Capítulo 453
El salón de recepción permanecía en un silencio incómodo.

Alfonso se había ido, pero Mateo aún estaba presente.

La familia Vargas había aprendido a temerle desde hace años, y ahora la tensión era palpable.

Ana miró a Mateo con reproche: —¡Tú, mocoso! ¿No vas a ver a tu abuelo? ¡Está deseando que regreses!

Desde su infarto hace dos años, Alejandro había estado bastante debilitado.

En ocasiones como esta, rara vez aparecía.

Hoy, al enterarse de que Mateo podría regresar y sabiendo que esto causaría un nuevo conflicto con su padre, su abuela y su madre decidieron no informarle a Alejandro.

Por eso, Alejandro no asistió a la cena familiar.

Mateo dejó de lado su desdén anterior y se levantó rápidamente, obediente: —Está bien, voy ahora mismo.

Emilia, que estaba a un lado, se ofreció de inmediato: —Hermano, voy contigo.

...

En la biblioteca de la mansión Vargas.

Apenas entró, Alfonso le dio una patada a Pedro.

Con una mirada de decepción, le gritó: —¿Qué haces ahí parado? ¡Contacta ya al Gru
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