Llegaba a la ciudad después de 3 horas viajando. Claramente mi mejor amigo insistió en acompañarme , así que salimos los dos solamente con una pequeña maleta. En mis planes estaba pensado que y como podría hacer para descubrir la verdadera cara de Sebastián y no quería desistir de esa idea. A como diera el lugar, tenía que demostrar que el no era lo que Isabel creía. Conocí a Sebastián en mi ciudad en una fiesta montada por un vecino mío. Los padres de Cristian, mi vecino y amigo, llevaban muchos años fuera del país por cuestiones de trabajo. Así fue como Cris quedó bajo el cuidado de una tía que no tenía hijos y le cumplía a su sobrino todos y cada uno de sus deseos. Cada dos por tres, el chico que era de lo más arrogante, montaba cada escándalo y siempre estaba invitada la policía.
La noche de la fiesta llamé a David para pedirle que me acompañara y aunque no estuvo muy contento con mi petición, accedió solamente porque le expliqué cual era el motivo. FLASHBACKEn cuanto llegamos a la ciudad fuimos al hotel donde siempre me hospedo. No quiero molestar a mi tía y su familia, aunque ellos insisten mucho en quedarme en su casa. Cada vez que vengo aquí reservo la misma habitación en el mismo hotel; me gusta estar solo con mis pensamientos, ademásde observar a mi Isabel desde las sombras. Llámenme loco o desquiciado pero es la única forma de saber de ella y deleitarme con su belleza.Esta vez me acompaña mi hermano de locuras, David. Claramente me dijo que tenía decidido no dejarme solo con este lío, como lo suele llamar. - Te noto tenso hermano--- me reí por los bajos. - No sé cómo será cuando me case , si son los mismos nervios o me saldré de mis casillas, pero ahora estoy que no me aguanto--- reconocí ligeramente mis sentimientos. - Pues tranquilízate para no liarla. Sabes que Isabel es la que va a recibir la noticia y no sabemos como va a reaccionar. Desde luego no quisiera estar en sus zapatos. Me perdí tan a
Días después me presenté en casa de Isabel sin previo aviso. Su madre quedó encantada y su padre como de costumbre no decía mucho. Me saludó dándome la mano como los hombres, y me invitó a tomar asiento informándome que Isabel estaba por llegar. - Se va a poner muy contenta --- decía su madre con una sonrisa de oreja a oreja. Nos estuvimos entreteniendo una hora larga hablando de todo un poco y cuando ya decidía mentalmente que era tiempo de irme, escuché una voz muy suave.- ¿Me lees un cuento?--- su vocecita acarició mi alma como nunca nadie lo había hecho. Sin articular palabra, dejé atrás la silla y me fui detrás de ella. Casi corría con sus pequeños pies, se le notaba la felicidad en el comportamiento. Sonreí cómo un bobo pensando que algún día tendré un hijo tan dulce con Isa, mi Isa. "Haré lo que sea para que ella sea mía."--- pensé, y más bono no podía ser , ya que ella ni me dirige la mirada. - Érase una vez .. - Esa parte ya me la sé...me la lee mi
Los días en casa de Lucrecia pasaron a mi favor, claro está. Isa tuvo que obedecer a su madre, yendo y viniendo conmigo según mis peticiones. Pasamos un tiempo favorable diría yo, pero desgraciadamente tenía que volver a mi ciudad; había descuidado mis responsabilidades por demasiado tiempo. - Hijo, tienes que hablar con tu madre, está un poco molesta--- dijo mi padre en cuanto pisé su casa. - No solamente eso---la voz a mis espaldas me hizo resaltar y sin poder controlarlo, me puse más nervioso que un chiquitín. Mi madre fue de lo más importante en mi vida, 3l pilar de nuestra familia y la razón por la que amo tanto al género femenino. - Te tengo que contar muchas cosas--- le dije mientras la abrazaba con cariño. - Más que eso , todavía espero que me pidas perdón jovencito.¡ No te creas que si me abrazas me olvido de lo descarado que fuiste!--- me apartó para mirarme a los ojos. Le besé la coronilla. Mi madre era de lo más persuasiva cuando quería algo y m
