—Será mejor que te sientes, hermano, porque lo voy a decirte, no te va a gustar. — dijo John con seriedad, ya temiendo una reacción de Henry.Mirando Central Park, Henry dio un sorbo de su costoso whisky, mientras un poderoso escalofrió recorriendo su cuerpo. Lo que sea que John aun no le decía, lo había alterado.—Dilo ya. — exigió saber Henry.John negó en silencio. No iba a mentirle a su hermano sobre lo que había logrado averiguar, pero aquella situación que había descubierto, lo decepcionaba aun más de su familia…en especial, de Henry.—Katherine se mudó de Estados Unidos a Inglaterra casi un mes después de lo que paso aquel día. Ella se estableció en Londres junto a su padre, quien es su socio principal en Divane…pero solo dos meses después de su llegada, se la vio embarazada, en ese momento ella no tenía una pareja. Meses después tuvo una cesárea complicada en un hospital público de Londres, y tuvo gemelos, aunque el género no me fue revelado. Con las fechas que tengo, creo que
Cuando el cielo nocturno finalmente se había hecho presente sobre New York, una selecta cantidad de importantes invitados, se daban cita en aquella elegante recepción que tenía como objetivo la inauguración de la nueva tienda Divane, una elegante tienda del primer mundo, que prometía los mejores diseños, carteras y servicios, a costos accesibles en comparación de las tiendas departamentales de los Bennett. La prensa también se había dado cita, y pronto un en vivo daba comienzo en casi todos los canales de paga y libres que había en New York.—Esta noche transmitimos desde la gala de inauguración de la tienda física de Divane, la primera en suelo estadounidense que abre sus puertas para su selecto público, en donde Katherine Holmes, diseñadora de renombre, aparecerá para abrir el listón rojo que por ahora niega el acceso al edificio que promete servicios de primer mundo, con la más renovada gama de productos de lujo, muchos artistas y gente del medio se ha hecho presente en la exclusiv
Aquella noche, Henry se sintió perturbado, ver a Katherine, su hermosa exesposa, luciendo como una Diosa tan segura de sí misma ante las cámaras, había sido, quizás, demasiado para él, que aun meditaba sobre la posibilidad que existía de ya ser padre sin saberlo antes. Pensar en que era posible que ya tuviera hijos y con la mujer que una vez amó con demencial entrega, era como haber entrado en un terrible torbellino de emociones que lo atormentaban miserablemente. Si resultaba ser cierto, ¿Por qué Katherine no se lo dijo?, su historia quizás, sería otra muy diferente a lo que era la cruel realidad actual.Levantándose del sofá, el apuesto magnate decidió que necesitaba nadar para despejar todas aquellas emociones que lo estaban atormentando, su mejor terapia fuera del alcohol era ejercitarse un poco, y el agua caliente de la piscina le ayudaría a calmar el dolor de sus músculos tensos.Tomando sus cosas, Henry salió de su pent-house para dirigirse al último piso de aquel lujoso edific
Aquella mañana, Sofía Gibson leía los diarios; nuevamente se encontraba con noticias sobre Katherine Holmes, y el auge que su marca Divane había alcanzado a nivel mundial.—Veo que te has levantado temprano, eso es algo digno de alabanza, la consentida Emily se ha levantado a tiempo para tomar el desayuno caliente. — dijo Amelia Gibson con evidente sarcasmo.—Bueno días para ti también, madre. — respondió Emily con molestia.—Uff, que fiesta que fue esa de anoche, invitados de lujo, pude ver a Madonna en persona y beber con ella, sin duda alguna te perdiste de un evento de elite, y solo por no soportar que la ex de tu ex, es mucho mejor que tú. — dijo Amelia con toda la intención de herir a su hija.—¡Ya basta madre! — gritó Emily levantándose abruptamente de su silla. — ¿Por qué eres así conmigo?, yo soy tu hija, tu deberías de admirarme y quererme a mí, no a esa maldita pordiosera que ni siquiera nació de una buena familia.—Ya vas a comenzar de nuevo, en verdad eres una niñita capr
