¡Estúpida tú!Capítulo 29.Hoy estoy haciendo mis dramas como es habitual, drama nivel Dios, Álex literal me saca a rrastras de la cama para hacer nuestra rutina de ejercicios en el gimnasio de casa, yo quería seguir calentita, pero ni modo.Reconozco que me encanta verlo con sus pesas, el sudor recorrer su perfecto abdomen, pero aún así sigo enojada. Él solo niega y sonríe de esa manera que derrite cualquier glaciar, me derrite por completo.—¿Seguirás así? —pregunta. Sigo en la caminadora y lo ignoro por completo.»Hay que empezar el año con toda la actitud ¿sabías eso?Se posiciona frente a mí. Mis ojos se clavan en los suyos, todo mi cuerpo cobra vida propia cuando él me mira de la manera en la que lo hace.—Eres una mocosa tan caprichosa y grosera —lo dice sonriendo.Hago un puchero.—Sabes que me gusta sudar, pero no así —muerdo mi labio inferior, él sigue cada movimiento con la mirada.Sonríe.—Haberlo dicho antes —enarca una ceja con malicia—, ¿te invito a hacer sentadillas?
¡Estúpida tú!Capítulo 30.Mi conciencia regresa a mi cuerpo cuando siento unos brazos rodearme por la espalda y un aliento tan caliente y suave en mi cuello.—Nena ¿Tú qué quieres hacer? —me pregunta Álex—, ¿quieres enfrentar esto de una vez o dejar las cosas así? Suelto aire por mi boca.—Lo mejor sería enfrentar las cosas de una vez, a fin de cuentas, con esto nada cambiaría.»Solo le aclararía algo que ese tipo ya sabe de sobra, que estoy felizmente casada, enamorada de dos gruñones hermosos. Lo único que cambiaría es que el tipo ya dejaría de ser un misterio porque al fin sabremos quién es y listo, problema solucionado.Álex me mira fijamente.—Y si no entiende por las buenas te lo dejo a ti mi gruñón —giro sobre mi propio eje quedando frente a él—, estoy segura que tú le harás entender.—De eso no tengas la menor duda —me mira—, ¿estás segura? Sé porque lo pregunta, él sabe que en el fondo tengo mis dudas y algunos temores, pero yo solo quiero salir de esta situación tan mole
¡Estúpida tú!Capítulo 31.Capítulo dedicado especialmente a una fiel lectora de esta historia: Sara Melo, un abrazo desde Colombia. Gracias por leerme.Un saludo muy especial para mis niñas que se pusieron de acuerdo para cumplir años la misma semana. Paty.. Paula. Mi flaca bella y magui. Feliz cumpleaños mis reinas que Dios me las bendiga siempre y llene sus vidas de bendiciones🥳🤍 Le paso las manos por el rostro con pequeños toques para hacerla reaccionar, Katia parece una gallina cuando cacaraquea, habla tantas cosas al tiempo debido a la angustia que no le entiendo nada. Rebusca en su cartera, ya ven que las mujeres andan con una cantidad de cosas inimaginables, entre esas cosas me pasa un pequeño tarro con alcohol.Destapo el frasco y empiezo a pasarlo por sus fosas nasales, arruga la nariz, empieza a mover la cabeza y poco a poco abre los ojos.—¡Nena! —susurro angustiado.Mira a todos lados y luego me mira a mí como tratando de entender qué pasó. Una lágrima rueda por su m
¡Estúpida tú!Capítulo 32.Narra Katia.Estoy hablando con Sophia cuando escucho que preguntan en la puerta por Paola. Levanto la mirada y lo veo, me cubro la boca con mi mano y maldigo para mis adentros.—¡Joder!Me apresuro a llegar antes que el mesero responda. Lo miro de pies a cabezas y oh por Dios, no se puede negar que está bien guapo el condenado. Me concentro en lo realmente importante.—Señora Katia —Habla el mesero mientras me mira—, el joven pregunta por la señora Paola.—Está bien, yo me encargo.El mesero se retira. Levanto la mirada y lo miro fijamente.—¿En qué puedo ayudarle? —interrogo.Extiende su mano y me saluda.—Mucho gusto, mi nombre es Sergio.Estrecho su mano.—Katia —respondo—, ya sé quién eres.Eso último se me salió en voz alta. Él ladea la cabeza y me mira.—¿Perdón?Le regalo una sonrisa de boca cerrada.—¿En qué podemos ayudarlo? —respondo con otra pregunta.—Quisiera hablar con la señora Paola —responde mientras mira con curiosidad todo el lugar.—
