¡Estúpida tú!Capítulo 27.Estoy hablando con Mateo cuando mi celular empieza a sonar, miro la pantalla y me aparece el nombre de la maestra de mi hijo, siento una sensación extraña, nunca me llama a esta hora, a no ser que necesite algo, no dudo en responder…—¡Hola! —Señora Paola, la llamo para informarle que nos estamos llevando a Álex para urgencias.El corazón se me detiene, en ese momento aparece Álex que trae una sonrisa, pero desaparece al ver la expresión de mi rostro.—¿Qué fue lo que pasó? —pregunto alterada. —Se puso mal después del almuerzo, empezó con dificultad para respirar.—Ya vamos para allá.No pregunto nada más solo cuelgo. Mi corazón se quiere salir de mi pecho, Álex me mira preocupado a la espera de una respuesta, solo le digo que el niño se lo llevan para urgencias. Mateo nos acompaña, él es quien maneja, en el camino le cuento a Álex lo que me dijo la maestra, no entiendo qué pasó, esta mañana estaba bien. La maestra me envía un mensaje con la ubicación
¡Estúpida tú!Capítulo 28.Un especial de año nuevo con nuestra pareja favorita. Antes de… bueno antes que empiece el nuevo año.Hoy salimos todos a patinar, no se imaginan lo mucho que se han reído, digo se han, porque perdí el control de mis patines terminando en el suelo, me duele todo lo que se llama trasero. Ahora estoy sentada haciendo uno de mis dramas, ¿cómo es posible que mamá en vez de defenderme se burle de mí? la traición. Estoy cruzada de brazos con el ceño fruncido mientras todos se burlan de mí. Álex trata de acercarse, yo solo volteo la cara, estoy indignada.Pero él ignora todo, me toma de la cintura cargándome en brazos, empiezo a gritar como una loca, no quiero terminar otra vez en el suelo.—¡Álex, bájame! —golpeo su espalda.Él hace caso omiso a lo que digo y sigue patinando, da una vuelta doble y yo más grito. Lo hace con toda la intención de asustarme. Todos sueltan carcajadas mientras yo hago un drama.—¡Que me bajes de una maldita vez! —grito otra vez.Escu
¡Estúpida tú!Capítulo 29.Hoy estoy haciendo mis dramas como es habitual, drama nivel Dios, Álex literal me saca a rrastras de la cama para hacer nuestra rutina de ejercicios en el gimnasio de casa, yo quería seguir calentita, pero ni modo.Reconozco que me encanta verlo con sus pesas, el sudor recorrer su perfecto abdomen, pero aún así sigo enojada. Él solo niega y sonríe de esa manera que derrite cualquier glaciar, me derrite por completo.—¿Seguirás así? —pregunta. Sigo en la caminadora y lo ignoro por completo.»Hay que empezar el año con toda la actitud ¿sabías eso?Se posiciona frente a mí. Mis ojos se clavan en los suyos, todo mi cuerpo cobra vida propia cuando él me mira de la manera en la que lo hace.—Eres una mocosa tan caprichosa y grosera —lo dice sonriendo.Hago un puchero.—Sabes que me gusta sudar, pero no así —muerdo mi labio inferior, él sigue cada movimiento con la mirada.Sonríe.—Haberlo dicho antes —enarca una ceja con malicia—, ¿te invito a hacer sentadillas?
