Capítulo 142
Marina no se dio cuenta de cuándo Diego colgó la llamada.

Seguía recostada en su pecho, su cuerpo temblando ligeramente, aún sensible después del clímax.

—Dime, ¿qué te puso tan animada hoy? —preguntó Diego, apoyando su mentón en su hombro y rodeándola por la cintura.

—Es que te veías de veras increíblemente atractivo hablando por el celular —respondió Marina entre jadeos, con los ojos entrecerrados, sin decir la verdad—. Quiero darme un baño.

Diego le sujetó el mentón, girando su rostro hacia él, mirándola fijamente.

Marina le devolvió una mirada desafiante.

—Voy a bañarme. No tomaré la iniciativa la próxima vez. Lo complicas todo.

Diego no notó nada inusual en su expresión.

Ambos se ducharon juntos.

Después, aún era temprano, y se acurrucaron en el sofá para ver una película.

En realidad, Marina veía la película, Diego solo la acompañaba.

—Esta película de terror da mucho miedo —dijo Marina, fingiendo estar asustada mientras se aferraba a la bata de Diego.

—Oh, ahí está el fantasma.
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