Capítulo 296
—Mamá… ¿por qué… yo soy la clienta!

—¡Haz caso!

Isabella, resignada, le devolvió el celular a Mateo y me miró con una sonrisa fría: —Señorita Lamberto, como diseñadora del vestido, le agradecería que asistiera a mi compromiso la próxima semana. Si hay algún problema con el vestido, sería mejor resolverlo de inmediato.

—Que tengas un buen día, no te acompañaré.

Hice un gesto de despedida: —El saldo restante debe transferirse a la cuenta que te proporcioné. Gracias.

...

Después de todo el ajetreo, ya era casi la hora de la cena.

Propuse ir a cenar hot pot.

Al llegar al estacionamiento subterráneo, Olaia recibió una llamada para una reunión social y decidió dejarme.

Solo quedamos Mateo, Emilia y yo.

Mateo me hizo un gesto para que subiera a su coche: —Ven en mi coche, mañana te llevaré a ti y a Emilia al trabajo.

—Está bien.

Cuando intenté abrir la puerta trasera, Emilia me empujó al asiento del copiloto: —Hermana, quédate aquí, el asiento trasero es incómodo.

Los deportivos tenían esa de
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