¡Estúpida tú!Capítulo 30.Mi conciencia regresa a mi cuerpo cuando siento unos brazos rodearme por la espalda y un aliento tan caliente y suave en mi cuello.—Nena ¿Tú qué quieres hacer? —me pregunta Álex—, ¿quieres enfrentar esto de una vez o dejar las cosas así? Suelto aire por mi boca.—Lo mejor sería enfrentar las cosas de una vez, a fin de cuentas, con esto nada cambiaría.»Solo le aclararía algo que ese tipo ya sabe de sobra, que estoy felizmente casada, enamorada de dos gruñones hermosos. Lo único que cambiaría es que el tipo ya dejaría de ser un misterio porque al fin sabremos quién es y listo, problema solucionado.Álex me mira fijamente.—Y si no entiende por las buenas te lo dejo a ti mi gruñón —giro sobre mi propio eje quedando frente a él—, estoy segura que tú le harás entender.—De eso no tengas la menor duda —me mira—, ¿estás segura? Sé porque lo pregunta, él sabe que en el fondo tengo mis dudas y algunos temores, pero yo solo quiero salir de esta situación tan mole
¡Estúpida tú!Capítulo 31.Capítulo dedicado especialmente a una fiel lectora de esta historia: Sara Melo, un abrazo desde Colombia. Gracias por leerme.Un saludo muy especial para mis niñas que se pusieron de acuerdo para cumplir años la misma semana. Paty.. Paula. Mi flaca bella y magui. Feliz cumpleaños mis reinas que Dios me las bendiga siempre y llene sus vidas de bendiciones🥳🤍 Le paso las manos por el rostro con pequeños toques para hacerla reaccionar, Katia parece una gallina cuando cacaraquea, habla tantas cosas al tiempo debido a la angustia que no le entiendo nada. Rebusca en su cartera, ya ven que las mujeres andan con una cantidad de cosas inimaginables, entre esas cosas me pasa un pequeño tarro con alcohol.Destapo el frasco y empiezo a pasarlo por sus fosas nasales, arruga la nariz, empieza a mover la cabeza y poco a poco abre los ojos.—¡Nena! —susurro angustiado.Mira a todos lados y luego me mira a mí como tratando de entender qué pasó. Una lágrima rueda por su m
¡Estúpida tú!Capítulo 32.Narra Katia.Estoy hablando con Sophia cuando escucho que preguntan en la puerta por Paola. Levanto la mirada y lo veo, me cubro la boca con mi mano y maldigo para mis adentros.—¡Joder!Me apresuro a llegar antes que el mesero responda. Lo miro de pies a cabezas y oh por Dios, no se puede negar que está bien guapo el condenado. Me concentro en lo realmente importante.—Señora Katia —Habla el mesero mientras me mira—, el joven pregunta por la señora Paola.—Está bien, yo me encargo.El mesero se retira. Levanto la mirada y lo miro fijamente.—¿En qué puedo ayudarle? —interrogo.Extiende su mano y me saluda.—Mucho gusto, mi nombre es Sergio.Estrecho su mano.—Katia —respondo—, ya sé quién eres.Eso último se me salió en voz alta. Él ladea la cabeza y me mira.—¿Perdón?Le regalo una sonrisa de boca cerrada.—¿En qué podemos ayudarlo? —respondo con otra pregunta.—Quisiera hablar con la señora Paola —responde mientras mira con curiosidad todo el lugar.—
¡Estúpida tú!Capítulo 33.Pongo las manos sobre la mesa, me he quedado congelada. Él me mira con un gesto de confusión y sigue hablando.»Eres una de las mejores chef, una de las más reconocidas aquí en New York.El aire regresa a mis pulmones, el gesto de mi cara se relaja, siento que puedo respirar, entonces lo entiendo todo. Él no tiene la más mínima idea de quién soy yo. Tomo un vaso de agua que hay sobre la mesa y me tomo tres tragos.:—Imaginé que tal vez la impresión que te llevaste de mí aquel día fue porque me recordaste.—¿Te recordé? —Repito lo último como una pregunta.—Sí, nos hemos visto dos veces, pero hace mucho tiempo.Levanto la mirada y la sostengo.—¿O sea que todo este tiempo siempre fue usted, el que me seguía, el que me vigilaba?Sergio arquea una ceja como si no entendiera a qué me refiero.»¿Desde cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? —Le hago un montón de preguntas.Él sonríe. Toma su vaso de whisky y lo lleva a sus labios.—Son muchas preguntas al tiempo ¿no crees?Veo
¡Estúpida tú!Capítulo 34.Álex da un paso adelante, en ese momento llega Katia y me toma del brazo.—Me imagino que sabe quién soy —habla Álex, más que una pregunta es una afirmación—, vaya que tienes gallardía de estar aquí parado frente a mi esposa.Le dice en un tono bastante seco.—No le estoy faltando el respeto —responde Sergio.Álex empuña las manos y niega con un gesto muy serio.—Me faltas el respeto a mí, con el hecho de estar tras mi esposa —hizo énfasis en esa última palabra —. Me molesta mucho que se metan con lo mío, soy muy territorial.Álex da un paso adelante, Sergio no se mueve, permanece en el mismo lugar.»¡Espero que te quede claro y no vuelvas a buscarla en tu puta vida! —exclama Álex furioso—,¡si no lo haces yo mismo voy a romper todos los malditos huesos de tu cuerpo! ¿Lo entiendes o te explico?Sergio permanece en el mismo lugar, con un gesto tranquilo responde.—Lo que le dije a ella ni le suma ni le resta, no entiendo cuál es su inseguridad —responde él en u