CitaValeria esperó ansiosa por Derrick, no sabía nada de él desde que se había marchado y el tiempo parecía tener prisa por avanzar, cada minuto hacía que el corazón de Valeria sufriera una muerte lenta.—Ven, siéntate —pidió Zoe al verla caminar de un lado a otro, con la desesperación y angustia dibujada en su rostro.—No puedo, temo que Derrick corra peligro —dijo.Zoe negó.—Las malas noticias son siempre las primeras en saberse, Vale, no te aflijas antes de tiempo, piensa en tus hijos. Ahora ellos son los receptores de todas tus emociones, angustias y pesares —expresó, haciendo que Valeria se detuviera y se sentara en el sillón.—Gracias por estar aquí, de lo contrario estaría corriendo para buscar a Derrick —respondió Valeria, tratando de controlar sus miedos.—La zona donde Dylan y Patrick solían reunirse es peligrosa, incluso la sola presencia de la policía puede desatar una guerra.—¿Tratas de alterarme de nuevo? —cuestionó Valeria al escucharle.—No, por supuesto que no. Lo
¿Quién de las dos?Archer jamás en toda su vida había conocido el miedo, pero lo que sentía ahora, mientras trataba de llegar a Victoria, no era exactamente miedo, era terror. En ese momento el tiempo pareció congelarse impidiéndole avanzar, viendo cómo la vida podía escapársele como agua entre los dedos.—¡Victoria! —gritó cuando la tragedia se consumó, el cuerpo de la modelo estaba quieto, tan quieto, que parecía muerta.Archer cayó de rodillas frente a ella y calientes lágrimas quemaron sus ojos mientras corrían por sus mejillas.—Victoria —sollozó con voz rota.—No la mueva, puede ser peligroso —escuchó que alguien decía.—Llamen a una ambulancia, por favor —susurró—. ¡Llamen a una ambulancia! —gritó con desesperación.Archer jamás sabría quién de los presentes cumplió su petición, pero los minutos que la ambulancia demoró, fueron eternos.—¡Dios, está sangrando! —el grito de la mujer hizo que Archer apartara la mirada del rostro de Victoria y recorriera su cuerpo, tenía miedo de
¿Elegir?«Lo siento mucho, pero tendrá que elegir a ¿quién de las dos debemos salvar, su hija o su novia…?»«¿Su hija o su novia…?»Archer sintió que las piernas le fallaban, ¿elegir entre la vida de Victoria y su hija? ¿Cómo podría elegir entre ellas? ¿Cómo seguiría viviendo si las perdía? Archer se negó a dar una respuesta, él jamás podría tomar una decisión tan grande y tan pesada como esa. Los recuerdos, lo pocos momentos que había compartido con Victoria pasaron por su memoria, el amor que ella sentía y le expresaba a su hija aún dentro de su vientre, fue como el golpe de un boomerang y la culpa lo embargó por todos los meses que se había mantenido alejado de ellas.—Señor Archer…—No puedo elegir, no puedo robarle la oportunidad a ninguna de las dos —dijo casi ahogándose con sus palabras.Si Archer tuviera que elegir, daría su vida por mantenerlas a salvo. Él se dejaría drenar toda la sangre que fuera necesaria para salvarlas, pero sabía que no bastaba con desearlo. Victoria se
Milagro de amorArcher no sabía cuánto tiempo había pasado sentado en la dura silla de la sala de espera, sus pensamientos no estaban en el tiempo, sino en Victoria y su hija, aun así, le parecía que había pasado una eternidad desde que el doctor salió para hacerle firmar los documentos y volvió al interior de la sala de emergencia para practicar la cesárea de emergencia y tratar de salvarle la vida a sus chicas.¿Por qué tardaba tanto en salir? ¿Qué era lo que estaba sucediendo allí dentro que lo retenía?Los pensamientos de Archer se vieron interrumpidos cuando una enfermera salió de la sala con prisa. Él se paró y trató de conseguir información, la necesitaba para no morir de angustia, para calmar el tormento que destrozaba su alma.—¿Qué es lo que está sucediendo? —preguntó intentando llamar su atención, sin embargo, la enfermera pareció ignorarlo mientras cogía de la estantería unos medicamentos con rapidez.Archer miró en dirección de la puerta de la sala y a través del único cr