¡Estúpida tú!Capítulo 33.Pongo las manos sobre la mesa, me he quedado congelada. Él me mira con un gesto de confusión y sigue hablando.»Eres una de las mejores chef, una de las más reconocidas aquí en New York.El aire regresa a mis pulmones, el gesto de mi cara se relaja, siento que puedo respirar, entonces lo entiendo todo. Él no tiene la más mínima idea de quién soy yo. Tomo un vaso de agua que hay sobre la mesa y me tomo tres tragos.:—Imaginé que tal vez la impresión que te llevaste de mí aquel día fue porque me recordaste.—¿Te recordé? —Repito lo último como una pregunta.—Sí, nos hemos visto dos veces, pero hace mucho tiempo.Levanto la mirada y la sostengo.—¿O sea que todo este tiempo siempre fue usted, el que me seguía, el que me vigilaba?Sergio arquea una ceja como si no entendiera a qué me refiero.»¿Desde cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? —Le hago un montón de preguntas.Él sonríe. Toma su vaso de whisky y lo lleva a sus labios.—Son muchas preguntas al tiempo ¿no crees?Veo
¡Estúpida tú!Capítulo 34.Álex da un paso adelante, en ese momento llega Katia y me toma del brazo.—Me imagino que sabe quién soy —habla Álex, más que una pregunta es una afirmación—, vaya que tienes gallardía de estar aquí parado frente a mi esposa.Le dice en un tono bastante seco.—No le estoy faltando el respeto —responde Sergio.Álex empuña las manos y niega con un gesto muy serio.—Me faltas el respeto a mí, con el hecho de estar tras mi esposa —hizo énfasis en esa última palabra —. Me molesta mucho que se metan con lo mío, soy muy territorial.Álex da un paso adelante, Sergio no se mueve, permanece en el mismo lugar.»¡Espero que te quede claro y no vuelvas a buscarla en tu puta vida! —exclama Álex furioso—,¡si no lo haces yo mismo voy a romper todos los malditos huesos de tu cuerpo! ¿Lo entiendes o te explico?Sergio permanece en el mismo lugar, con un gesto tranquilo responde.—Lo que le dije a ella ni le suma ni le resta, no entiendo cuál es su inseguridad —responde él en u
¡Estúpida tú!Capítulo 35.—¿Qué? —pregunta en un pequeño hilo de voz casi inaudible—, ¿Por qué me preguntas eso?Me mira aterrada como si hubiera mencionado al mismo diablo, tal vez no sea como él, es peor.Me paso las manos por el cabello, estoy alterada, tengo tanta rabia, es como si un fuego se esparciera dentro de mí.—¡Tú debes saber dónde queda su empresa, necesito que me lo digas!Exclamo. Mi madre se deja caer en la silla, parece que su mente se ha quedado en blanco.—Paola ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué llegas así? ¿Por qué me preguntas por él? —lo último lo pregunta en susurro.Una lágrima rueda por mi mejilla.—Porque ese tipo tiene que solucionar el lío que causó, porque llegó la hora de enfrentarlo.Mi madre me mira preocupada, no entiende nada. Se levanta y se me acerca, trata de tomar mi mano, pero retrocedo.—¿De qué hablas? No estoy entendiendo nada.Empiezo a hacerle un resumen de lo ocurrido los últimos días, no sé si yo le explico demasiado rápido o ella no entien
¡Estúpida tú!Capítulo 36.Narra Álex.Estoy en una reunión cuando Chloe toca la puerta y entra. Le dije que no me interrumpiera de no ser estrictamente necesario, se disculpa y me dice que tengo una llamada urgente de mi madre, lo primero que pienso, algo le pasó a papá. Me disculpo con los presentes y me dirijo a mi oficina, saco el teléfono y tengo varias llamadas de Katia y de mi madre, se me congela la sangre.Levanto el teléfono y lo llevo a mi oreja.—¡Madre! —Digo.—¡Hijo, tienes que ir por Paola! —dice alterada.Que no sea lo que estoy pensando.—¿Qué es lo que pasa?—Paola —dijo mamá con voz trémula—, Se fue a buscar a Aníbal, Paola no está bien y temo que esto la afecte.—¡Joder! —Mascullo—, ¿hace cuánto se fue?—Se acaba de ir, quise ir con ella, pero me dejó encerrada. Te juro que traté de detenerla, pero tú mejor que nadie la conoce y cuando algo se le mete en la cabeza no hay poder humano que la detenga.Se escucha alterada.—¿Por qué demonios tu hija es tan caprichosa