Capítulo 544
De repente, caí en la cuenta: —¡Cierto! ¿Cómo va tu herida? He estado cuidando de mi abuela estos días y no he podido ir a verte.

Me sentí algo avergonzada; él se lastimó por mí y yo no lo había visitado.

—Es solo una herida leve, no es nada grave —respondió Enzo, intentando que no me sintiera culpable—. Debería mejorar pronto. Lo importante es la salud de tu abuela. ¿Cómo está?

Mi expresión se tornó seria: —Hemos logrado retrasar la aparición del veneno, pero no sé si podremos esperar a que se desarrolle el antídoto.

—¿Qué? —preguntó Enzo, sorprendido—. ¿El antídoto no estaba en manos de ese tipo K? Con los métodos de Mateo, seguro podría lidiar con él, ¿no?

—Enzo, ¿has venido al hospital solo para cambiarte el vendaje o también para preocuparte por Delia? —Olaia, sonriendo, cambió de tema.

—Por cierto, Delia es afortunada. A pesar de lo que está pasando, tiene a un buen prometido como Mateo y a dos amigos como nosotros. ¡Hasta me dan ganas de envidiarla!

Noté la insinuación en sus pa
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