Después de que Camilo se marchara, pidió al chofer que lo llevara al Jardín Esmeralda. El cielo comenzaba a oscurecer, mientras las luces de la casa permanecían apagadas. Se encontraba en la habitación que había compartido con Marina, contemplando el hermoso paisaje a través de la ventana.—Camilo, siempre te duele el estómago. Por eso hoy aprendí a preparar un platillo que es bueno para ti; te lo cocinaré —recordó al instante la voz serena y preocupada de Marina.¿Por qué era tan torpe en cuestiones del amor? Sacó de inmediato su celular y marcó el número de Nicolás.—Señor Nicolás, ¿están listos por allá?Estaba a punto de anunciar su decisión de romper su compromiso con Yadira. Mientras tanto, Nicolás, en medio de una fuga, sacó un cigarrillo de su cajetilla, dejándolo sin encender.—Ya casi, en poco tiempo lograré sacar a Diego del país —respondió respetuoso Nicolás con entusiasmo.Maldita sea, ese hombre, Diego, era un verdadero caso. Desde que huyó al extranjero, había enloquec
En el baño.—¿Quién fue el que retiró esa tendencia del momento? —preguntó Diego, con un tono algo grave, mientras se lavaba el cabello. Daniel le había comentado sobre esto al salir del trabajo.Al escuchar su pregunta, Marina no se atrevió a mirarlo y desvió al instante la mirada.—Un hombre que se cree un héroe, pero en realidad solo hace tonterías.—¿Un hombre? —Diego se quedó pensativo, entrecerrando los ojos mientras aplicaba loción corporal.Fue en ese momento que Marina se giró brevemente para mirarlo, pero con rapidez volvió a mirar hacia la pared.—Fue Camilo; vino a disculparse en nombre de Yadira.—Esa Yadira es muy astuta. Cuando trates con ella, es mejor que seas más contundente —Diego soltó un ligero gruñido.Los hombres suelen ducharse de forma rapidez, y en el breve intercambio de palabras, Diego ya había terminado.—¿Ya acabaste? —preguntó Marina curiosa al no escuchar el sonido del agua.Diego levantó una ceja, se secó con una toalla y se acercó a ella por detrás.—
Marina, en la oficina, recibió una llamada de Leticia, algo que le pareció algo inusual. Al escuchar que la madre de Luis deseaba hablar con ella, levantó las cejas, intrigada.—Está bien, mañana a las seis de la tarde —confirmó.Leticia sonrió, satisfecha al contemplar la cadena de aguamarina que le había enviado la casa de subastas.—Perfecto, Marina. Espero que no le menciones nada de esto a Luis.—Claro —respondió Marina, aún sin entender del todo de qué se trataba, así que no tenía intención alguna de decir algo inapropiado.Sin más asuntos de conversación, decidieron colgar. Marina se giró hacia la oficina del presidente, alzando una ceja. Tomó al instante unos documentos y entró en la oficina. Luis estaba al celular. Marina dejó los respectivos documentos sobre la mesa y, mientras él hablaba, abrió un archivo, lo revisó rápidamente y firmó.—Señora Yolanda, puedo pasar a recogerte alrededor de las seis esta noche —dijo Luis, esperando una respuesta afirmativa del otro lado.Al c
—Me gusta —dijo Marina, mientras servía en el plato de Diego la comida que no le agradaba mucho, sonriendo con cierta picardía—. De verdad me gusta, Diego.Diego bajó la mirada hacia su plato.—Cuando dijiste que te gusto, me pasaste lo que no te gusta —respondió con despreocupación.Marina guardó silencio, reflexionando un poco sobre sus palabras.—Dame un beso —puchereó, con los labios rojos.Al ver su gesto juguetón, Diego sonrió con ternura. Extendió su mano, la atrajo hacia él y le dio un suave y delicado beso en los labios.—Yo también te quiero —declaró, mientras su mirada profunda se posaba en su bello rostro, soltando una ligera risita....Anoche, Marina revisó la información sobre la familia Xerez que le había proporcionado Fidel. Tenía una idea en mente, pero aún se sentía un poco indecisa al respecto. Últimamente, Marina había estado yendo a trabajar en TechNova acompañada por un guardaespaldas. Luis no había asistido a la oficina ese día, así que decidió enviarle un mens
