Owen Kewlyn
Primero Jeremy y ahora Jillie. Gabriel busca estar sentado al lado de mi hermana, le toma la mano y se la besa en repetidas ocasiones, tiene una cara de satisfacción, como lo dijo antes si ya está el bebé en camino no hay problema.
‒ ¿Estás embarazada? ‒ pregunta Gabriel con emoció
Owen Kewlyn Su bolso de viaje queda olvidado en alguna parte de la antesala, nos encaminamos como dos locos besándonos en cada parada, en la entrada de la puerta, al subir las escaleras, al llegar a la puerta de la habitación, cuando estamos cerca de la cama nos detenemos sin dejar el abrazo, le doy dos besos pequeños en los labios.‒ ¿Vas a dejar hacerte lo que quiera?‒Hmmm ‒ cierra los ojos moviendo la cabeza en señal de afirmación.‒Esa no es una respuesta, quiero que me des tu consentimiento en voz alta, mírame-la emoción la siento en el cambio del timbre de mi voz.‒Sí ‒ abre los ojos.‒ ¿Sí qué? ‒ presiono, la abrazo fuerte para trasmitirle ánimo.‒Que voy a dejar que me hagas lo que quieras, como quieras y donde quieras.‒ ¿No vas a salir corriendo?‒Lo dudo.Quito mi saco y corbata dej&aacut
Owen Kewlyn Mis ojos están cerrados aun, me siento como en una nebulosa, como si estuviera en el aire, más de la nada se me eriza la piel, algo recorre mi pecho bajando a mi abdomen, un aliento cálido acaricia mi miembro. No le tengo que mandar ninguna señal ya mi miembro está preparado nuevamente. Lo toma en su mano moviéndolo de arriba hacia abajo, sé que está a punto de llevarlo a su boca, siento su aliento cálido muy cerca, pasa su lengua húmeda por la punta, es tan erótico, perfecto y pasional, en respuesta emito un pequeño gruñido, mi cuerpo se sacude, despertando a todas mis terminaciones nerviosas, desde la punta de mis pies hasta el pelo.‒ Nena ‒ le digo en un susurro, ahora ya estoy despierto por completo ‒ tienes que parar, mírame ‒ miro a sus ojos color caramelo derretido.Sus pupilas están dilatadas, sus mejillas sonrosadas y s
Olivia Damschroder Este hombre es tan hermoso cuando sonríe, la felicidad se refleja en sus grandiosos ojos azul aguamarina. Su trato tiene un lado tierno que me encanta, siempre trata de cubrir primero mis necesidades, espera a que obtenga la satisfacción completa y luego la de él. No es un egoísta que se olvida de que hay una persona aparte de él. De que somos dos en esta relación, sabe dar para poder recibir.Enciende la luz de la mesita de noche, iluminando gran parte de la habitación, ya está amaneciendo pero está un poco obscuro, me abraza como si de repente me fuera a ir a algún lado, sonrío porque en este momento no quisiera estar en ningún otro sitio, solo aquí, abrazada a él, sintiéndome protegida, sintiéndome correspondida. No todo el tiempo puedes encontrar a alguien que te complazca y puedas reciprocar la
Olivia Damschroder Llegamos a la casa de Owen, y no nos detenemos a ingerir los alimentos de la cena que ha dejado preparado Anna, somos un par de obsesos, la punta de su lengua entra en mi boca con lentitud buscando la mía, mientras una de sus manos se desliza por mi muslo llegando a mi trasero el cuan aprieta con dureza. No me quejo, me gusta su crudeza, es como si mi cuerpo lo pidiera, como si ya estuviera preparado para eso. El azote de sus caricias. Olivia Damschroder Voy hacia el buró encontrando acomodada la ropa interior y el pijama que empaqué, que no ha sido usado por obvias razones, lo saco, me he dado cuenta que de este lado dormir el día de ayer, me gusta su grado de atención. La curiosidad me gana y me dirijo a su vestidor, abro con cuidado las puertas blancas, me adentro y veo sus dimensiones, wow, si estaba sorprendida con los demás cuartos este se lleva la medalla.Es espacioso, tanto como el cuarto de baño, con varios closets con puertas trasparentes donde alberga su ropa, acomodadas por colores, sus corbatas y cinturones, una cómoda alta con sus fragancias arregladas de forma sencilla, un mueble donde tiene colocados sus zapatos, un gran espejo de cuerpo completo está en una de las esquinas, voy buscando en cada una de las puertas la poca ropa que traje, está colocada impecablemente incluida la que usé el díCapítulo 31
Owen Kewlyn Mi decisión de dejar a Olivia en el auto no era por otra causa, más era para su protección, no sabíamos cómo reaccionaría esta mujer al ver a un supuesto Jeremy con otra, y para que no fuera a tratar de agredirla, no sabíamos cómo podía actuar ante una posible rival, por lo que acordamos en que me esperara en el auto. No esperaba demorar más de media hora.La cita concertada con la señorita Mirelle Bourbon, es en el mejor de los hoteles de la ciudad, cinco estrellas, denota que es lo suficientemente adinerada para disponer de estos servicios, y que es solventemente capas de permitirse esos lujos. Estoy de pie en la sala del hotel, le doy el recado al de recepción de que el señor Kewlyn la está esperando. Me siento en uno de los sillones a esperar a que la susodicha aparezca en cualquier momento. Esto va a ser muy difícil, la persona que
Owen Kewlyn–Estas usando mal el termino atentar, tú y tus cómplices sabían lo que estaban haciendo y en lo que se estaban metiendo al actuar de esa forma, aquí no se les está acusando de otra cosa que no sea la verdad – aclaro – sí existen las pruebas, no estaríamos agrediendo a nadie.Me siento más aliviado cuando toma el bolígrafo de la mesa con marcada rabia, firma los documentos, honestamente me encuentro sorprendido porque los firmara sin poner ningún inconveniente más, pensé que iba a ser un hueso duro de roer, que rompería los papales, pero con la sola mención de sus padres, se ablandó. No quería que esto llegara más allá de la revocación de su demanda en París. No muestra ningún signo de arrepentimiento, es cuando pienso que si le dan la oportunidad estoy seguro que lo vuelve a hac
Olivia DamschroderDespertar en los brazos de Owen, es una delicia, nos encontramos en un mar de brazos y piernas, me desperté primero que él, era mi turno de preparar el desayuno, pero antes intenté separar el enredo de nuestros cuerpos, su mano me atrajo más a él, murmuró algo inentendible metiendo su nariz en mi cuello, me hacía cosquillas cuando rosaba mi piel. Me vuelvo y sonrío, quedo de frente a él, no me quisiera desprender de sus atrapantes brazos, pero hoy he decido sorprenderlo con el desayuno. No es que sea la gran chef, pero algo he de cocinar.Con mucho cuidado trato de sacar mi cuerpo sin despertar del todo a Owen, me deslizo fuera de la cama, voy al cuarto de baño, no sin antes darle una última mirada, me atrae a más no poder, pensé que estaba enamorada una vez, pero ahora es diferente, no sé si es por el extraordinario sexo que tenemos o p