, ella no tenía la menor idea de lo bien que le sentaba a mi vida, era tan diferente a lo que estaba acostumbrado, era como un rayo de sol, derritiendo una capa de nieve. Ya no tenía posibilidad de ir en otra dirección que no fueran sus brazos, sus labios y su corazón.La pongo de espalda, deslizo mis manos hacía arriba por sus costillas hasta tomar sus pechos, los sobo a mi antojo, beso la exposición que deja su cuello, mi lugar favorito, me envuelve en sus gemidos. Contonea su trasero en mi entrepierna. Sube el calor a mis partes erógenas. Deslizo una de mis manos hasta su ombligo, acaricio en cirulos su abdomen, toma mi mano y la baja un poco más, encuentro su centro deseoso, suave y expectante.
Olivia Damschroder Es un hecho, Owen se va a quedar el fin de semana conmigo o el tiempo que él decida. A mí se me apetecía toda vida. Después de la rápida y calurosa bienvenida, nos quedamos abrazados en la cama, hablamos de todo un poco, de lo mucho que le gustaba estar conmigo, de las nuevas cosas que le hago sentir. También era una sensación nueva para mí. Después de muchos años de sexo casi en solitario, aparte de Justin yo no había estado con nadie más.–Eres hermosa.Sus palabras me elevaban. Esas simples palabras me hacían soñar. Me estaba mal acostumbrando, me estoy volviendo adicta a él, a sus palabras a sus caricias, tendría toda la vida para disfrutar todo de él y hacerle disfrutar por mi parte.–Y tú eres bello.Sus ojos azules eran tan intensos, que con solo una mirada me transmit&
Olivia Damschroder Ese día conoció a la verdadera Olivia, se me cayó la piel de buena, me volví una víbora sin corazón. Todo lo que me había callado salió como río desbordado. Mi alma se bañó de paz, regocijo y libertad. Era libre, me había desecho de esa mancha en mi pulcra vida. Era extraño y mezquino. Definitivamente Justin era un caso cerrado.–Tú actuaste en defensa propia, esa relación ya no iba por buen camino.–Se echó toda la culpa – le confieso – también asumo mi responsabilidad de ser tan sumisa en su presencia.–Olivia, tu no cometiste ninguna falta.Eso era fácil de decir, pero los seres humanos, nos volvemos masoquista y nos enviciamos con cosas que nos dañan y nos vuelven inestables emocionalmente. Las circunstancias obligaban a salir de ese bache, de darl
Olivia Damschroder Nos tumbamos en la cama, lo acuesto boca arriba y me voy montando en medio de su cintura. El hombre está duro. Mis labios ronzan los de él, su lengua busca la mía y le hago eco, los besos se van haciendo más posesivo por ambas partes. Mis labios bajaron por su cuello, mordí su hombro y eso provocó que se le rizara la piel. Descendí por su pecho, me entretuve en uno de sus pezones. Pasé la lengua y succioné. Su piel alrededor se puso de punta.Me gustaba hacerlo disfrutar. Fui bajando por su marcado abdomen, me encantaba lo duro que se sentía su piel al tacto con mi lengua. Lamí, besé y mordí. Levanté la vista haciendo contacto con sus ardientes ojos, sus pupilas estaban dilatadas, me felicitaba por ser yo la que provocaba todo esto en él. Metí la mano entre sus muslos, subí tocando su erección. Me lo quer&iac
Olivia Damschroder Supuse que después del día tan activo y productivo que habíamos tenido, se encontraría agotado, pero me equivoqué. Se mueve entre sueños, despertando, abre los ojos, me observa y sonríe. A su lado me sentía dichosa, tranquila y feliz. Sin duda alguna también satisfecha, desde que estaba con Owen, mi vida sexual era diferente a todo lo que había vivido y experimentado, había dado un giro de ciento ochenta grados. Me hacía gozar a plenitud, con total desinhibición, podría decir que he perdido el miedo a expresar a plenitud lo que siento cuando hacemos el amor.Acerca su mano a mi rostro, acaricia mi mejilla con suavidad, su roce genera corrientes eléctricas que llegan hasta mi corazón, con solo tocarme me siento querida, es inexplicable, como si mi piel estuviera hecha para sus caricias. Coloca un mechón de mi pelo de
Owen Kewlyn (Lunes)Si así van a ser todos mis lunes, a partir de hoy es mi día favorito. Despertar al lado de Olivia es lo más fascinante que me puede ocurrir. Puede parecer algo apresurado, pero ya quiero tenerla de por vida a mi lado. Qué más desearía que despertar todos los días con ella. Hacerla mi mujer. Mi esposa.Despierto antes del amanecer, a pesar de haber tenido una noche movida, no pude dejarla descansar como me lo había prometido. Dos veces la tuve antes de dejarla dormir, mi energía no se acaba, parece que entre más la tengo más necesito de ella. Soy adicto a su piel, a su aroma. Su cuerpo semidesnudo reposa bocabajo en su cama. Su sexy cuerpo me atrae como la miel a la abeja. No me atrevo a tocarla, porque el olor de su piel y su calor me hacen olvidar cualquier otra cosa.He descansado como nunca antes lo había hecho. La dejo acostada y aprovecho
Olivia Damschroder (Lunes)Cuando se ha ido, veo el móvil y verifico que la alarma esté a la hora indicada, lo vuelvo a colocar en la mesita de noche. Me cubro la cabeza, cierro los ojos cayendo en un sueño profundo. Suena la alarma del móvil, la apago. Estiro los huesos todo lo que pueda. Parece que no pasó el tiempo entre que cerré los ojos y sonara la alarma. Me despierto un poco desorbitada. Trato de alcanzar y tocar a un Owen que no se encuentra a mi lado. Por un momento se me olvid&o
Olivia Damschroder (Lunes)No quedamos como si fuéramos a seguir siendo los mejores amigos. Eso no cabe en mi cabeza y mucho menos, en las de los que me conocen. Nunca podría ser amiga de alguien que me hizo daño.–Y ni que se le ocurra.Último capítulo