Capítulo 117
Luis miró de reojo a Marina antes de responderle a Leticia.

—Si tú y el señor Diego están bien, no hay problema alguno. Entonces colgaré.

Y colgó la llamada.

Marina, apoyando la barbilla en la mano, entrecerró los ojos.

—A las diez y media hay una importante reunión.

Luis afirmo. Si Leticia no tenía inconvenientes, él tampoco intervendría.

Un hombre infiel no cambiaría, incluso si estuviera algo impotente.

Él mismo no había encontrado a una mujer que lo hiciera sentar cabeza.

Si ellas no lo consideraban importante, a él tampoco esto le interesaba.

—Tráeme un café, por favor. Gracias.

Luis se dirigió a su oficina.

Marina fue a preparar el café, con la mirada baja.

Pensaba hablar directamente con Diego al salir.

Si todo iba bien, continuarían. Si no, se separaría de él.

Esto no era gran cosa.

Al mediodía, Diego le escribió: [¿Cenamos esta noche?]

Marina: [Bien, ¿a qué hora?]

Diego: [A las cinco y media paso por ti.]

Marina: [Perfecto, te esperaré en TechNova.]

Tras responder, Marina rev
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