Capítulo 625
—Por este bastardo, parece que harías cualquier cosa.

—Quizás no sea mala idea conservarlo —la risa de Enzo me puso la piel de gallina.

Lo seguí desde el camarote hasta la cubierta.

Al bajar del barco, insistió en agarrar mi mano, y no pude zafarme.

—Enzo.

Al escuchar la voz, miré y vi a un hombre con un traje morado acercándose.

Era muy pálido, pero tenía los labios rojos.

Con su cabello rubio rizado y sus ojos azules, parecía sacado de un cuento de hadas.

—Seno.

Enzo me lo presentó.

—¿Esta es la mujer por la que arriesgaste tanto?

Seno me examinó y comentó: —Aparentemente, solo eres bonita, y no entiendo por qué Mateo está tan obsesionado contigo.

Mateo...

Me sentía mareada y no sabía si era por el barco o el embarazo.

El silencio reinaba en la cubierta.

Seno, al ver que no respondía, dejó de hablarme.

Se dirigió a Enzo: —He preparado un lugar para que descanse y tengo cosas que discutir contigo.

—¿Qué más tenemos que hablar? —Enzo notó que algo no estaba bien.

—Tú me ayudas a sali
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