Cuando Sam terminó de leer la carta sentía cómo las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. Se tragó el nudo que se había formado en su garganta y luego miró a Drew.—Esto… ¿lo leíste?—Claro que no. Son palabras de mis padres para mi hermana y ahora, para ti. Lo único que sé es que ellos dejaron una gran herencia para su hija, que ahora te pertenece a ti. — Sam suspiró. No podía creer que eso fuera real. Toda su vida trabajó duro para poder salir adelante y no ser una carga para nadie. Ahora era como un milagro caído del cielo.—No puedo creerlo.—Lo sé. Pero es algo que te pertenece y le perteneció a Eva. — Sam guardó las cartas y asintió.—Entiendo. — Sonrió. —Gracias por mostrarme esto tío. — El hombre sonrió alegremente al escuchar aquellas palabras.—Es un placer, querida sobrina. Sabes que ahora cuentas conmigo.—Lo sé. — Guardó la carta en su bolso y luego abrió el álbum. Ahí estaban las fotos de su madre, cuando era una bebé, junto con sus padres. Eran muchas para el poco
Samantha se encontraba más que feliz por aquella noticia. Todos sus conocidos se habían enterado, incluyendo a Drew. Sin embargo, ahora debía de arreglar sus papeles para poder viajar y además, debía presentar su renunciar en el instituto así como hablar con Daniel respecto a que procedía ya que estaría lejos por mucho tiempo. Ahora se encontraba en la habitación secando su cabello mientras se veía al espejo, escuchó la puerta del baño abrirse y Daniel salió de ahí secando su negro cabello con la toalla. Tomó asiento en la cama y la joven se dio la vuelta. —Dani. —Ummm. —No hemos hablado. —Sobre qué. — Ella se levantó y detuvo la acción de Daniel tomando sus manos. —¿Qué pasará con nosotros? —¿De qué hablas? — La miró aun con los mechones desordenados de su cabello sobre sus ojos. —Estudiaré fuera tres años. Solo tendré dos meses de vacaciones por año. Estaremos lejos. —¿Tienes miedo de que nos olvidemos de ti? — Preguntó con curiosidad. — Porque eso sería una tontería. Además
—El producto está bien. Podrían añadir estos detalles para el marketing y con eso estaríamos listos para el lanzamiento de la nueva línea para el cuidado de la piel. — Concluyó Daniel. Los ahí presentes asintieron. —Pueden retirarse. — Con eso salió de ahí directo a la oficina. En el camino se encontró con Jennifer quien le mostraba una expresión decadente, parecía preocupada.—¿Jennifer?—Dios, Daniel. Que bueno que te encuentro. Necesitamos hablar, es urgente. — Daniel frunció el entrecejo y luego la invitó a su oficina. Ahí dentro, la joven cerró la puerta con fuerza y lo miró.—Daniel lo siento mucho. Metí la pata.—¿De qué hablas?—Le dije a Sam que Lucas es tu sobrino. — Daniel sintió que sus rodillas se sentían débiles. Miró a Jennifer confundido.—¿Perdón?—Creí que lo sabía. Después de todo es tu esposa. Simplemente lo dije sin querer, pero cuando visu cara, lo supe. Lo siento mucho. No sabía que era un secreto para ella. — Daniel dejó de escucharla. Se dio la vuelta y buscó
Vic se detuvo frente a su apartamento. Samantha se sentía cansada, con dolor de cabeza y lo único que quería era una ducha y luego dormir. Ambas bajaron del auto al mismo tiempo mientras Vic abría la reja del edificio con su llave. Al estar dentro ella cerró con llave y subieron hasta el departamento de la chica.Ahí se encontraba Peter con una expresión de preocupación y al ver a la joven no hizo más que abrazarla. Victoria suspiró y sacó su celular. Le informó a Daniel y Samantha estaba sana y salva. El pobre hombre había estado corriendo por toda la ciudad como un poseído en busca de la joven. La verdad, entendía a Sam y también lo entendía a él. Era un poco injusta la situación de ambos, pero no podía hacer más que apoyar a su amiga.Ella se quedó dormida mientras Vic y su hermano se encontraban en la cocina sin palabras. Victoria le explicó todo a Peter. Todo lo que Samantha le había dicho en el auto.—Así que no están casados legalmente. — La joven negó lentamente.—¿Por qué cre
