—Lo siento, Star, no tenía idea. —Vuelve a abrazarme.

—No te preocupes, ahora ve, tu madre te espera. —Lo separé de mi volviéndome distante.

—Te llamaré cuando llegué.

—Ok.

La moto que habíamos escuchado antes, se pronuncia más cerca y era Ross, estacionándose a un lado de nosotros y no estaba para nada feliz.

—Hola primo de Star. —Lo saluda con educación.

—Jodéte —le muestra el dedo medio, estaba de mal humor, otra vez.

—Bueno, parece que aún sigo sin agradarle a alguien, pero eso no justifica tus malos modales, así que buenas noches. —Se sube a su auto y se va.

—¿Y a ese tonto que le pasa? —dice Ross acercándose a mi mientras fulminaba al auto de Super con la mirada.

Si sus ojos fueran balas, estoy segura de que el auto ya no seguiría andando.

—No Ross, ¿Qué te pasa a ti? ¿Por qué estás tan grosero?

—Creí que te traería los padres de Meg, pero a cambio de eso te trae un imbécil, del quién te advertí que te alejaras —dice furioso.

—No recuerdo que me lo hayas dicho. —me