Volviendo a casaArcher no sabía qué responder, los ojos de Victoria pronto se llenaron de lágrimas y él de impotencia por no saber darle una respuesta concreta. Su hija seguía luchando como toda una guerrera por mantenerse con vida.—Archer —pidió ella, intentando quitarse la mascarilla de oxígeno, cosa que él le impidió de inmediato, apartando su mano.—Déjame llamar al médico —pidió.Ella negó.—Dime, ¿dónde está mi hija? Por favor —suplicó.Archer se acercó a ella y le dejó un beso sobre la frente para tranquilizarla.—Nuestra pequeña está en el área de pediatría, debe estar en una incubadora mientras el resto de sus órganos maduran y así, estar lista para el mundo —explicó.—¿Está viva? —preguntó con voz ahogada, temiendo que Archer la estuviera engañando.Él asintió.—No me mientas, por favor —sollozó con angustia.—Ella está viva, cariño, confía en mí —pidió, al tiempo que una enfermera entraba a la habitación.—¿Ha despertado? —preguntó la mujer, Archer asintió, pues la mano d
Cásate conmigo«Bienvenidas mis amores»Victoria le sonrió y luchó para no sonrojarse. ¡No era una virgen! Pero se sentía igual que una. Todos los sentimientos que experimentaba con Archer, eran exactamente los que una mujer sin experiencia en el amor sentía.—Gra-gracias —tartamudeó y avanzó al interior de su nueva residencia. Cuando Archer le dijo que podían volver a casa, no mencionó que no sería al pequeño y viejo departamento donde había vivido las últimas semanas, sino que, estaba llevándola a su lujoso penthouse.—Ven, siéntate —le indicó Zoe apartándose del sillón y cediéndole el lugar a Victoria.La modelo le sonrió y agradeció con un movimiento de cabeza, mientras observaba a las otras mujeres presentes.—Deja que las presente y, de esa manera no te sentirás incómoda —habló Valeria al darse cuenta de que para Victoria debía ser un poco confuso la presencia de personas que ella no conocía.—Ella es Zoe, mi mejor amiga y ella es Rachel —dijo, no sabía si podía presentarlas com
Matrimonio exprés Valeria no tenía idea de lo buenas que podían ser su madre y su suegra organizando una boda y menos en tiempo récord, pero ahí estaba ella, frente al espejo, mientras su madre le acomodaba el vestido de novia que resaltaba su figura y su vientre.—Te ves hermosa —dijo Samanta mientras terminaba de acomodarle la tiara y un corto velo sobre la cabeza, debido a que Valeria no quería nada exagerado. Su boda sería únicamente por lo civil y cuando sus pequeños estuvieran con ella, entonces se casaría por la iglesia, así se lo había prometido a Derrick.—Gracias, mamá —la voz de Valeria sonó nerviosa, ella no podía creer que estuviera vestida de novia y a pocos minutos de convertirse en la esposa de Derrick.Habían pasado tantas cosas entre ellos, tantos malos entendidos que, casi terminaron con su amor.—Tu padre estará feliz cuando te vea, debe estar impaciente, ahora que no lo he dejado entrar —dijo con una sonrisa traviesa.—No sabes lo que significa para mí contar con
Noche de bodasDerrick y Valeria se despidieron de su familia y amigos, luego de una pequeña fiesta privada en la mansión Anderson y se marcharon a disfrutar de su luna de miel. No sería un viaje largo debido a los siete meses de embarazo de la mujer, pero sí disfrutarían de un paseo en yate por las aguas neoyorquinas.—¿Te gusta lo que ves? —preguntó Derrick, acercándose a Valiera, quien veía desde la cubierta el inmenso mar cubierto por una noche preciosa.—Es hermoso —respondió, echando la cabeza sobre el hombro de Derrick, llenándose de su calor.Valeria se giró en brazos de su esposo y enterró la nariz entre su hombro y cuello.—Hueles delicioso —dijo, provocando que Derrick dejara escapar una ligera carcajada.Valeria se separó de él al escucharlo.—¿Te estás burlando de mí? —preguntó ella, haciendo un lindo puchero.Derrick negó.—Jamás me atrevería y menos en nuestra noche de bodas —aseguró, deslizando la yema de su dedo por la frente y nariz de su esposa.—Derrick.