—Sabes que odio las mentiras y los secretos. —Lo sé. —Te lo dije muchas veces. —Lo sé. —Entonces ¿por qué? — Daniel suspiró. —Tenía miedo. — Sam lo miró. Hace un momento se había alejado de ella porque la joven lo alejó. Se sentía mal. Quería perdonarlo, sabía que debía hacerlo, pero por alguna razón no podía hacerlo. —Esto es difícil. —Lo sé. — Parecía que no tenía más que decir, sin embargo, su semblante decía todo, le dolía al igual que ella. En su vida había visto a Daniel tan cabizbajo, tan triste, tan dolido y todo por la mentira que él había ocultado. Vic y Peter la habían perdonado por mentir. Y su mentira era aun peor que la de Daniel, era injusto no otorgarle ese perdón a Daniel, alguien que se lo merecía tanto como ella. —Daniel. —¿Si? — Alzó la mirada notando sus ojos rojos e irritados debido al llanto. Jamás había visto a Daniel llorar, jamás había visto a un hombre llorar por ella. Su corazón se encogió al verlo de esa forma. Él no merecía sufrir tanto. —¿Tienes
Sam entró junto a ellos a la casa. Los invitó a tomar asiento y les ofreció una bebida caliente ya que hacía aun un poco de frío. Luego se sentó en el sofá individual y Daniel sonrió.—Le dije a mi padre.—¿Qué sucedió?—No le molestó. De hecho, parecía contento que al final si estemos comprometidos. — Sam se sintió aliviada. — Mi padre te adora Sam.—No digas eso.—Hablo en serio. — La joven tomó de su bebida. —¿Qué dijo Drew? — Recordó el comentario del hombre y decidió guardarse el comentario.—Bueno, que apoyaba mi decisión y como el futuro esposo debes pedir su bendición.—Me lo imaginé.—Así que esta semana asistiremos a una cena, tus padres están invitados, así que es la oportunidad perfecta para que ambos pidamos la bendición de tus padres y de Drew como se debe. — Daniel asintió. Ambos habían acordado hacer las cosas de forma correcta esta vez. De dejar que la relación fluyera sin tanta presión y de conocerse mejor. Incluso habían tenido un par de citas durante esta semana y
Diez meses después…Samantha se encontraba concluyendo sus exámenes finales. En realidad, vivir en el extranjero había resultado más difícil de lo que había pensado, sin embargo, era un sueño. Conoció mucha gente nueva, agradable, profesores que la hicieron ver de otra forma el arte literario y su importancia en el mundo. Todo la ayudó a plantearse un nuevo rumbo en su vida, nuevas perspectivas laborales y un nuevo sueño que quería cumplir.—Sam. — Paty, su compañera de habitación llegó corriendo para darle un regalo. —Sé que no pasaremos las fiestas juntas así que te traje un pequeño regalo. — Sam la miró conmovida. De hecho, ella también le había comprado un regalo. Paty se había vuelto su amiga en este tiempo en el país. Ella era española por lo que su vida había sido un poco más tranquila al tenerla como guía. Sam sacó la caja envuelta de su mueble y se lo dio.—Gracias por el tiempo compartido. Espero poder verte a finales de noviembre.—¿Para tu boda? Obviamente que estaré ahí.
—¿Qué diablos pasó aquí? — Samantha miró a todos sus conocidos, en el patio de la casa llenos de espuma y agua. Lucas se encontraba sobre los hombros de Daniel sonriendo como si nada malo hubiera sucedido.—Déjame explicarte.Dos horas antes…Era fin de semana, hacía un poco de calor y Lucas estaba aburrido. Además Esteban había aparecido en casa con sus padres y Vic, algo sorprendente ya que pensó que no pasaba nada entre ellos, aún así los recibió. A Esteban se le ocurrió hacer una fiesta, carne asada, un poco de cerveza y jugar con agua. Por ello, Lucas terminó por invitar a Ariana y Samuel, incluyendo a Paul y Drew Kidd junto con su esposa. En conclusión, aquella reunión se había vuelto una fiesta y un desastre para Daniel.Hace tiempo no había tenido a tanta gente en su casa, menos cuando Sam no se encontraba. No sabía cómo controlar la situación. Sin embargo, Vic, fue de mucha ayuda, lo aconsejó en qué cosas hacer y además se ofreció junto con Paul a cuidar de los niños ya que…b