Cada vez que tenía la posibilidad miraba a Carlos que a primera vista parecía un hombre muy fuerte y sano. Estábamos de visita en casa de mi futura esposa y de alguna forma mi futura familia. Esta noche le pediré matrimonio a mi hermosa Isabel aunque todavía sea una sorpresa para ella, más no para sus padres. Escuchaba la conversación que tenían nuestras madres y aguantaba las carcajadas que con gusto hubiera soltado, al oír las quejas de mi futura suegra sobre el trabajo que le daba Isa. Todo eso iba a cambiar en cuanto la hiciera mía, ella es como una yegua joven que hay que domar como sea y si es a mi manera mejor para mi. Inconscientemente gruñí. Desde luego para eso me tenía que armar de paciencia. Con cada sorbo que tomaba de mi vino, recoría a escondidas con la mirada, ciertos lugares de la casa recordando con emoción los pocos besos y caricias que compartí con muy pronto mi prometida. Hace no mucho tiempo atrás la visité y tuvimos el encuentro más caliente de hast
Llegaba tarde a mi clase de literatura, pero eso no impidió a la querida de Felipe interponerse en mi camino. - No tengo tiempo para ti, así que quítate --- solté con rabia. Realmente tenía prisa y no me gustaban las broncas de mis profesores. - Te ordeno que te alejes de mi chico--- su tono de voz sonó con prepotencia. - No sé quién es tu chico y tampoco me importa. Si alguna petición se te ocurre, ponte en contacto con tu macho--- tengo que reconocer que lo que dije sonó como una de esas voces de telefonía..."si tiene alguna queja , póngase en contacto con..." . Una risa tonta se me escapó, mientras intentaba seguir mi camino. - ¿Te estás burlando de mi?--- me cogió molesta del brazo. - Yo no , otros tal vez lo harán--- me he despertado bromista hoy, tanto que de seguro la bronca va a ser llena de risas. Ni sé porqué dije eso, solo sé que estaba tardando a mi clase con mi guapo profe. No me gusta cuando se me llama la atenci
- ¡Oh, Dios mío!--- grité a todo pulmón. Me senté en la cama con mi mano en el pecho. Empapada en sudor y con unas ganas tremendas de orinar, intenté levantarme pero las piernas me temblaban tan fuerte que casi me caigo. " Menudo sueño"--- pensé. Apoyaba una mano en la cama mientras pensaba en el sueño tan caliente que me había robado la tranquilidad aquella noche. - Como no me levante para ir al baño ya, voy a orinar encima--- parecía desquiciada hablando sola. Me puse de pie como pude, ya sentía que se me iba la calentura con la que desperté, y me encaminé hacía el cuarto de baño. Por las ganas de orinar no tuve tiempo de verme en el espejo. Antes de salir, di un rápido vistazo y vi una yo que desconocía por completo. Peiné mi pelo con los dedos y salí sin mirar atrás. Dentro de mi cabeza, los pensamientos mantenían una lucha muy difícil de controlar. Así me sentía en ese instante y de golpe pensé en cómo voy a mirar a la cara al bellísimo Andrea.
Las imágenes de la noche anterior daban vuelta en mi cabeza. Tanto que durante la comida me sentía tan avergonzada que casi ni miraba a mi novio. He dicho mi novio, sí, y creo que va siendo hora de asumir que pronto me casaré o por lo menos aceptarlo como mi prometido por ahora. No sé qué me pasa , pero últimamente me siento bien en su compañía. La mesa estaba muy bonita, decorada con gusto y la comida deliciosa.Si habría que cualificar al cocinero , sería la nota más alta que daría alguna vez. Sentados de frente, con una música de fondo muy suave y una copa de vino tinto que apenas toqué,Felipe y yo disfrutamos por primera vez una comida juntos. Me gustaba el ambiente, daba una tranquilidad que anhelaba desde hace mucho tiempo. - Isabel--- me llamó con voz un poco ronca; carraspeó al instante haciendo que le mirara fijamente--- quería aclarar el mal entendido del otro día. - ¿De qué estás hablando?--- le miré esperando una respuesta inmediata. - De Nico
El viaje de vuelta a casa de mis padres trajo a mi mente muchísimas dudas y preguntas a las que muy pronto esperaba encontrar respuestas. Ni siquiera fue mi intención hacerlo junto a Felipe,pero el se negó en dejarme ir sola. Sin poner más pegas, subimos a su coche y emprendimos el viaje juntos, el primero de tantos. La época de las Navidades es una de mis favoritas del año; acompañado de tu familia y los seres queridos, preparativos, regalos y paz que es lo más importante para que uno siga bien de salud. Hablando de salud, la última vez que hablé con mi padre, sentí su voz un poco apagada. No quise preguntar nada , ya que, por teléfono me podría haber dicho lo que fuera para tranquilizarme, pero es verdad que la sospecha de que algo no iba del todo bien con el, no me dejaba dormir. Mi intuición no falla y tarde o temprano me enteraré que es lo que pasa. Estaba muy nerviosa de ver si en los cuatro meses que he faltado de mi ciudad han cambiado las cosas. En to