Leticia bajó instintiva la mirada y, en su interior, hizo una firme promesa: nadie podría arrebatarle al padre de su hijo.Después de finalizar la llamada con Leticia, Delfina se dirigió a pagar la cuenta, pero el personal del mostrador le informó que Marina ya la había saldado....Al llegar a casa, se encontró justo con su esposo, que, a pesar de su ocupado día, ya estaba allí. Javier, sorprendido al notar la apariencia de Delfina, deslumbrante con collares, aretes y un maquillaje impactante, dejó su taza de café a un lado.—¿A qué evento fuiste hoy? —preguntó, intrigado.Delfina se sentó a su lado y, sin intención alguna de ocultarle nada, le relató la conversación que había tenido con Marina. Sin embargo, apenas terminó de hablar, Javier la interrumpió, visiblemente molesto.—¡Esto es una locura! ¿Por qué no me lo dijiste antes?—¿Por qué me gritas? —replicó Delfina, mirándolo con total indignación.—¿Sabes quién es el novio de la señorita Marina? Es Diego —respondió Javier, bajand
Diego colgó tras recibir la llamada de disculpas de Javier y se dirigió a la cocina. Se colocó detrás de Marina, rodeando su delgada cintura con un brazo.—Javier acaba de llamarme para disculparse —anunció.—Marina, ¿no acabamos de comer? —Diego levantó una ceja al observar los huevos en la cacerola. Ambos habían disfrutado de una buena comida hace poco. Su mano acarició con ternura el borde de su camiseta, rozando su vientre.—¿Aún tienes hambre?La calidez de su palma resultaba ser reconfortante.—No, no tengo hambre —respondió Marina, tosiendo suavemente y sintiéndose algo tonta. Sin embargo, continuó:—Diego, el agua estaba fría, ahora está tibia, y en breve estará caliente, así que los huevos estarán listos.Se sintió algo avergonzada por lo que había dicho. Diego, confundido, escuchó lo que sonaba como un discurso filosófico y, decidido, la elogió.—Eres increíble, realmente talentosa.Marina sintió en ese instante que le ardía la cara y bajó la mirada.—No buscaba que me alabar
Natalia regresó al camerino acompañada de la maquilladora. Esperó pacientemente a que Yadira terminara de maquillarse, y una vez que la profesional se marchó, le informó que Blanca sería la invitada especial de esta edición. Con un tono bastante serio, le recomendó a Yadira que se preparara mentalmente.—Debes controlar tus emociones durante la grabación del programa.Natalia no solía dar este tipo de advertencias, pero en los últimos días, Yadira había estado demasiado inestable y propensa a perder en cualquier la calma.Yadira frunció el ceño, claramente afectada por la noticia.—¿Por qué vuelve a participar en este programa? Siempre que estoy en uno, ahí está ella. ¿Acaso Césarina Entretenimiento está tratando de hacerme la vida imposible? ¿O qué? Esa perra es como Marina, siempre interfiriendo en mi vida y causándome problemas.—Shhh, habla más bajo —la interrumpió Natalia, consciente de que el camerino tenía muy mala acústica.Yadira cerró los ojos por un momento, intentando recup
Blanca solía conectarse por videollamada con sus padres cada dos o tres días, siempre que tenía un momento libre. Al día siguiente de que Gonzalo fuera ingresado en el hospital, decidió llamar a su madre.—¿Mamá, no están en casa? —preguntó algo preocupada, al notar que el fondo no se parecía al hogar familiar.—Tu papá tuvo un accidente con la bicicleta eléctrica, pero está bien. No te preocupes, solo necesita recuperarse —respondió Paloma, sin ocultarle nada en lo absoluto.Ajustó un poco la cámara para que Blanca pudiera ver a Gonzalo en la cama del hospital.—Hija, estoy bien —dijo Gonzalo con una sonrisa tranquilizadora.Los ojos de Blanca se llenaron de lágrimas en un instante.—Mamá, la próxima vez que pase algo en casa, por favor, dímelo. Regreso para ver a papá ahora mismo.—Está bien, tranquila. La próxima vez te avisaremos. No hay prisa, tu papá está estable —le aconsejó Paloma, recordándole que manejara con precaución y sin apresurarse....Marina se enteró del accidente de