Emily salía de su mansión, después de meditar las palabras dichas por su madre. Katherine Holmes tenía un propósito maligno, concluyó, para estar de regreso en New York, y no podía permitirle reconquistar a Henry, pero aún no decidía si renunciar a lo que su madre le había pedido.Tomando su auto, se dirigía a la avenida principal para hacerle una visita a Henry; tenía que verlo, necesitaba verlo, pues aun cuando no estaba segura sobre qué decisión tomar, necesitaba saber que tan lejos estaba dispuesta a llegar para tener a ese hombre. Finalmente, llegaba al edificio Bennett, en donde la dejaron pasar sin mayor problema. Entrando a la oficina de Henry, vio como este se sorprendía de verla allí.—Emily, ¿Qué haces aquí? — cuestionó Henry sorprendido.—Recuerda que tu madre me dio libre acceso a este lugar, y mi padre es uno de tus socios mayoritarios, así que decidí venir a verte. Se que ya has terminado con tus juntas de esta mañana, así que no intentes huir, necesitamos hablar. — res
En aquel momento, Henry parecía un león enjaulado; todo en su mundo había dado una vuelta inesperada, y aun no tenía las respuestas que ansiosamente esperaba. Katherine, aún permanecía al interior de la tienda Divane, y él se sentía completamente ansioso, necesitaba hablar con ella. Mirando el costoso reloj en su muñeca, el magnate observó que ya había transcurrido poco más de una hora y media desde que había llegado a buscarla.—Bien, nos veremos mañana. — dijo Katherine, y el magnate la escuchó.Henry miraba como Katherine salía de la tienda, usando un hermoso y sencillo vestido casual, y luciendo tan hermosa como siempre, o, incluso, más que antes.—Katherine, espera. — grito Henry corriendo tras de ella al ver que esta apresuraba sus pasos después de verlo.Katherine caminaba a prisa, no esperaba tener que ver a su exesposo tan pronto, sin embargo, este la había alcanzado y la había tomado de la mano, de inmediato, Katherine, sin embargo, se zafó de su agarre, había visto al magna
El pastel de cumpleaños estaba tirado sobre el suelo, y el rostro de Henry Bennett, estaba completamente rojo por la ira. Sus puños estaban apretados, tan enrojecidos como su cara, mientras miraba con un gran desprecio a Katherine Holmes, que incrédula, y con lágrimas en los ojos, miraba a su esposo, el único hombre al que ella se había entregado y al único al que había amado, mientras el parecía contener la furia que estaba sintiendo.— ¿Me quieres decir que significa esto? — cuestionó Henry arrojando sobre su esposa aquellas fotografías que le habían sido entregadas por Emily Gibson, su ex prometida, apenas unos momentos antes.Katherine tomó una de aquellas imágenes, en donde pudo verse a ella misma completamente desnuda y entre los brazos de un hombre al que ella jamás antes había visto. Derramando las lágrimas que ya no pudo contener, la hermosa mujer de cabellos rubios y ojos verdes, apenas podía creer que alguien tuviese la maldad de crear imágenes tan terriblemente falsas y cr
— ¡El último grito de la moda!, ¡La nueva colección de Katherine Divane ya se encuentra aquí! Disponible en tiendas exclusivas. —Katherine observaba el último fragmento de aquella publicidad en la sala de juntas, mientras los socios murmuraban y se felicitaban en voz baja. Sus ojos verdes, repasaban con frialdad a cada persona en el lugar, y sonreía para sus adentros. Su nueva colección, resultaría en un nuevo éxito, eso predecían todos los estudios que se habían hecho al respecto.Las luces se encendieron de vuelta, y los aplausos ovacionando el nuevo logro de Katherine Holmes, no se hicieron esperar.— ¡Bravísima señora Holmes!, sin duda alguna sus nuevos diseños estarán en los closets de las mujeres más importantes en el mundo, todas se mueren por tener una de sus prendas. Será un gran placer presentarla en la pasarela de New York, finalmente el mundo entero tendrá el placer de conocer el bello rostro de la más famosa diseñadora de los últimos años. — decía un hombre delgado de ap