—No mucho… —Se alivia—. Pero si lo suficiente. —La asusto.

—No hablábamos de ti —dijo nerviosa.

—¿Ah no? —susurre a su oído al pegarme a su cuerpo.

—Creí que estabas cansado y tenías sueño —supone ella con el ceño fruncido.

—De repente me siento con energía —me encogí de hombros—, además, tómalo como venganza por hacerte quedar en la pelea cuando querías dormir.

—Tendría que vengarme de Rocky quien fue que me llevo, igual no dure mucho para irme.

—Tienes razón.

—Ross, estás sin ropa. —Se incómoda.

—Podría ser una nueva estrategia para mí, si me dices la verdad, me pondré ropa —mi voz sonaba muy seductora y de repente se me había quitado el sueño.

Es como si verla recargara todos mis sentidos.

—Cada quién que este pendiente de sus asuntos, ¿no? —me recuerda.

—Se vuelve mi asunto cuando soy el estelar de tu conversación —acerque mis labios a su piel.

Olía bastante bien, de lejos olía a mi, pero de cerca, se podría notar la diferencia y su olor no es nada comparado con el mío