Capítulo 498
Delante de él, podía ser Delia o Irene y sentirme completamente libre.

Eloy guardó silencio un momento, se quitó las gafas de sol y sus ojos se humedecieron. Su sonrisa ligera mostraba una amarga tristeza: —En el fondo, tus padres biológicos fracasaron, y por eso has sufrido tanto...

Me sentí desorientada: —¿Señora García, qué le ocurre?

—Delia...

Eloy tragó en seco, sacó una caja de joyería de su bolso y me mostró: —¿Este es el colgante que perdiste?

Al ver el brillante colgante de jade, me sorprendí y me alegré:

—¿Cómo puede estar en tus manos? Pensé que nunca volvería a verlo...

De repente, Eloy me abrazó con fuerza.

Quedé atónita, una respuesta brotaba en mi mente...

No podía creerlo, pero mis ojos se llenaron de lágrimas: —Señora García...

—Si te dijera que soy tu madre fallida, ¿tú...?

Eloy, siempre en el centro de atención, lloraba desconsolada, incapaz de articular palabra. Después de un rato, me soltó suavemente, con los ojos enrojecidos: —¿Estarías dispuesta a dejarme compens
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